José Iges: “No todo es expresable con palabras, y esa es una de las grandezas del arte”
El artista lidera el proyecto ‘online’ ‘Culturas sonoras’, un recorrido por los orígenes y la evolución del género
El de José Iges (Madrid, 1951) es un nombre emblemático del arte sonoro en España. En YouTube, el creador y compositor lidera el proyecto online de la galería Freijo Culturas sonoras, un recorrido por los orígenes y la evolución del género.
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El de José Iges (Madrid, 1951) es un nombre emblemático del arte sonoro en España. En YouTube, el creador y compositor lidera el proyecto online de la galería Freijo Culturas sonoras, un recorrido por los orígenes y la evolución del género.
¿Cuándo supo que se dedicaría al arte? ¿Y a la composición? ¿Y cuándo pensó en poner a los dos juntos? No distingo una cosa de la otra. Pero no tengo claro cuando lo supe. Creo que es un camino que uno va tomando hasta que ya no hay regreso al punto de partida.
¿Qué artistas u obras recomendaría para iniciarse en el arte sonoro? Alvin Lucier, John Cage, Christina Kubisch… En mi canal de YouTube Culturas Sonoras doy abundantes ejemplos de/para ello.
¿Con qué tres adjetivos definiría su obra? Algo teatral, apropiacionista y sentada entre sillas.
¿Y cómo definiría el arte sonoro? Una definición podría ser esta: un arte hecho con sonido, lo que implica dotar a ese sonido de intención artística.
¿Qué obra de arte ajena le habría gustado crear? De vez en cuando me ocurre con alguna obra: podría mencionar Guitar Drag, de Christian Marclay. O I’m Sitting in a Room, de Alvin Lucier.
¿Hay alguna obra de arte indeseable? Toda aquella que resulta fallida para con sus intenciones.
Al echar la vista atrás a su trabajo, ¿cuáles diría que han sido sus obsesiones recurrentes? Un perfeccionismo acaso algo insensato, lo que yo supongo se debe a la búsqueda de una eficiencia comunicativa porque, sin embargo, no soy nada inseguro.
¿Qué es lo más bonito que le han dicho sobre su trabajo? En general resulta estimulante cuando alguien desconocido se te acerca y te dice que le encanta tu trabajo. Eso ha ocurrido algunas veces. Lo valoro tanto o más que cuando te lo dice un colega.
¿Y lo más extravagante? Sobre alguna obra mía para la radio, argumentando que estaba hecha de espaldas a los oyentes. Pero no solo lo decían de una obra mía, sino de toda una línea de trabajos de radioarte.
¿Qué ha aprendido del mundo del arte que no se pueda aprender en un libro? No todo es expresable con palabras, y esa es una de las grandezas del arte —y de la música— como proveedora de experiencias y de conocimiento.
¿Qué libro tiene abierto en la mesilla de noche? Infocracia, de Byung-Chul Han.
¿Uno que no pudo terminar? Bastantes novelas… Entre ellas, las de Proust.
¿Cuál es la película que más veces ha visto? No solo una, porque soy bastante recurrente en eso. Por ejemplo, no puedo evitar ver, cuando las pasan por televisión, las de El Padrino, La tentación vive arriba, La ventana indiscreta, Casablanca, Novecento, El Gatopardo… Soy más de cine europeo en todo caso: francés e italiano sobre todo.
Si tuviese que usar una canción o una pieza musical como autorretrato, ¿cuál sería? Hay melodías que me arrebatan pero no sé si me autorretratan; quizá algo sí, porque dicen que una melodía puede paralizarte el cerebro entero. Están las canciones italianas de Haendel o algunas de Cole Porter, pasando por ciertas arias de Puccini, tan mórbidas. Todas las mañanas me viene alguna canción a la cabeza, sin distinción de categorías.
¿La última serie que vio del tirón? Dos: Las abogadas y Ana Tramel.
¿Qué está socialmente sobrevalorado? El fútbol y los influencers.
¿Cuál es el suceso histórico que más admira? La Declaración Universal de los Derechos Humanos.
¿Tiene algún placer culpable en materia cultural? ¿Los boleros tal vez? Y algunos cómics.
¿A qué artista le daría el Premio Velázquez? No quiero dar ningún nombre porque sería injusto. Hay muy buenos artistas en nuestro país y en Latinoamérica. También practicando el arte sonoro…
De no haberse dedicado al arte sería… ¿Quizá ingeniero?