El columnismo de Umbral en ‘Jano’, una edición poco acertada
La editorial Renacimiento rescata la obra periodística que el escritor publicó en una extinta revista profesional en dos libros mal planteados
Francisco Umbral proyectó escribir un ensayo que iba a titular El oficio y el espejo, aunque no llegó a escribirlo, según él mismo confiesa en uno de sus centenares de artículos publicados en la revista Jano, Medicina y Humanidades —publicación desaparecida en 2011— y ahora recuperados por Renacimiento, en dos extraños volúmenes de los que en seguida me ocuparé. El título proyectado no podía ser más acertado, pues ambos conceptos, ensambl...
Francisco Umbral proyectó escribir un ensayo que iba a titular El oficio y el espejo, aunque no llegó a escribirlo, según él mismo confiesa en uno de sus centenares de artículos publicados en la revista Jano, Medicina y Humanidades —publicación desaparecida en 2011— y ahora recuperados por Renacimiento, en dos extraños volúmenes de los que en seguida me ocuparé. El título proyectado no podía ser más acertado, pues ambos conceptos, ensamblados en una sola escritura (“la longaniza de mi prosa”, leemos), ilustran maravillosamente la poética periodística de Umbral, mucho más que el consabido “la rosa y el látigo” al que se ha recurrido tantas veces, aunque sí es cierto que resulta menos pegadizo. Porque ambas cosas —oficio y espejo— se derrochan en la antología de artículos seleccionados, que no son todos, pues, al utilizar Umbral la columna o artículo como base de su obra literaria, muchos de ellos ya fueron publicados en otros formatos y se ha evitado la repetición.
En Los paraísos artificiales, por poner un ejemplo, Umbral volcó íntegramente un periodo de los artículos escritos para Jano y quién sabe si fueron aprovechados también en otros libros. Aplicar la genética textual a la obra umbraliana, con el debido rigor, es un trabajo hercúleo que tal vez un día se lleve a cabo. Mientras tanto, la recopilación de artículos publicados en revistas poco leídas y/o desaparecidas (Jano se distribuía por suscripción y solía encontrarse en todas las salas de espera de médicos y dentistas) ayuda a un mejor conocimiento del embrollado mapa umbraliano, en relación tanto al trasvase de la prosa de un molde a otro como a la explicación de muchos de sus libros: ¿era el incipit de un libro el que le llevaba a buscar artículos escritos que pudieran ayudarle a desarrollarlo o bien eran los artículos los que justificaban la publicación de un nuevo libro? Diría que la respuesta funciona afirmativamente en ambos sentidos. (Un ejemplo del primer caso sería Diario político y sentimental).
Los dos volúmenes, que deberían ser uno y, de ser dos, no tener distintos títulos, porque confunden al lector haciéndole creer que son dos cosas diferentes cuando es la misma en dos partes, reúnen un total de 234 artículos y fueron publicados entre 1971 y 2006, es decir que abrazan prácticamente toda su trayectoria productiva (el escritor falleció en agosto del año siguiente), con la excepción de los artículos publicados en el Diario de León o los primeros de El Norte de Castilla, de interés puramente arqueológico: constituyen la prehistoria literaria del escritor.
En la recopilación que ahora nos ocupa encontramos la mayor parte de la temática habitual de Umbral con la salvedad de la contención expresiva que el contenido serio y especializado de la revista obligaba al escritor, de modo que la política, el cotilleo madrileño o el lenguaje más cheli y procaz quedan fuera de ellos, mostrándose, por el contrario, el Umbral más reflexivo. Pero su estilo es inconfundible (“lo cual que las jais son incontrolables”) y sin duda marcó un hito en el columnismo literario, al aportarle en los años setenta y ochenta franqueza expresiva, originalidad, socialité y un lirismo que a veces elevaba el artículo a la más noble poesía.
En todo caso, lo más característico del columnismo de Umbral, también en Jano, sin duda es el espejo, es decir la forma en que su escritura —no importa el formato en que se vuelque— es el espejo donde construye, proyecta y refleja su precaria identidad íntima (“toda la vida he hecho máscara de mí”) como creo haber expuesto en mi biografía del escritor, silenciada sistemáticamente por la Fundación Umbral (aunque sin poder evitar tomar de El frío de una vida todos los datos de la vida e interpretaciones de la obra que le han convenido).
Con los años, el espejo se acercaría tanto al rostro del escritor que quedó abrasado de tantos reflejos como había recibido, aunque él apenas se diera cuenta del riesgo contraído. Ello explica, en mi opinión, que ahora leer a Umbral nos enfrente a atrevimientos que ya no hablan a nuestra conciencia como lo hacían 30 o 40 años atrás. Por último, quiero señalar que es una lástima que en la recopilación se haya optado por la organización temática y no cronológica de los artículos, la única que tendría sentido por dos razones: porque la temática es siempre autorreferencial y, por tanto, segmentarla es querer ponerle puertas al campo y porque de haber seguido el criterio cronológico se hubiera proporcionado al lector la posibilidad de apreciar si hay evolución o no de su estilo y de su mirada sobre las cosas y el mundo. En fin, no hay más que leer su artículo sobre un billete de metro para comprender qué es el talento.
Yo, Umbral. Artículos publicados en la revista Jano
Edición de Bénédicte de Buron-Brun
Renacimiento, 2025
338 páginas, 19,90 euros
El corazón y la luna. Artículos publicados en la revista Jano
Edición de Álex Prada
Renacimiento, 2025
306 páginas, 19,90 euros