Retorciendo las seis cuerdas: la guitarra vuelve a electrizar el jazz actual
El instrumento sigue siendo motor de nuevos sonidos en los nuevos exponentes del género. En especial, en proyectos musicales que desacralizan el protagonismo del solista en virtud de la creación grupal
Buceando en el enorme aluvión de nuevas grabaciones que se publican en las carreteras secundarias por las que transita el jazz en la música actual, descubrimos varios proyectos que renuevan el papel de la guitarra en el género, mucho más allá de su clásico rol de voz solista. La guitarra eléctrica sigue siendo relevante en el jazz, no solo como protagonista absoluta de propuestas herederas de la tradición, sino como catalizador de auténticos encuentros en la cumbre que pivotan alrededor de las s...
Buceando en el enorme aluvión de nuevas grabaciones que se publican en las carreteras secundarias por las que transita el jazz en la música actual, descubrimos varios proyectos que renuevan el papel de la guitarra en el género, mucho más allá de su clásico rol de voz solista. La guitarra eléctrica sigue siendo relevante en el jazz, no solo como protagonista absoluta de propuestas herederas de la tradición, sino como catalizador de auténticos encuentros en la cumbre que pivotan alrededor de las seis cuerdas. Entre los muchos protagonistas de la guitarra jazz contemporánea destacamos tres proyectos recientes, muy diferentes entre sí, pero que comparten una serie de cuestiones esenciales en su aproximación al jazz del siglo XXI, como son el inconformismo, la creación colectiva, la libertad armónica y, quizá por encima de todo, la importancia del sonido: no solo de la guitarra en sí (como voz transversal e intergeneracional), sino del grupo al completo como laboratorio artístico.
Mendoza Hoff Revels es el nombre con el que la guitarrista Ava Mendoza y el bajista Devin Hoff han bautizado un grupo que aúna a cuatro de los músicos más brillantes de la escena norteamericana: aparte de Mendoza y Hoff, el extraordinario baterista Ches Smith y el saxofonista James Brandon Lewis, que sigue construyendo una carrera abrumadora a base, entre otras cosas, de unirse a proyectos como este. A pesar de la arrolladora personalidad de este saxofonista, aquí es Mendoza quien sienta las bases y marca el pulso de la música de la banda, tal y como muestra su portentoso debut, Echolocation (AUM Fidelity).
La guitarrista no es particularmente conocida fuera de los círculos especializados, aun llevando unos cuantos años en la escena, pero en los últimos tiempos se está revelando como una voz poderosa y original, heredera tanto de la estela de Jimi Hendrix como de su viejo maestro Fred Frith o de personalidades tan fuertes como Sonny Sharrock y Nels Cline, entre muchos otros. Su guitarra es carnal, sucia y rotunda, y Mendoza es una maestra de la textura, con una expresividad que encuentra su origen primario en los viejos guitarristas de blues, que arrastra sin contemplaciones al siglo XXI creando una música vibrante que se nutre no solo del jazz de vanguardia del que provienen Mendoza, Hoff, Smith y Lewis, sino también de toda la tradición de la música negra, desde el rock al blues e incluso el funk.
En un lenguaje completamente diferente, y con un acercamiento más libre, tal vez, aunque también más árido, está otro proyecto que comparte sección rítmica con Mendoza Hoff Revels. Devin Hoff y Ches Smith son dos quintas partes de Sunny Five, una especie de supergrupo sin estrellas, en la medida en que, pese a albergar a auténticos tótems de la improvisación contemporánea, podríamos conjeturar sin miedo a equivocarnos que ninguno de ellos podrá ser nunca considerado una estrella, debido a su eterno perfil underground e inconformista. Tanto el saxofonista Tim Berne como los guitarristas David Torn y Marc Ducret han escrito páginas memorables en la música creativa de las últimas décadas, en ocasiones coincidiendo en diferentes proyectos del saxofonista, pero nunca con Torn y Ducret flanqueando su música con sendas guitarras, como ocurre en el álbum debut de este proyecto, Candid (Intakt).
En él, a pesar de que el quinteto interpreta música totalmente improvisada de forma colectiva, lo más fascinante y revelador es la dualidad de las guitarras de Torn y Ducret. El primero es un creador de texturas, más apoyado en sonidos electrónicos y con la capacidad de sugerencia de quien sabe utilizar la sonoridad para construir paisajes en los que el resto de los instrumentistas puedan campar. El segundo, técnicamente más aguerrido, es responsivo e incisivo, pero siempre adecuándose al marco que se dibuja en tiempo real, con los cinco músicos creando al unísono, escuchándose y remando en la misma dirección. Aunque Berne podría parecer el líder de la sesión, tal es la personalidad de ambos guitarristas que el carácter del saxofonista se ve invadido por una fiereza que no se encuentra en muchos de sus proyectos.
En otro extremo del mundo, y completamente alejado de los sonidos de estos grupos norteamericanos, el guitarrista Jakob Bro lidera un trío que reúne a tres generaciones de músicos referentes del jazz danés: por un lado, el octogenario trompetista Palle Mikkelborg, auténtica leyenda del género en Europa; por otro, la percusionista Marilyn Mazur, nombre imprescindible en el jazz contemporáneo con una trayectoria apabullante. Aunque Mikkelborg ya era una luminaria del jazz europeo en la segunda mitad del siglo XX, ambos se dieron a conocer internacionalmente a finales de los ochenta gracias al álbum Aura, de Miles Davis, una obra compuesta por el propio Mikkelborg para el trompetista. Mazur, por su parte, llamó tanto la atención de Miles que este se la llevó de gira, propulsando enormemente su carrera.
En el delicioso álbum ‘Strands’, la guitarra de Jakob Bro lidera a tres generaciones de músicos referentes del jazz danés
El encuentro de ambos veteranos con Bro —sin duda el músico danés con más proyección de la actualidad—, registrado en directo en el delicioso Strands (ECM), muestra un tipo de lenguaje radicalmente diferente a los de Mendoza Hoff Revels o Sunny Five, aun teniendo varias cosas en común, como la importancia de la interacción entre los implicados o la creación de texturas acústicas por encima de una aproximación esencialmente lineal o solista por parte de los intérpretes. En Strands todo es espacio y contemplación, con las guitarras de Bro y la percusión de Mazur creando fondos aéreos, tejidos con puro sosiego, por los que la trompeta de Mikkelborg se desliza grácil y líquida. El epicentro de todo está en la guitarra y las composiciones de Bro, que sienta el tono de cada pieza levantando magníficos andamiajes sonoros, arraigado en la tradición nórdica y alejado de la raíz negra o del acervo del free jazz de sus coetáneos norteamericanos, pero con ese ánimo de descentralizar la figura del solista como eje de la interpretación jazzística, y esa querencia por el sonido y la textura como vehículos primordiales de ella.
Mendoza Hoff Revels
AUM Fidelity
Sunny Five
Intakt
Palle Mikkelborg, Jakob Bro, Marilyn Mazur
ECM
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