La curva de la semana: sube el teatro inclusivo, baja Harry Styles, vuelve el surrealismo
Además, el radar cultural de ‘Babelia’: Mónica Ojeda y Samanta Schweblin triunfan en EE UU, la voz de ultratumba de Bill Callahan se ablanda y la nueva ciencia ficción sobre robots con sentimientos
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Ojeda y Schweblin triunfan en EE UU
Parece que el National Book Award de Estados Unidos tiene siempre, en su categoría de literatura traducida, dos plazas reservadas para las letras latinoamericanas. Todo un hito si pensamos en las reticencias del mercado estadounidense a la traducción. El año pasado llegaron a la exigente lista final de cinco dos autores chilenos: Nona Fernández con La dimensión desconocida y Benjamín Labatut con Un verdor terrible. Ganó la francocoreana Élisa Shua Dusapin con Un invierno en Sokcho, publicado en español por Alianza en versión de Alicia Martorell. Este año toman el relevo Mónica Ojeda, ecuatoriana afincada en España, y Samanta Schweblin, argentina residente en Alemania. Y ambas por las versiones (a cargo de Sarah Booker y Megan McDowell respectivamente) de Mandíbula —novela— y Siete casas vacías —cuentos—. A sus muchos méritos literarios y a su apuesta por una sutil forma de terror, hay que añadirles el valor de sus editores originales, dos sellos independientes como Candaya y Páginas de Espuma. El 16 de noviembre se sabrá quién gana. Y en qué lengua.
Salir de la ultratumba
En los noventa, el cómico Sean Hughes lo presentó así: “Desgraciados del mundo, demos la bienvenida a nuestro líder”. Pero algo ha cambiado en ese príncipe de las tinieblas existenciales llamado Bill Callahan. Su nuevo disco, 'YTILAER' (realidad, al revés), que se editó ayer, enseña otra cara del artista antiguamente conocido como Smog. Aunque su voz de ultratumba no lo ponga fácil, el cantante se ha ablandado, como demuestra un tema sobre los pies de su bebé (¡!) y otro que es lo más similar a un himno edificante que haya podido firmar (‘Natural Information’). El disco es, por cierto, excelente.
Los robots también lloran
La ciencia ficción de última hornada está protagonizada por robots dotados de inteligencia artificial, pero también de sentimientos. 'Despidiendo a Yang', estrenada en Amazon Prime tras su paso por Sitges, está protagonizada por un androide que ayuda a un matrimonio a educar a su hija adoptada, un cruce de niñera y mediador intercultural que les hace la vida mucho más fácil. Hasta que el autómata se avería y provoca que el frágil equilibrio familiar se tambalee. Dirigida por Kogonada, el hijo imaginario de Yasujiro Ozu y Spike Jonze, se suma a otras dos películas recientes con argumentos parecidos: 'I’m Your Man' (también en Amazon Prime), sobre un androide con aspecto de príncipe azul, y 'Del inconveniente de haber nacido' (Filmin), que no es una adaptación del libro homónimo de Cioran, sino una versión libérrima de 'Pinocho' sobre un padre que sustituye a su hija desaparecida por una niña robot. ¿Qué podía salir mal?
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