Dentro del asedio de Baler

El periodista Jesús Valbuena, bisnieto de uno de Los últimos de Filipinas, construye un documentado relato del célebre sitio al destacamento español en la iglesia de una localidad remota del archipiélago

Supervivientes del destacamento de Baler, en el patio del cuartel Jaime I, de Barcelona, en septiembre de 1899, en una imagen publicada en la revista 'La Ilustración Artística'.MUSEO DEL EJÉRCITO

El periodista Jesús Valbuena García supo desde niño, en la casa familiar en la montaña palentina, de los hechos que han pasado a la historia de España como Los últimos de Filipinas (llamados así por la popular película de 1945; antes, sus protagonistas fueron conocidos como Los héroes de Baler). Su bisabuelo fue el cabo García Quijano, uno de los 35 supervivientes del asedio (al principio se encerraron 54 hombres) que desde el 30 de junio de 1898 sufrió un destacamento español en una iglesia d...

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El periodista Jesús Valbuena García supo desde niño, en la casa familiar en la montaña palentina, de los hechos que han pasado a la historia de España como Los últimos de Filipinas (llamados así por la popular película de 1945; antes, sus protagonistas fueron conocidos como Los héroes de Baler). Su bisabuelo fue el cabo García Quijano, uno de los 35 supervivientes del asedio (al principio se encerraron 54 hombres) que desde el 30 de junio de 1898 sufrió un destacamento español en una iglesia de la remota localidad filipina de Baler, al norte de la isla de Luzón, por parte de los nativos que luchaban para independizar su país. Allí resistieron 337 días, la mayoría con la guerra terminada porque España había arriado la bandera del imperio y entregado el archipiélago a EE UU a mediados de agosto. Una historia, pues, con su lado de esperpento y otro de resistencia sobrehumana, en estricta obediencia militar.

En el libro Más se perdió en Filipinas, Valbuena narra de modo atractivo, en orden cronológico, aquellos acontecimientos, sobre todo según la visión de los sitiados, gracias a los testimonios que ha recogido de otros descendientes de soldados, de los diarios de varios protagonistas, lo que publicó la prensa de la época y libros anteriores, en especial, el de Manu Leguineche, Yo te diré (1998). Valbuena es buen conocedor del terreno, adonde ha viajado en varias ocasiones desde hace casi treinta años. Su pasión por este hito le ha llevado a crear una web (baleria.com), dirigir el documental Regreso a Baler y promover homenajes y conferencias. En esta obra aporta como novedad las declaraciones de descendientes del lado filipino. Con toda esta información ha reconstruido, como si estuviera en el interior de la iglesia de San Luis Obispo, los sucesivos episodios del cerco: los combates, fallecidos por enfermedades como el beriberi, hambre (comieron ratas), agotamiento, estados de ánimo que rozaban el delirio y uno de los momentos más terribles: el fusilamiento de dos soldados que intentaron desertar. Como escribe Inma Chacón en el prólogo, “más que un libro de historia, es de intrahistorias”.

La iglesia de Baler, fotografiada en febrero de 1900, ocho meses después de finalizar el asedio.ARCHIVOS NACIONALES DE ESTADOS UNIDOS

Es sabido que, después de varios intentos infructuosos de los filipinos y de emisarios de sus compatriotas para convencerlos de que la guerra había terminado, los soldados supieron la verdad gracias a una pequeña información, que ni siquiera era sobre la guerra, publicada en uno de los periódicos que les había entregado un militar, enviado por las autoridades españolas, que quería disuadirles de su actitud. Los atrapados en el tiempo capitularon el 2 de junio de 1899.

Valbuena, en un tono de afecto y cariño por los que en su mayoría eran quintos reclutados que no habían reunido el dinero para librarse de ir a filas, continúa su documentado relato hasta el regreso de los militares a España, “recibidos con calor popular y frío institucional”, escribe. Paradójicamente, sí habían sido honrados por el enemigo tras su rendición. Con el tiempo se les olvidó hasta que el franquismo quiso sacar provecho con la película de Antonio Román, deslizándola como propaganda de los valores nacionalcatólicos que promovía la dictadura. Este libro es una oportunidad para regresar, de forma entretenida y realista, a Baler.

Más se perdió en Filipinas

Autor: Jesús Valbuena García.


Editorial: Encuentro, 2021.


Formato: tapa blanda (336 páginas, 22,50 euros).

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