Tiempo de cruzadas gamadas: así gana la “ultraderecha de Dios”

Cruzada sí, pero de cruz gamada. Así adjetivó el historiador Herbert R. Southworth el golpe militar que desembocó en 1936 en guerra civil y en una dictadura que un teólogo ilustre llamó nacionalcatólica. El libro lo publicó Ruedo Ibérico en París, en 1963, con el título El mito de la cruzada de Franco, y fue el primero de otros que el investigador estadounidense dedicó a España, como el recuento que hizo de los apoyos que Hitler y Mussolini aportaron al bando golpista, en dinero, armas, aviones y soldados. Han pasado muchas décadas y las naciones occidentales, en su inmensa mayoría, se ...

Cruzada sí, pero de cruz gamada. Así adjetivó el historiador Herbert R. Southworth el golpe militar que desembocó en 1936 en guerra civil y en una dictadura que un teólogo ilustre llamó nacionalcatólica. El libro lo publicó Ruedo Ibérico en París, en 1963, con el título El mito de la cruzada de Franco, y fue el primero de otros que el investigador estadounidense dedicó a España, como el recuento que hizo de los apoyos que Hitler y Mussolini aportaron al bando golpista, en dinero, armas, aviones y soldados. Han pasado muchas décadas y las naciones occidentales, en su inmensa mayoría, se distinguen por la autonomía de los Estados respecto a las diferentes religiones, lo que llamamos laicismo. O eso creíamos. Hace un par de años, el teólogo Juan José Tamayo advertía en este periódico de un peligro que entonces parecía una nueva llegada de los bárbaros. La internacional del odio asalta el poder blandiendo la Biblia, titulaba el informe, que ilustraba sobre la irrupción en Europa de una tendencia que calificó como “la ultraderecha de Dios”. Sus últimos libros son reveladores al respecto: La Internacional del odio. ¿Cómo se construye? ¿Cómo de deconstruye? (Icaria), La compasión en un mundo injusto (Fragmenta), y Pedro Casaldáliga. Larga caminada con los pobres de la tierra (Herder).

La originalidad del primero es patente, pues elabora una teología política crítica del teísmo político, que hoy reviste la modalidad de cristoneofascismo. Se trata de una nueva manera de relación entre la religión y la política, es decir, de la alianza entre una extrema derecha homófoba, racista, negacionista del cambio climático y de la violencia machista, con los movimientos cristianos fanáticos y fundamentalista. Con esos mimbres se va armando una Internacional en perfecta coordinación, extendida por todo el mundo, preferentemente en Europa y América. Los ejemplos abundan, pero fijémonos en Brasil, donde ejerció su apostolado el obispo Pere Casaldáliga, que vivió siempre amenazado de muerte por su “larga caminada con los pobres”. Brasil es ahora el lugar político y religioso más representativo del cristoneofascismo, con la alianza del presidente Jair Bolsonaro, las megaiglesias, sectores de la judicatura y del ejército y la oligarquía.

En España, el autor señala a Vox, pero también a un sector del PP y las organizaciones HazteOir, InfoCatólica, el Yunque y la Asociación de Abogados Cristianos, y a unos 20 obispos de la Conferencia Episcopal

¿Y España? Por la parte política, Tamayo señala a Vox, pero también a un sector del PP, y por la parte católica, analiza a las organizaciones HazteOir, InfoCatólica, el Yunque y la Asociación de Abogados Cristianos, y a un sector de obispos, en torno a 20, con el presidente de la Conferencia Episcopal y cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, en primera línea.

Suele decirse que se vive más cómodo en el odio que en el amor. Impresiona la insignificancia ideológica con que se ha construido esta Internacional del odio. Pero la nueva religión del cristoneofascismo cuenta con el apoyo de muchos poderes, y ha venido para quedarse. Para sostener que el cristoneofascismo lleva a cabo un secuestro de los valores cristianos, Tamayo expone de manera exhaustiva las principales manifestaciones de odio contra la llamada “ideología de género”, la homosexualidad, la inmigración, el islam, el judaísmo, la educación sexual en las escuelas, el laicismo o el evolucionismo, siempre en la dialéctica amigo-enemigo. La intención es convertir el odio en un valor cristiano. Tamayo, teólogo cristiano con más de 70 libros publicados, concluye que los políticos que exhiben la Biblia en sus mítines y los obispos exaltados en sus diatribas contra el poder civil contravienen el principio cristiano del amor al prójimo, incluso al enemigo.

Es el tema de La compasión en un mundo injusto, que llega esta semana a las librerías coincidiendo con la celebración del 75º cumpleaños del autor. Se trata de un riguroso recorrido por la compasión en las diferentes tradiciones religiosas y laicas, con una sólida fundamentación filosófica y teológica de ella.

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