Chéjov, esposo a tiempo parcial
Un montaje ágil y expresivo de Santiago Sánchez rememora en el Teatro Fernán Gómez de Madrid la historia del autor ruso y la actriz Olga Knipper, encarnada por dos actores veraces y radiantes
Antón Chéjov y Olga Knipper pasaron las seis semanas de su luna de miel en un sanatorio de los Urales. A sus 40 años, el autor de Tres hermanas padecía una tuberculosis que se lo llevaría por delante cuatro años después, en 1904. Durante ese periodo breve, fue esposo a tiempo parcial. Su mujer, joven primera actriz, era cofundadora del recién creado Teatro de Arte de Moscú (TAM), agitador de la vida cultural capitalina. Chéjov tenía que pasar los meses fríos en Crimea, adonde peregrinaban por prescripción facultativ...
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Antón Chéjov y Olga Knipper pasaron las seis semanas de su luna de miel en un sanatorio de los Urales. A sus 40 años, el autor de Tres hermanas padecía una tuberculosis que se lo llevaría por delante cuatro años después, en 1904. Durante ese periodo breve, fue esposo a tiempo parcial. Su mujer, joven primera actriz, era cofundadora del recién creado Teatro de Arte de Moscú (TAM), agitador de la vida cultural capitalina. Chéjov tenía que pasar los meses fríos en Crimea, adonde peregrinaban por prescripción facultativa enfermos de tisis de todas las Rusias. En 1900 la epidemia de tuberculosis aniquiló a 350.000 habitantes del imperio zarista, más de los que ha matado la pandemia de covid-19 en la Federación de Rusia desde que se registraron los primeros casos en 2020.
En Tu mano en la mía, comedia que se representa en el Teatro Fernán Gómez, de Madrid, en un montaje ágil, expresivo y percutiente de Santiago Sánchez, Carol Rocamora recrea con fidelidad la relación (primero amistosa, luego apasionada y tierna) que mantuvieron la actriz y el autor ruso. Traductora en lengua inglesa de todas las piezas de Chéjov, Rocamora no se inventa una palabra y teje su obra escogiendo lo que le conviene del hilo de cerca de 800 cartas que sus protagonistas se escribieron. Stanislavski, director del TAM, dijo que el éxito de la pareja se debía a que vivían separados, pero Chéjov a veces se moría de nostalgia. El estribillo que entona Irina en sendos finales de acto de Tres hermanas —”A Moscú… A Moscú…”— expresa el deseo del autor de encontrarse con su amada, según confesó él mismo.
El montaje de Sánchez con su equipo de L’Om-Imprebís dista del que Peter Brook estrenara en 2003. Sus intérpretes, Rebeca Valls y José Manuel Casany, representan la edad de sus personajes, mientras que los ya desaparecidos Michel Piccoli y Natasha Parry ofrecían una imagen crepuscular conmovedora, pues doblaban dicha edad. El trabajo de Casany resulta veraz, pero el de Valls es radiante. Se desenvuelven en cuatro planos: introducen la comedia, relatan la peripecia de sus personajes, interpretan dicha peripecia y representan brevemente algún fragmento de las obras que mencionan. Se desenvuelven mucho mejor y se lucen más interpretando a los dos protagonistas que en los pasajes donde recitan diálogos de piezas de Chéjov. El vestuario ecléctico le cae perfectamente a la Knipper de Valls. Respecto al pantalón vaquero que lleva el Chéjov de Casany, resulta tan extraño como lo sería colocar a Valentina Tereshkova en una nave Apollo. Detalles aparte, la función vale la pena: el público de una noche de diario lo reconoció con aplausos largos y cálidos.
‘Tu mano en la mía’. Autora: Carol Rocamora. Director: Santiago Sánchez. Teatro Fernán Gómez. Madrid. Hasta el 28 de noviembre
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