Baltasar Porcel, peldaño a peldaño

Wilhelm Dilthey publicaba en 1905 La historia del joven Hegel, un hito fundamental al que seguirían otros en una misma dirección: comprender el proceso de formación de un hombre que deslumbraría de pronto con la creación de un gran sistema filosófico. ¿De dónde salía Hegel? Sin que guarden mayor correspondencia, salvo el objetivo de responder a una misma pregunta —¿de dónde salió Porcel?—, el escritor y periodista cultural Sergio Vila-Sanjuán acaba de proporcionarnos con El joven Porcel una pieza biogr...

Wilhelm Dilthey publicaba en 1905 La historia del joven Hegel, un hito fundamental al que seguirían otros en una misma dirección: comprender el proceso de formación de un hombre que deslumbraría de pronto con la creación de un gran sistema filosófico. ¿De dónde salía Hegel? Sin que guarden mayor correspondencia, salvo el objetivo de responder a una misma pregunta —¿de dónde salió Porcel?—, el escritor y periodista cultural Sergio Vila-Sanjuán acaba de proporcionarnos con El joven Porcel una pieza biográfica de una gran densidad e interés desde muchos puntos de vista: biográfico, cultural y también político. La reconstrucción que hace Vila-Sanjuán de la historia de un ambicioso mallorquín, Baltasar Porcel (1937-2009), que con el tiempo sería un novelista de éxito y una pieza clave de la cultura en lengua catalana, es apasionante. Sin duda, el responsable del suplemento cultural de La Vanguardia era la persona idónea para emprender este relato, por su conocimiento del mundo catalán. Y por su amistad de largo tiempo con Porcel. Sin embargo, la historia que nos ofrece no es el relato ditirámbico del amigo que se fue. Es un libro riguroso y ameno a la vez en el que Vila-Sanjuán ha venido trabajando durante años y que se ha visto enriquecido por la libre consulta que ha podido hacer del archivo del escritor. El joven Porcel aporta mucha información inédita tanto del novelista como de las personas a las que trató en sus primeros años en Barcelona o antes en Mallorca.

La reconstrucción de la historia de un ambicioso mallorquín que con el tiempo sería un novelista de éxito y una pieza clave de la cultura en lengua catalana es apasionante

Porcel desembarcaba en Barcelona en 1960 con 300 pesetas en el bolsillo y una propuesta de trabajo ofrecida por Joan Triadú. Al joven mallorquín la vida en la isla, bajo el magisterio de un retorcido Llorenç Villalonga, se le había hecho insoportable. Por cercenar el libre vuelo de su inteligencia abierta a una gran curiosidad por el mundo, pero también por otras cosas. El biógrafo arranca con esta escena para hilar a partir de aquí, con hebras firmes, plurales y muy bien conducidas, el rápido ascenso de Porcel. La publicación de sus entrevistas en Destino y Serra d’Or anunciaron muy pronto la singularidad de su talento, que se afianzaría decisivamente en 1975 con su novela Cavalls cap a la fosca. Porcel llevaría su verdad al límite sin achicarse ante las polémicas que sus escritos e incluso su actitud desafiante y efectista podían despertar, forjándose bajo la férula de Josep Vergés, quien dirigía con mano de hierro el semanario Destino y la editorial del mismo nombre. Acabó haciéndose cargo de la dirección (y hundimiento definitivo) del semanario, cuando este pasó a ser propiedad de Jordi Pujol y Porcel, uno de sus hombres de confianza. Un capítulo borrascoso en la vida del novelista, pero elocuente de su progresiva relación con el poder político. Vila-Sanjuán se detiene justo a tiempo.

Mención aparte merece su relación con la escritora Concha Alós, tan olvidada. Conoció a Porcel, 11 años más joven, en la rotativa del periódico Baleares, del cual su marido, Eliseo Feijóo, era el director. La relación del matrimonio no era buena; ella sufría los maltratos de Feijóo, convencido falangista, y se abrió a una historia de amor que supondría un escalón eficaz en el ascenso de Porcel. Uno más. De hecho, la ­biografía de Vila-Sanjuán podría titularse “historia de una escalera”, por los peldaños que fue subiendo ­Baltasar Porcel confiando en sí mismo y en el atractivo de su singular talento. Su autor nos debe ahora la historia completa.

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