Javier Milei dobla su pulso contra los bancos con un nuevo apretón monetario
El Gobierno argentino responsabiliza a las entidades bancarias por la inestabilidad financiera


“El Gobierno más liberal del mundo”, como ha definido Javier Milei a su administración, está apelando a todos los instrumentos en manos del Estado para evitar una nueva devaluación del peso argentino frente al dólar. El Gobierno ultraderechista responsabiliza a los bancos por la inestabilidad financiera de las últimas semanas y por el aumento en la cotización de la divisa estadounidense, que en julio supuso una depreciación del 14% de la moneda local. Con ese diagnóstico, aplicó un apretón monetario para retirar pesos de circulación y evitar su conversión en dólares: subió los encajes bancarios, forzó a las entidades financieras a tomar letras del Tesoro y convalidó tasas de interés de hasta el 69%. El propósito detrás de las medidas es mantener controlada la inflación, el principal activo político de la gestión de Milei, al menos hasta las elecciones legislativas de octubre.
La tensión entre el Ejecutivo y los principales bancos que operan en el país ya había aparecido a mediados del año pasado y se viene profundizando en los últimos 45 días. A fines de julio, Milei reconoció el enfrentamiento: culpó a los bancos en general, y a dos entidades en particular, por la corrida cambiaria contra el peso. El ministro de Economía, Luis Caputo, los acusó de no respaldar las medidas del Ejecutivo.
Los banqueros no se han pronunciado formalmente, pero han dejado trascender su malestar por el intervencionismo de un Gobierno supuestamente liberal y por sus cambiantes medidas.
El Tesoro argentino intentó la semana pasada renovar letras cortas por unos 15 billones de pesos (equivalente a unos 11.000 millones de dólares), con tasas efectivas que llegaron al 69% anual. Pero los bancos solo aceptaron tomar menos de dos tercios de la oferta. El Ejecutivo dobló el pulso este lunes. Por segunda ocasión en agosto, dispuso una subida de los encajes (el monto de pesos que los bancos deben mantener en el Banco Central, como resguardo de los depósitos de sus clientes) y los llevó al 50%. A la vez, les permitió conformarlos, en parte, con nuevas letras, para las que llamó a una licitación de urgencia. Esta vez logró colocar 3,78 billones de pesos (unos 2.800 millones de dólares), a una tasa nominal anual del 51%. Se trata de un interés muy superior a la inflación actual, que corre debajo del 2% mensual.
“Esta licitación contribuye a completar el objetivo de absorción monetaria”, destacó Pablo Quirno, secretario de Finanzas del Ministerio de Economía.
La Secretaría de Finanzas anuncia que en la licitación del día de la fecha adjudicó $3,788 billones habiendo recibido ofertas por un total de $3,799 billones.
— Pablo Quirno (@pabloquirno) August 18, 2025
✅ TAMAR a:
➡️ 28/11/25 (M28N5) $3,788 billones a +1,00% TNA
Esta licitación contribuye a completar el objetivo de…
La zozobra financiera y cambiaria había mostrado sus primeros embates a fin del primer trimestre del año, hasta que Milei consiguió un nuevo rescate del Fondo Monetario Internacional por 20.000 millones de dólares. Con ese respaldo, en abril el Gobierno levantó parcialmente las restricciones cambiarias (el llamado cepo) y estableció un esquema de flotación cambiaria entre bandas (entre 1.000 y 1.400 pesos por dólar). Milei apostó por llevar la cotización de la divisa al piso mínimo y lo consiguió inicialmente, pero luego el mercado no lo convalidó. Tras varias oscilaciones, hoy el dólar cotiza por encima de los 1.300 pesos por unidad.
La inestabilidad se incrementó desde comienzos de julio, después de que el Gobierno cancelara las Letras Fiscales (LEFI), un instrumento financiero del Tesoro para absorber los excedentes de pesos. La decisión supuso el desarme de un stock de 15,5 billones de pesos en poder de bancos públicos y privados. El equipo económico de Milei aspiraba a que los bancos las canjearan por Letras Capitalizables (LECAP). No sucedió. Casi 10 billones terminaron como pesos circulantes y empujaron al alza el tipo de cambio.
Desde entonces, el Gobierno interviene con licitaciones de deuda, aumento de los encajes bancarios y venta de contratos de dólar futuro para sostener al peso. Si bien hasta ahora consiguió su objetivo de mantener al dólar entre las bandas y a la inflación bajo control, queda abierto el interrogante sobre el impacto que tendrá la subida de las tasas de interés en el encarecimiento del crédito y en una actividad económica aún en recesión.
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