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El FMI elogia la estabilización económica de Argentina, pero advierte de que la recuperación es “incierta y desigual”

El Fondo Monetario admite que se analiza un nuevo acuerdo con el Gobierno de Milei, que celebra una baja del riesgo país

Frente al ingreso de la Bolsa de Comercio en la calle 25 de Mayo, Buenos Aires, Argentina
Aspecto de la Bolsa de Comercio en la calle 25 de Mayo, Buenos Aires, Argentina. En diciembre 2023.

Después de las apreciaciones que Kristalina Georgieva le dedicó el jueves a la política económica de Javier Milei, el Fondo Monetario Internacional reiteró este viernes que en Argentina se está “restaurando la estabilidad macroeconómica”, pero advirtió también que la recuperación de la actividad es “incierta y desigual”. De hecho, el informe Perspectivas económicas: Las Américas que presentó el FMI destaca al país sudamericano como el único de la región con superávit fiscal y, a la vez, el único con caída del PIB para este año y con alta inflación (rondaría el 140%). Los datos se conocieron mientras el Gobierno de Milei celebra la baja del riesgo país por primera vez por debajo de los 1.000 puntos desde 2019 e intenta negociar un nuevo acuerdo con el FMI, en busca de fondos frescos que le permitan levantar las restricciones cambiarias (el llamado “cepo”). Las autoridades del FMI reconocieron este viernes que la posibilidad es analizada.

El informe del FMI fue presentado en el marco de la reunión anual del organismo multilateral. Un día antes, el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, se había reunido con la directora gerente del Fondo. “Celebramos el progreso de Argentina en estabilizar su economía”, había dicho entonces Georgieva.

“En Argentina, la firme implementación del programa está ayudando a restaurar la estabilidad macroeconómica”, apunta el informe del FMI conocido este viernes. “En el primer semestre de 2024, las autoridades han logrado un superávit fiscal (el primero en 16 años), han reconstituido las reservas y han reducido la inflación más rápidamente de lo previsto”. Señala luego que “están apareciendo signos de estabilización económica, y la actividad económica se expandió a partir de abril”. Sin embargo, alerta que “el ritmo de recuperación sigue siendo incierto y desigual entre los sectores”, y que “para mantener los avances será necesario que las políticas sigan evolucionando, en particular en los frentes monetario, cambiario y estructural”. En otras palabras, además de un mayor ajuste del gasto, el organismo insiste en pedir al Gobierno de Milei que elimine el cepo y los controles del mercado de cambios.

Los datos del FMI indican que Argentina terminará sufriendo este año “una contracción de alrededor de 3,5%” de su economía y proyectan para 2025 un crecimiento “en torno a 5%”. También exhiben una caída de cinco puntos del PIB en el gasto primario (bajaría de 35,3% en 2023 a 30,2% este año): así, el superávit equivaldría a 1,8% del producto en 2024. Además, prevén que “la inflación anual termine el año por debajo de 140% y que descienda hasta cerca de 45% para finales de 2025″.

Las cifras del país gobernado por el ultraderechista Milei contrastan con el resto de Latinoamérica y el Caribe: “La mayoría de los países de la región (excluidas Argentina y Venezuela) están convergiendo hacia su (débil) crecimiento potencial”, en torno al 2,6% este año, detalla el informe del FMI.

De la presentación del informe participaron el director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, Rodrigo Valdés, y los subdirectores Ana Corbacho y Luis Cubeddu. En la conferencia de prensa que ofrecieron en Washington confirmaron que el Gobierno argentino analiza un nuevo programa de refinanciamiento de la deuda en reemplazo del actual, que finaliza a finales de año. “Nuestra esperanza es que estemos en condiciones de proporcionar un poco más de información sobre esto en términos de la estrategia y el compromiso en las próximas semanas”, dijo Cubeddu. Aunque las actuales reuniones con los funcionarios argentinos versan principalmente sobre el acuerdo vigente, “las autoridades también están explorando las opciones para pasar a un nuevo programa”, agregó.

“En las conversaciones también enfatizamos que aún quedan desafíos”, dijo Cubeddu, quien se ocupa de la relación con Argentina tras la decisión de Valdés de ceder el control del caso argentino tras reiterados ataques de Milei. Y precisó que se discutió “la necesidad de desmantelar gradualmente algunos de los esfuerzos, restricciones y controles existentes [...] Obviamente, esto debe hacerse de una manera cuidadosamente calibrada”. Hasta ahora, el Gobierno de Milei se resiste a levantar el cepo cambiario por temor a generar una nueva devaluación (al unificarse las cotizaciones de divisas hoy dispersas en los distintos mercados formales e informales) y no poder controlarla por las escasas reservas del Banco Central.

Justamente, reforzar las reservas es uno de los objetivos por los que el Ejecutivo argentino aspira a un nuevo acuerdo de financiamiento con el FMI. El programa en vigor se selló a comienzos de 2022 y Argentina consiguió desembolsos periódicos para poder afrontar el pago de intereses de la multimillonaria deuda contraída con el propio Fondo en 2018, durante la presidencia del conservador Mauricio Macri –el préstamo más grande otorgado por el organismo en su historia: casi 45.000 millones de dólares–. Ahora, el Gobierno de Milei pretende obtener aportes extra de entre 10.000 y 15.000 millones de dólares. Es que en 2025 Argentina enfrenta vencimientos de deuda por 20.000 millones. Las reservas del Banco Central hoy cuentan con 29.000 millones brutos.

Créditos de bancos privados

Además de la negociación con el FMI, el Gobierno argentino avanza con otra opción para obtener recursos: el ministro Caputo anunció este miércoles que el país obtendrá un préstamo puente (REPO) de bancos privados, a pagar en tres años. De acuerdo con versiones periodísticas, sería de 2.700 millones dólares e involucraría a los bancos Santander y JP Morgan. Con esos ingresos, Economía pretende afrontar los vencimientos de deuda de enero.

El anuncio impactó favorablemente en los mercados financieros y el riesgo país de Argentina (el diferencial que paga por sobre los intereses de deuda de Estados Unidos) descendió debajo de los 1.000 puntos. Este viernes, el indicador que elabora JP Morgan, una referencia global para los inversores, llegó a tocar los 984 puntos, el menor valor desde agosto de 2019. También subieron los bonos de la deuda pública argentina, casi 1,5% en promedio. La baja del riesgo país fue celebrada por funcionarios del Gobierno y por el propio Milei desde sus redes sociales. El declive alimenta en la Administración ultra la esperanza de poder volver a tomar deuda en los mercados internacionales a tasas favorables, una opción inviable desde 2018, cuando se debió recurrir al FMI y comenzó el declive del Gobierno de Macri, con el mismo Luis Caputo como ministro de Finanzas.

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