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La denuncia por violencia de género contra Fernández dinamita al peronismo y da oxígeno a Milei

El kirchnerismo se solidariza con la exprimera dama Fabiola Yáñez, mientras el Gobierno usa el escándalo para arremeter contra las políticas feministas

Alberto Fernandez
Alberto Fernandez expresidente de la Argentina en su despacho de la Casa Rosada, en noviembre 2023.Anita Pouchard Serra

La denuncia judicial de Fabiola Yáñez contra el expresidente argentino Alberto Fernández es demoledora: la exprimera dama lo acusa de haberla golpeado en varias ocasiones mientras convivían en la quinta presidencial, incluso cuando estaba embarazada, y de someterla a “terrorismo psicológico” y acoso telefónico en la actualidad, tras una ruptura que los hizo poner un océano de por medio. Yáñez vive en Madrid con el hijo de la pareja, de dos años; Fernández, en Buenos Aires. El caso quedó en manos de la justicia, pero la onda expansiva de esta bomba ha dejado numerosos heridos. El primero, Fernández, convertido en paria político; detrás de él, un peronismo en horas bajas que hace lo posible por despegarse del hombre que dirigió el país entre 2015 y 2019; y de rebote, los movimientos feministas, que sufren el asedio del Gobierno de Javier Milei.

Fernández está destrozado y se niega por ahora a dar su versión en público. Hablará ante la Justicia, a la que espera convencer de que los hechos que se le imputan son falsos. Ocho meses después de dejar el poder, el dirigente peronista tiene dos frentes abiertos en la Justicia: la denuncia presentada por Yáñez y la causa por presunta corrupción vinculada a la contratación de seguros estatales durante su gestión. Ambas tienen como punto de conexión los mensajes almacenados en el teléfono celular de la secretaria de Fernández, María Cantero. Según el diario Clarín, los investigadores encontraron fotografías que muestran a la exprimera dama con un ojo morado y con golpes en el costado derecho de la espalda.

El expresidente está solo. Nadie ha salido a defenderlo, ni tan sólo a pedir que se respete el principio de inocencia del que goza cualquier acusado hasta que hay un fallo judicial contra él. Algunos dirigentes peronistas guardan silencio, mientras que otros han arremetido contra el expresidente con una saña que deja al descubierto tanto las diferencias irreconciliables entre Fernández y quienes responden a Cristina Kirchner como la decepción que generó en referentes sociales y feministas a los que sumó a su Gobierno.

“Siempre le creemos a la víctima”

El peronismo se ha visto golpeado en los últimos meses por casos muy sonados, como la condena del gobernador José Alperovich a 16 años de cárcel por violar a su sobrina, la acusación por abuso sexual contra el alcalde del municipio más grande de la periferia bonaerense, Fernando Espinoza, y ahora la acusación contra Fernández.

Un total de 39 de los 99 diputados del bloque peronista Unión por la Patria han presentado este miércoles un proyecto de resolución en el que expresan su “profunda preocupación” por la denuncia de Yáñez y piden que se investigue. “Corresponde reafirmar nuestra convicción política respecto a que en estos casos siempre le creemos a la víctima”, dice el escrito. La Cámpora, la agrupación política dirigida por Máximo Kirchner, también se ha solidarizado en público con la exprimera dama y ha expresado su repudio a los hechos de violencia machista, “agravados en este caso por el ejercicio de poder que implica el cargo de presidente de la Nación”. La Cámpora acusó a Fernández de haber ejercido violencia contra Cristina Kirchner “así como contra mujeres de su entorno cercano a quienes responsabilizó por cuestiones que se le cuestionaron públicamente a él”.

Una de las alcaldesas más cercanas a Cristina Kirchner, Mayra Mendoza, afirmó que Fernández “tiene todas las características de poder haber ejercido violencia de género”, mientras que uno de los cuadros más jóvenes del peronismo, Ofelia Fernández, calificó al expresidente de “psicópata” por “haber usado durante años al feminismo y a sus militantes” y sostuvo que su gestión fue “una interminable decepción”.

Las palabras de esta exlegisladora de 24 años dan cuenta del impacto que tiene esta denuncia entre las jóvenes que en la última década han salido a las calles en masa contra la violencia machista. Como presidente, Fernández se presentó siempre como un defensor de los derechos de las mujeres y y se ufanó de “estar poniéndole fin al patriarcado” tras la legalización del aborto. En la campaña electoral para elegir a su sucesor, el discurso antifeminista de Milei facilitó que el peronista Sergio Massa lograse un apoyo siete puntos mayor entre mujeres que en hombres, aún aunque fue insuficiente para vencer al ultraderechista en las elecciones presidenciales de 2023.

“Ellos pueden golpear pintados de verde”

El caso ha sido un regalo para Milei en un momento en el que las encuestas muestran una pérdida de apoyo por la ausencia de logros económicos. La inflación ha disminuido, pero a costa de una dura recesión y de un aumento de la pobreza y el desempleo. Milei ha usado la denuncia para reforzar su campaña de desprestigio contra las políticas de género y quienes las defienden. “Ellos pueden golpear, maltratar, violentar, robar y cualquier otra atrocidad pintados de verde”, arremetió este miércoles el presidente ultraderechista a través de las redes, en referencia al color de la campaña a favor de la legalización del aborto que logró su objetivo en diciembre de 2020, bajo la presidencia de Fernández. El mandatario argentino subrayó que trabaja desde el primer día de su mandato, el 10 de diciembre, para poner fin a la “estafa” de las políticas de género: “Una estafa de la cual se beneficiaron unos pocos, pero que financiaron todos los argentinos”.

El portavoz presidencial, Manuel Adorni, reforzó el discurso de su jefe. “Después de haber tenido tanto Ministerio de la Mujer, tanta política de género, tanto dinero que se usó para hacer politiquería con estos temas...Y que el tema de la violencia de genero siga siendo un tema tan sufrido por tantas personas, la verdad que da mucha pena”, declaró en rueda de prensa. Horas después, Adorni, alentó a las mujeres a denunciar a la línea 144. Este servicio de contención y acompañamiento a las víctimas de violencia de género ha sido reducido al mínimo y desprovisto de herramientas para ayudar durante esta gestión.

“El problema es Fernández, no el feminismo”

Los movimientos feministas han plantado cara al intento de sacar rédito de la denuncia por parte de un gobierno que ha abandonado a las víctimas de violencia a su suerte. La periodista Ingrid Beck, una de las fundadoras del colectivo Ni Una Menos, escribe en el medio online Cenital que este caso “no sólo muestra que se trata de un fenómeno estructural y transversal, sino que aun quienes se manifiestan ‘aliados’ y se autoperciben feministas son capaces de ejercer violencia contra las mujeres”. La presunta violencia ejercida contra Yáñez, de confirmarse, sería un caso entre muchos otros. En Argentina una mujer es asesinada por su condición de género cada 35 horas en promedio.

La organización ELA ha reivindicado el gran cambio cultural que ha hecho posible que casos como el de la exprimera dama o el de la sobrina del gobernador Alperovich salgan a la luz. “En otro momento de la historia, hubiera sido imposible denunciar a una persona con tanto poder”, destacó ELA en un comunicado. “Si hoy hay tantas personas dispuestas a creer en la palabra de la víctima es porque las mujeres trabajamos para que esto suceda desde hace muchas décadas”, agregó. El feminismo que tanto apoyo a Fernández, por ahora se le ha vuelto en contra.

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