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La investigación contra el atacante de Cristina Kirchner apunta a que planeó el asesinato junto a su novia

Fotografías halladas en los teléfonos de Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte muestran a la pareja posando con un arma similar a la que él usó para disparar contra la vicepresidenta argentina

José Pablo Criales
Sabag Montiel
Fotografía hallada en el celular de Sabag Montiel en la que posa con un arma.RR. SS.

Fernando Sabag Montiel no actuó solo. El pasado jueves, cuando se infiltró entre centenares de militantes e intentó disparar a Cristina Kirchner, fue acompañado por su novia. Llegaron poco antes de las nueve de la noche, y no les costó mucho trabajo mezclarse entre la multitud que esperaba a la vicepresidenta argentina en las puertas de su casa. Una filtración en la investigación confirma que lo tenían planeado desde antes: en imágenes encontradas en uno de sus teléfonos, ambos posan con un arma parecida a la que Sabag Montiel intentó disparar a centímetros de la frente de Kirchner. Las nuevas pruebas fortalecen la tesis de la Justicia de que existió un plan premeditado de ataque.

Brenda Uliarte había sido detenida el domingo por la noche, después de que la investigación revelara que esperaba a su pareja en los alrededores de la casa de la vicepresidenta la noche del atentado. Este martes, negó haber participado del ataque ante la indagatoria de la jueza que lleva la causa. Sabag Montiel se negó a declarar.

Uliarte mintió dos veces en televisión. El día después del intento de asesinato, contó que convivía con Sabag Montiel desde hace un mes, pero que no lo había visto en los últimos días. Uliarte había accedido a la entrevista porque, según denunció, estaba siendo acosada y quería dejar en claro que no tenía nada que ver con el atentado. “Estoy con mucho miedo, porque nos quitan la posibilidad de trabajar y también porque nos están culpando de algo que no hicimos”, dijo, rodeada de amigos ante las cámaras de Telefé.

Brenda Uliarte, pareja de Sabag Montiel
Fotografía hallada en el celular de Sabag Montiel de su pareja, Brenda Uliarte, posando con un arma.RR. SS.

La jueza que lleva el caso decretó el secreto sumario de la investigación, y Uliarte durmió en prisión desde entonces. Este martes, imágenes adelantadas por el diario Clarín volvieron a desmentir sus dichos: la joven había afirmado que desconocía que su novio tuviese un arma, pero en una de las fotos se la ve posando con una pistola Bersa atada a su cintura, la misma marca que usó el atacante. En otra de las fotografías, Sabag Montiel acaricia el gatillo y mira fijamente al lente. El arma, de fabricación nacional y con al menos 40 años de antigüedad, estaba registrada a nombre de un vecino del atacante que falleció en 2021.

Tras la revelación, tanto Sabag Montiel como Uliarte fueron trasladados a la sede del Poder Judicial, en Buenos Aires, para que sean indagados por la jueza. Uliarte compareció este martes sobre las ocho de la noche y negó su participación en el ataque. Es la primera vez que comparece ante la jueza, después de que se negara a aceptar al mismo abogado que lleva la defensa de Sabag Montiel. El atacante se negó a declarar por segunda vez desde que fue detenido el jueves tras el atentado.

La Justicia también determinó que la pareja tenía trazado un plan. Uliarte fue detectada en los alrededores del departamento de Cristina Kirchner días antes del ataque, según la reconstrucción que hicieron las autoridades a partir de la geolocalización de sus móviles y de un relevamiento de cámaras de seguridad.

Los vídeos complican a la joven, que fue detenida dos días después del atentado mientras viajaba en tren hacia el centro de la ciudad. La reconstrucción que hicieron las autoridades muestra que ella y Montiel pasaron casi todo el día juntos: ese jueves viajaron a la periferia de Buenos Aires a pagar la reserva de una sesión con un tatuador y volvieron a la ciudad. Minutos antes de las nueve de la noche, llegaron juntos al barrio de Recoleta, donde los militantes de Cristina Kirchner llevaban 10 días de vigilia tras los últimos avances de una causa por corrupción en su contra. Un fiscal federal pide una condena de 12 años de prisión y su inhabilitación perpetua por, supuestamente, haber encabezado una organización ilícita que se enriqueció con desvíos de dinero en la obra pública durante su Gobierno, entre 2007 y 2015.

Algodón de azúcar y vídeos porno

No es la primera vez que Sabag Montiel, de 35 años, y Uliarte, de 23, acaparan la atención de las cámaras de televisión. Semanas antes del atentado, la joven protagonizó una entrevista callejera en la que se quejaba de la inmigración y de los planes sociales de ayuda a los desempleados. “Tengo 23 años, no tengo hijos. ¿Vos sos argentina? En vez de venir a un país a cobrar un plan, andá a tu país a cobrarlo ahí”, increpó a otra entrevistada, y se enorgulleció de haber renunciado a las ayudas del Estado: “Con el plan se ganaba 18 [mil pesos, unos 130 dólares al cambio oficial], pero eso lo hago en tres días trabajando. Se sale adelante trabajando, no cobrando planes. Es mejor salir a trabajar que cobrar un plan, no sean vagas, salgan a trabajar”.

Sabag Montiel la acompañaba. Según contaron, vendían algodón de azúcar junto a otros amigos en la avenida Corrientes, la arteria principal del circuito de teatros de Buenos Aires. Pero esa era solo una de sus ocupaciones. El atacante había sido detenido en marzo de 2021 por circular en un coche sin matrícula y portar un cuchillo de 35 centímetros. Usaba el coche como chofer de aplicaciones.

Brenda Uliarte también contó en televisión que estudiaba la carrera de Medicina, pero en una entrevista con el diario Clarín, su tío dudaba de que hubiera terminado la secundaria. En su perfil de LinkedIn tiene una sola referencia: trabajadora de limpieza en una estación de servicio. Uliarte se hacía llamar Ámbar en redes sociales y en plataformas de pago, donde vendía contenido erótico. También transmitía vídeos en directo en páginas pornográficas.

Todo el contenido de su cuenta de Instagram ha sido eliminado, pero el lunes todavía se podían ver los últimos rastros que dejó antes de ser detenida: una transmisión en directo en la que afirmaba no temer a ser llamada a declarar, y el discurso que el diputado ultraderechista, Javier Milei, dio el sábado en el Congreso durante una sesión en condena contra el ataque sufrido por la vicepresidenta. “Hubo muertos ayer, hubo muertos hoy, y habrá muertos mañana. Y la política se sigue mirando el ombligo”, decía Milei, que tiene un 15% de apoyo en las encuestas presidenciales del próximo año. ”Dejamos claro nuestro repudio a la violencia, pero no aceptamos este show dantesco de la política”, decía al final del vídeo, que Uliarte acompañó con un mensaje al diputado: “¡Fuerza, león!”.

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Sobre la firma

José Pablo Criales
Es corresponsal de EL PAÍS en Buenos Aires. Trabaja en el diario desde 2019, fue redactor en México y parte del equipo de la mesa digital de América. Es licenciado en Comunicación por la Universidad Austral y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS.

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