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Ser o no ser: actriz y mamá. El universo personal de Irene Azuela

¿Existe una relación entre la actuación, el mensaje del Hamlet de Shakespeare, una obra en donde la presencia de la muerte es una de sus constantes, y la maternidad? Para la actriz Irene Azuela, la entrega total, la pasión y el sentido de comunidad hilvanan algunas de las aristas más importantes de la vida.

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Ricardo Pineda

Una de las constantes de la dramaturgia, o al menos al interior de algunas de sus obras más trascendentes, es la de la habilidad y el arte de transformar lo complejo, vedado o hermético en reflexiones, mensajes o discursos universales -cercanos a la realidad del espectador-, independientemente de su época y contexto. Hablamos además de un terreno en donde los temas vitales de la vida humana se confrontan, cuestionan y reconfiguran de forma viva y dinámica, a través del tiempo.

Uno de los ejemplos más vitales de lo arriba expuesto se encuentra de forma contundente en Hamlet, la icónica obra de teatro escrita por el dramaturgo inglés William Shakespeare, autor y obra por demás canónicos y universales, considerados el referente ineludible de la literatura de todo occidente.

Por más de 400 años, Hamlet -una obra tomaría poco más de cuatro horas de espectáculo en representación fiel- ha sido objeto de múltiples estudios, relecturas, interpretaciones, traducciones y adaptaciones a lo largo y ancho del mundo, trascendencia y universalidad que para el dramaturgo mexicano Mario Conde se enquista, entre otras cosas, en un tema que no nos podemos quitar de encima: la relación con nuestros padres.

“Todo Disney se construyó con los mommy issues. Otros grandes ejemplos de la literatura como Edipo rey, La vida es sueño, La muerte de un viajante, Las batallas en el desierto, y del cine como Todo sobre mi madre, Star Wars o Nebraska se mueven sobre lo mismo y brindan una respuesta o un punto de vista: ‘mi padre me traicionó’, ‘debo aceptar a mi madre como es’, ‘mis padres no son lo que creía’, ‘aprendí a amar a mis creadores’. Mientras que Hamlet no sabe qué pensar. Por eso su extensión: de las cuatro horas, son tres con vacilaciones sobre si Hamlet debe ‘ser o no ser’ un hijo digno: obedecer a su padre y condenarse al infierno, o dejarlo morir y solapar la traición de su tío que, fuera de ser un regicida y un chapulín [traicionero, desleal], no muestra otro vicio, menos para con Hamlet”, precisa Mario Conde.

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Ser… madre y actriz

La vitalidad, fuerza y maleabilidad referida en la obra de Shakespeare ha permitido también una reimaginería no sólo desde la libertad y las licencias en torno a su adaptación y montaje mismos, sino sobre las lecturas adyacentes de su contexto. Dos ejemplos recientes nos invitan a leer Hamlet desde la sensibilidad femenina y la maternidad.

El primero de ellos es Hamnet, novela de la escritora irlandesa Maggie O’Farrell, considerada una de las mejores obras literarias de 2021, basada en la muerte del hijo de William Shakespeare -nombre que nunca es mencionado en el libro-, visto desde el mundo íntimo de Anne Hathaway, la madre, tres años antes de que el dramaturgo inglés publicara Hamlet, generando un juego de dualidad entre la obra y su contexto, enfatizando una reflexión sobre el duelo y la maternidad.

El otro ejemplo recién tuvo cita en el Teatro Milán de la Ciudad de México, en donde la actriz Irene Azuela (El búfalo de la noche, Las oscuras primaveras, Arráncame la vida) protagonizó una nueva versión de este clásico, la cual registró 21 exitosas funciones con localidades agotadas, entre el 10 de marzo y el 1 de mayo de 2022.

Concebida por su productor Óscar Uriel desde años previos a la llegada de la pandemia, la actriz mexicana cuenta en exclusiva para El País que si bien Hamlet es una obra demandante, también es un regalo y gozo para cualquier actor. “(...) no tuve más opción [aceptar el papel de Hamlet], porque a un personaje de ese tamaño se le tiene que decir que sí, siempre. Y sin duda Hamlet es uno de los personajes más complejos que se hayan escrito en la historia de la dramaturgia, la cual radica en encontrar este lugar donde coinciden los cuestionamientos, digamos intelectuales, con una cantidad importante de acontecimientos emocionales por los que atraviesa el personaje”.

“El teatro es un lugar en donde habitan la empatía y la imaginación, elementos muy valiosos hoy en día. Es además un lugar en donde habita la colectividad, idea que siempre me ha llamado la atención y parecido muy poderosa”. - Irene Azuela.
“El teatro es un lugar en donde habitan la empatía y la imaginación, elementos muy valiosos hoy en día. Es además un lugar en donde habita la colectividad, idea que siempre me ha llamado la atención y parecido muy poderosa”. - Irene Azuela.

O no ser… completamente entregados

Para Irene Azuela, una mujer apasionada e interesada por su profesión dentro y fuera del escenario, la conexión entre su faceta como actriz y el ser madre (iniciada en 2017), inevitablemente transcurre por una correspondencia mutua de entrega total y sin cortapisas, el ponderar las cosas importantes en su vida, así como el poder crear comunidad, elementos que se encuentran siempre presentes en su día a día.

“No veo otra manera de hacer una obra así, que a través de una inmersión completa y profunda. Para mí el teatro es un espacio donde tienes que entregarte por completo, pero en una obra como ésta, mucho más. No hay manera de que dosifiques, de que digas ‘hoy me voy leve, hoy me voy a cuidar’, te obliga muchísimo a dejarte ir y al mismo tiempo a poner atención, porque son conceptos muy sólidos los que habitan en ella, pero también muy sutiles, frágiles a la vez y hay cierta musicalidad en las palabras, y ni se diga la memoria; tienes que poner tu cuerpo, corazón y cabeza a trabajar.

“(El teatro) respecto a mi vida personal y el ser mamá me ha obligado a poner atención en lo que es primordial y ayudado a dosificar cosas que antes me eran difíciles de dosificar. Y de vuelta, ser mamá te hace un ser humano mucho más complejo, lo cual invariablemente llega a lo que uno pone en los personajes que interpreta”, considera la actriz.

La también ganadora del Premio Ariel como mejor actriz en 2008 y 2009 reflexiona sobre los vínculos entre la pieza de Shakespeare, una obra teatral en donde la muerte se encuentra siempre presente y contenida dentro de la vida misma, y la maternidad: “Recientemente he estado leyendo Hamnet, de Maggie O’Farrell, que trata del hijo que William Shakespeare y su esposa perdieron unos años antes de escribir Hamlet, centrado en la figura femenina. Esta referencia yo la conocía, pero hasta que leí el libro comprendí el estado en el que debió estar Shakespeare para escribir esta obra. Y qué fascinante también que Hamlet es ligeramente lo opuesto a lo que vivió el autor, el hijo adorando al padre. Eso me dio una lectura mucho más profunda”.

Al ser una obra que disfruta a plenitud, Irene Azuela reconoce que Hamlet es una pieza con pasajes que le resuenan e interesan de manera especial y que le resuenan de forma personal: “Me gusta mucho la escena con la madre, la percepción que tiene Hamlet de su mamá al descubrir que la vida sexual de ella es algo que le violenta, cuando se entera que ésta se encuentra aún activa no le gusta, se enoja, hace puchero…eso me parece un tema interesante. También todo el tema de ser o no ser, de hacer o no hacer, de decidir o no, me parece muy cabrón [grande, fascinante]. Creo que las personas que somos así de racionales como yo, eso nos puede mover muchísimo: ‘por qué tendría que tener más valor una cosa que la otra’. Ese dilema es uno con los que yo más conecto”.

Frente a un entorno lleno de incertidumbre y digitalización, en donde desde las pantallas de los móviles y las tabletas decidamos qué ver y cómo desde nuestras casas, la madre y actriz estima que la comodidad se encuentra un tanto sobrevalorada. “Es por eso que para mí el teatro es un lugar sagrado, en tanto para que estemos todos reunidos tuvimos que haberlo decidido, tener la voluntad para salir de nuestras casas para tener una experiencia que nos pusiera en un lugar que no tiene que ver con la comodidad, como cuando tienes un viaje increíble”.

Sobre la firma

Ricardo Pineda
Es branded content analyst para El PAÍS México. Periodista, locutor y especialista en contenidos y estrategias digitales. Trabajó en Forbes México, El Financiero, Radio UNAM e Infosel Financiero. Ha colaborado también como columnista sobre temas culturales en diversos medios locales. Es egresado de la UNAM y actualmente vive en Ciudad de México.
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