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Teatro hecho por y para vecinos: ‘El casamiento de Anita y Mirko’, en imágenes

La obra ha cumplido más de 20 años como uno de los referentes a nivel mundial de las artes escénicas comunitarias

'El casamiento de Anita y Mirko', una obra montada por vecinos de la zona de sur de Buenos Aires, supera los 20 años de presentaciones como uno de los referentes del teatro comunitario a nivel mundial. En la imagen, una integrnate del elenco gesticula antes de una función en el Circuito Cultural Barracas, en Buenos Aires, el 3 de diciembre de 2022.Magali Druscovich
En la obra actúan unas 80 personas, todos ellos vecinos y actores amateur. Los integrnates del elenco deben ser capaces de interpretar varios papeles por si un compañero no puede asistir. En la imagen, el elenco durante una de las presentaciones. Magali Druscovich
La obra, que agota entradas todas las semanas, nació en 2001 en un contexto de gran crisis económica y social en el país. “En aquel momento, convocamos a los vecinos del barrio interesados en participar. No se hacía casting. Solo se les pedía que se sumaran a un taller de integración. Las rondas estaban llenas de gente con cara larga, muchos de ellos recién desocupados o desempleados", cuenta Corina Busquiazo, directora y actriz del espectáculo. En la imagen, integrnates del elenco se preparan antes de una función.Magali Druscovich
La obra, que nació a partir de la idea de la alegría, recrea la unión de una mujer de familia italiana -estridente y colorida- y un hombre ruso, con familiares algo parcos y vestidos de negro. En la imagen, una vecina del barrio de Barracas durante uno de los ensayos. Magali Druscovich
Una de las actrices del teatro comunitario se maquilla antes de una presentación.Magali Druscovich
“La fiesta de casamiento fue la excusa para vincularnos de otra manera y dejar de mirarnos mal. Durante dos horas, creamos una ficción que, de alguna forma, dice que hay otra forma de estar juntos y en comunidad. Los vecinos actúan con mucha verdad. Juegan con un nivel de inocencia tan grande que nunca deja de deslumbrarme. No es fácil sostener dos horas en escena y lo hacen muy bien”, explica la directora. En la imagen, una de las escenas de 'El casamiento de Anita y Mirko'. Magali Druscovich
Los espectadores también cumplen un rol activo y deben romper algunas barreras. El espacio está planteado como una verdadera fiesta de casamiento, con mesas comunitarias en las que comparten bebida y comida. Como si todos fuesen una gran familia invitada a la fiesta. En la imagen, el elenco interactúa con el público durante una función.Magali Druscovich
El elenco de la obra durante un ensayo previo a una función. Magali Druscovich
Los actores tratan al público como familiares a los que no ven hace años. Todos entran en el supuesto teatral. Por dos horas, hay risas, bailes -de actores y espectadores-, comida y una copa de vino. Todos juntos en una fiesta de casamiento que se inventaron para encontrarse. En la imagen, uno de los momentos de la obra.Magali Druscovich
'El casamiento de Anita y Mirko' es una de las creaciones del Circuito Cultural Barracas, que lleva 26 años de trabajo comunitario en este barrio. El grupo está compuesto por unas 200 personas que participan de forma activa y otros 500 vecinos que colaboran de forma desinteresada. En la imagen, integrnates del elenco se preparan antes de una presentación.Magali Druscovich
Los vecinos que participan pagan un pequeño bono de menos de cinco dólares para mantener el espacio y cubrir los gastos y salarios del personal técnico. En la imagen, uno de los ensayos previos a una función.Magali Druscovich
Entrada de la sala teatral del Circuito Cultural Barracas, donde se presenta la obra 'El casamiento de Anita y Mirko'. Magali Druscovich
Las redes formadas en este tratro comunitario van mucho más allá del mundo de la actuación; se busca tejer lazos de solidaridad. Por ejemplo, uno de los actores es físico y les da apoyo escolar a los chicos de la obra en los ratos libres. Otro es electricista y cada tanto arregla los desperfectos en la casa de sus compañeros actores. En la imagen, una actriz del teatro comunitario se prepara antes de una presentación.Magali Druscovich
“Hay una transmisión horizontal que no se ve en el afuera. Acá no se habla de política: se ejecuta. Es una política desde el hacer. Yo soy fisioterapeuta y mi trabajo es muy solitario con el paciente. Acá ese individualismo se rompe en el espacio escénico y en las mesas, cuando el público tiene que compartir con desconocidos. Actuar es un juego majestuoso”, dice Enrique Aquino, uno de los actores de la obra desde hace 16 años. En la imagen, un espectador graba un momento de la obra. Magali Druscovich