Quien tiene más, debe pagar más. #DateCuenta de que las cosas pueden cambiar

En Colombia la balanza está desequilibrada. Entre los años 2000 y 2022, el 1% más rico se quedó con 36 de cada 100 dólares de riqueza producida, mientras que el 50% más pobre solamente obtuvo 1,2 dólares de cada 100

Una pareja revisa sus finanzas en su hogar.Hispanolistic (Getty Images)

El debate sobre los impuestos nos importa a todas las personas, aunque muchas veces parezca distante o complicado. Sin embargo, entender cómo se distribuye la carga tributaria es clave para construir una sociedad más justa. Quienes tienen más, deben contribuir más, para que esos recursos se destinen a garantizar derechos básicos como la educación, la salud, el cuidado de las personas y la acción climática. Si queremos un país con mayor equidad y paz, es fundamental que participemos activamente en esta discusión y...

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El debate sobre los impuestos nos importa a todas las personas, aunque muchas veces parezca distante o complicado. Sin embargo, entender cómo se distribuye la carga tributaria es clave para construir una sociedad más justa. Quienes tienen más, deben contribuir más, para que esos recursos se destinen a garantizar derechos básicos como la educación, la salud, el cuidado de las personas y la acción climática. Si queremos un país con mayor equidad y paz, es fundamental que participemos activamente en esta discusión y exijamos un sistema fiscal justo, progresivo e incluyente que responda a las necesidades de todas las personas, no solo de unos pocos.

En Colombia, mi país natal, entre los años 2000 y 2022, el 1% más rico se quedó con 36 de cada 100 dólares de riqueza producida, mientras que el 50% más pobre solamente obtuvo 1,2 dólares de cada 100. La balanza está desequilibrada y es producto de las decisiones políticas que se toman. La política fiscal y tributaria que debería contribuir a cerrar las brechas de desigualdad está diseñada para beneficiar a quienes más tienen.

Esto no es un caso aislado. De acuerdo con Oxfam, América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo. Si se hace un zoom se encontrará que el 1% más rico concentra 55 veces más riqueza que el 50% más pobre; la mayor disparidad entre todas las regiones del mundo. Más injusto aún es que el 50% más pobre paga alrededor de 0,45 dólares en impuestos por cada dólar que gana, mientras que el 1% más rico paga menos de 0,20 dólares.

Ante esta situación, 30 organizaciones de la sociedad civil latinoamericana entre las que se encuentran la Iniciativa Global por los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (GI-ESCR) y Oxfam se unieron para crear la campaña #DateCuenta, para exigir a los gobiernos que implementen sistemas fiscales más justos y progresivos en América Latina y el Caribe, que diseñen políticas fiscales y tributarias para que quienes tienen más, contribuyan más y las brechas de desigualdad puedan, así, de una vez empezar a cerrarse.

Es fundamental que los gobiernos colaboren a nivel regional y global para asegurar los recursos necesarios que permitan enfrentar desafíos como la crisis climática y mejorar servicios públicos esenciales, como salud, cuidado y educación, que contribuyen directamente en el bienestar y dignidad de las personas. Esto evitaría que solo el 1% de la población se beneficie de mejores condiciones de vida.

Oxfam Colombia propone varias acciones para que, con participación ciudadana, los gobiernos implementen algunas acciones tanto a nivel nacional como internacional. En el contexto nacional, resulta fundamental avanzar hacia la formulación, aprobación e implementación de políticas fiscales que sean justas y progresivas. Esto implica que quienes más tienen contribuyan proporcionalmente más al sistema tributario. En América Latina y el Caribe, la Plataforma Tributaria (PTLAC) ha abierto canales para la coordinación y la cooperación entre los países de la región en estos temas. A nivel global, Brasil ha liderado la agenda de tributación a la riqueza en el G20, logrando que las principales economías del mundo consideren un estándar global para gravar a los ultrarricos. La adopción de medidas fiscales progresivas por más países podría reducir las profundas desigualdades que caracterizan a la región.


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