El nuevo mapa político del Congreso colombiano le sonríe al Gobierno de Petro

Las presidencias elegidas esta semana, que estarán vigentes hasta julio de 2025, reiteran que el Ejecutivo tiene su mayor obstáculo en el Senado

Gustavo Petro habla durante la instalación del Congreso, en Bogotá, el 20 de julio de 2024.Juan Diego Cano (Presidencia de la República)

El Gobierno de Gustavo Petro enfrentará en su tercer año legislativo a un Congreso similar al que aprobó su reforma pensional, hundió la de la salud y dejó viva la laboral. La conformación de las nuevas mesas directivas se definió entre el pasado sábado 20 y este miércoles, salvo por la Comisión Séptima del Senado, que aún está pendiente. Las recién nombradas piezas mantienen la Cámara de Representantes en manos de un aliado del Ejecutivo —el liberal Jaime Raúl Salamanca—, abren la puerta a tener un Senado menos opositor y evitan las alternativas más distantes a los intereses del petrismo. Aunque la Presidencia del Senado ha permanecido en manos de la oposición, el conservador Efraín Cepeda es visto como alguien menos propenso a entorpecer los trámites legislativos que su antecesor, el verde Iván Name. Asimismo, el Gobierno ahora tendrá un aliado en la poderosa Comisión Primera del Senado, encargada de los asuntos constitucionales, con Ariel Ávila, quien se impuso el martes frente al ultraconservador Jota Pe Hernández.

Los presidentes son quienes definen el orden del día de cada sesión, ya sea plenaria o de comisión. Es decir, son quienes pueden priorizar los proyectos que promueve el Gobierno o dilatar los trámites, dar más o menos tiempo a las intervenciones y levantar las sesiones. En esta legislatura, pueden ser cruciales para el trámite de tres grandes reformas sociales determinantes para el proyecto político del presidente: la laboral —a la que le faltan tres debates— y las nuevas versiones de las de salud y educación. También pueden influir en el tratamiento de las propuestas pendientes, y con más complejidades políticas y legales, como la de convocar a una Asamblea Constituyente o la de crear un fast-track que acelere la implementación del proceso de paz con las FARC.

La elección de los presidentes se define en gran parte por unos acuerdos que los partidos suscriben al instalarse el Congreso cada cuatro años. Ya se sabía, por ejemplo, que la Presidencia del Senado correspondía en el tercer año al Partido Conservador y que la de la Cámara de Representantes estaba reservada para la Alianza Verde. Sin embargo, estos acuerdos a veces no se respetan, y no suelen contemplar las divisiones que se producen dentro de las colectividades. En esta ocasión, los sectores petristas y antipetristas de la Alianza Verde se disputaban las presidencias de la Cámara y de la Comisión Primera del Senado, y ambas quedaron en manos de las opciones más cercanas al Gobierno.

Efraín Cepeda, abierto al diálogo

La Presidencia del Senado ha quedado en manos del barranquillero Efraín Cepeda Sarabia, que ya ocupó este cargo entre 2017 y 2018. Es un senador con más de 30 años de experiencia: llegó a la corporación en 1991, de la mano del expresidente Andrés Pastrana, con quien ahora está fuertemente enemistado. En febrero de 2023 asumió la presidencia de su partido en reemplazo de Carlos Trujillo, que había acercado a la formación azul al petrismo y sellado un acuerdo de coalición. Cepeda se enemistó con el Gobierno durante los debates de la reforma a la salud y el partido, dividido, se declaró en independencia en mayo.

A simple vista, su elección es una mala noticia para el Gobierno. El dirigente, que ha dejado esta semana la presidencia de su partido, ha encabezado en el último año la oposición de los conservadores a las reformas de Petro y como presidente del Senado ya ha marcado distancia del Gobierno. “Mi espíritu es conciliador, pero no me temblará la voz para defender la democracia”, advirtió en una entrevista con El Tiempo. No obstante, representa una mejora para el Gobierno frente al presidente anterior, Iván Name. Cepeda ya se ha reunido con Juan Fernando Cristo, ministro del Interior y antiguo compañero en el Senado, y la expectativa es que no obstaculice los trámites legislativos. Según comentó en una entrevista con W Radio el senador verde Ariel Ávila, independiente del Gobierno, el nuevo presidente de la corporación “va a garantizar que todos los proyectos se discutan” en la plenaria: “No los va a esconder, como sí hizo Name. Eso da tranquilidad”.

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El conservatismo, uno de los dos partidos que dominaron la política colombiana entre mediados del siglo XIX y fines del XX, representa ideas opuestas a las del presidente, pero ha participado en su Administración. Mantiene cuotas como la ministra de Deporte, Luz Cristina López, y el viceministro de Transporte, Carlos Eduardo Enríquez. Además, entre sus congresistas hay aliados permanentes y fieles al Gobierno.

La victoria del Ejecutivo en la Cámara de Representantes

Más incertidumbre había sobre quién ocuparía la Presidencia de la Cámara de Representantes. El cargo le correspondía a la Alianza Verde, un partido al borde de la desintegración por las disputas entre petristas, independientes y antipetristas. Durante semanas, parecía que se impondría Katherine Miranda, quien apoyó a Petro en la campaña de 2022, pero se ha tornado en una feroz crítica. Su elección habría sido una gran derrota para el Ejecutivo, que tuvo aliados en la presidencia de la Cámara en las dos primeras legislaturas. Sin embargo, el boyacense Jaime Raúl Salamanca se impuso con 114 votos frente a 69. Para ello fue clave que la petrista Martha Alfonso renunciara a su aspiración para unificar apoyos, y el respaldo del ministro Cristo.

El nuevo presidente llegó al Congreso hace dos años y encabezó la Comisión Sexta (de Transportes y Comunicaciones) entre 2022 y 2023. Es uno de los alfiles del gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, uno de los líderes de la Alianza Verde y un aliado del Gobierno desde hace unos meses —aunque rechaza el rótulo de “petrista”—.

La Comisión Primera del Senado

El mando de la Comisión Primera del Senado era uno de los lugares claves en los que había dudas sobre quién sería el designado. Al igual que con la Presidencia de la Cámara, se enfrentaban dos verdes. Por un lado Ariel Ávila, un analista político especializado en temas de paz y quien ha sido cercano al Gobierno. Por el otro, Jota Pe Hernández, un youtuber misógino y ultraconservador que se ha consolidado como uno de los principales opositores al Ejecutivo y que contaba con el apoyo del uribista Centro Democrático. Finalmente, Ávila se impuso cómodamente con 12 votos, frente a 5 de Hernández y 4 abstenciones.

Esta comisión, hasta ahora bajo el liderazgo del conservador Germán Blanco, es la más importante y visible del Senado porque trata proyectos de ley vinculados a la Constitución. Por allí deberá pasar, por ejemplo, la nueva versión de la reforma a la ley estatutaria de educación, que naufragó en la legislatura anterior. Para el petrismo, la llegada de Ávila representa la posibilidad de acelerar los trámites legislativos. Así lo dejó en claro la exministra de Agricultura Jhenifer Mojica en un mensaje en X: “Buena noticia para que esta comisión aborde el debate del proyecto de ley de justicia para el campo, que en la pasada legislatura no quisieron discutir”.

Carlos Andrés Arias, profesor de comunicación política y gerente de la consultora Estrategia y Poder, considera que la elección de Ávila es “el símbolo de que al Gobierno le fue bien”. Para él, compensa las derrotas del Ejecutivo en comisiones como la Quinta (Agricultura y Medio Ambiente), donde se incumplieron los acuerdos que le daban la presidencia al petrismo y se eligió al conservador Marcos Daniel Pineda. “El Gobierno ha logrado mitigar el tercer año, donde el poder está distribuido entre la oposición y el Gobierno. Deja muy mal parados a quienes señalaban que Petro estaba acabado o que las reformas estaban acabadas”, comenta en un mensaje de WhatsApp.

Otras comisiones

El reparto de poder es equitativo en las demás comisiones. Los congresistas del Partido de la U más cercanos al Gobierno se han quedado con dos de las presidencias clave en la Cámara de Representantes: la Primera para Ana Paola García y la Cuarta para José Eliécer Salazar. La Comisión Cuarta del Senado, en tanto, la lidera Angélica Lozano, una de las voces críticas del Gobierno dentro de la Alianza Verde. Es una comisión que adquirirá especial importancia si el Ejecutivo presenta una nueva reforma tributaria para equilibrar las cuentas públicas. La Comisión Séptima, que ha adquirido especial importancia por la reforma a la salud, estará a cargo de Gerardo Yepes en la Cámara de Representantes y se espera que en los próximos días se elija a Nadia Blel en el Senado. Ambos son conservadores, pero están en lados opuestos de la grieta petrista: Yepes ha respaldado las reformas, mientras que Blel es crítica del Gobierno.

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