Miles de personas salen a las calles para defender las reformas sociales de Petro: “Si el pueblo se manifiesta, el Congreso debe escuchar”
Indígenas, campesinos, estudiantes y trabajadores de distintas regiones de Colombia marchan en respaldo a las reformas de salud, pensión, laboral, educación y agraria
Miles de personas se volcaron este miércoles a las calles para defender las reformas sociales del Gobierno de Gustavo Petro. Solo al mediodía bogotano, las cifras de la alcaldía de la capital marcaban la presencia de más 32.000 ciudadanos en la Plaza de Bolívar para escuchar el discurso del presidente y asistir a un concierto. Las movilizaciones, convocadas por organizaciones indígenas, obreras y campesinas, y respaldadas por el Gobierno Nacional, transcurrieron en simultáneo en las...
Miles de personas se volcaron este miércoles a las calles para defender las reformas sociales del Gobierno de Gustavo Petro. Solo al mediodía bogotano, las cifras de la alcaldía de la capital marcaban la presencia de más 32.000 ciudadanos en la Plaza de Bolívar para escuchar el discurso del presidente y asistir a un concierto. Las movilizaciones, convocadas por organizaciones indígenas, obreras y campesinas, y respaldadas por el Gobierno Nacional, transcurrieron en simultáneo en las principales ciudades de Colombia y en más de 100 municipios. Todas las marchas fueron pacíficas. Hasta el momento no hay reporte de heridos, de enfrentamientos con la policía, ni de vandalismo.
“Hoy estamos marchando en apoyo a las reformas del cambio. Queremos que el Congreso escuche la voz de la gente y saque adelante la reforma laboral, la reforma a las pensiones, la reforma a la salud y la reforma a la educación”, le dijo a EL PAÍS Sebastián Cristancho, un militante del partido de izquierda Unión Patriótica que marchó desde el Parque Nacional hasta la Plaza para escuchar a Petro. Sus palabras resumen bien el propósito de una jornada en la que participaron activamente todas las entidades del Gobierno y que ha sido cuestionada por la oposición porque se hizo en plena campaña electoral, a un mes de las elecciones regionales.
Cristancho insiste en que la movilización puede ayudar a destrabar el trámite de las reformas, que llevan varios meses estancadas en debates en el Senado y en la Cámara de Representantes. “La historia nos ha mostrado que las marchas ciudadanas sí tienen un efecto real en la agenda legislativa. Un ejemplo es la Constitución del 91, que fue posible gracias a una enorme manifestación popular”, dice.
La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, acompañó la manifestación desde temprano. Defendió el papel de la ciudadanía en el éxito o el fracaso de las dos reformas que lidera: la laboral y la de pensiones. “Esta manifestación no es suficiente para sacar adelante las reformas, pero sí es una voz fuerte que el Congreso debe tener en cuenta. Es un mensaje que el pueblo le manda a los parlamentarios para que entiendan que estas reformas concretan los sueños y las esperanzas de muchos colombianos”, explicó Ramírez en conversación con EL PAÍS.
María Guarnizo, presidente del sindicato nacional de trabajadores del sector financiero y administradores de pensiones, afirma que la marcha no es en apoyo a ningún candidato del petrismo para las elecciones del próximo 29 de octubre, sino en defensa del proyecto político. “Hoy no marchamos para hacerle campaña a Gustavo Bolívar [aspirante a la a Alcaldía de Bogotá], marchamos en apoyo al Gobierno de Petro y en especial en apoyo a la reforma pensional. Desde 1993 no ha habido un cambio en el sistema y en este momento millones de adultos mayores no tienen una pensión que les permita vivir su vejez con dignidad. Eso es lo que queremos transformar”.
Durante las primeras horas de la marcha el sol en la capital fue radiante. Al medio día, justo antes de que el presidente diera su discurso, cayó un aguacero que no dispersó a los manifestantes. Durante la lluvia, el presidente de la Sociedad de Activos Especiales —la entidad que administra los bienes incautados a la mafia —, Daniel Rojas, explicó los motivos de su apoyo a la manifestación. “El Gobierno tiene que avanzar en ejecutar su plan de trabajo, más allá de si sea época electoral o no. Hoy estamos en un punto de inflexión en el que las reformas tienen que ser discutidas ya. Es imprescindible, no las podemos seguir aplazando. Por eso es tan importante esta manifestación de apoyo”, explicó el funcionario, cercano al presidente Petro desde hace años.
Rojas, que marchó acompañado de cientos de empleados de la SAE, reconoció en diálogo con EL PAÍS que tanta gente reunida exigiendo cambios no es un mensaje solo para los congresistas. “En el mismo Gobierno tenemos que hacer autocrítica. Las organizaciones populares que salieron a marchar exigen resultados concretos. Tenemos que mostrar la gestión”. Tres mujeres estudiantes de la Universidad Nacional lo demuestran, al explicar los motivos de su apoyo a la marcha: “Hay una fuerte pugna política para definir el rumbo del país. La calle es un escenario igual de importante que las urnas. Acá se define si avanzamos hacia la política de la vida o si nos devolvemos hacia la política de la muerte, que es la que ha gobernado históricamente el país”.
En la marcha también estuvieron la ministra de agricultura, Jennifer Mojica; el ministro de TIC, Mauricio Lizcano; el del Interior, Luis Fernando Velasco; y el de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, que hizo énfasis en la necesidad de que el Congreso apruebe la reforma al sistema sanitario: “El año pasado la mayoría de Colombia votó por unas reformas concretas que el presidente Petro planteó muy claramente desde el principio. Estamos marchando para respaldar esos cambios en el sistema de salud y en las condiciones laborales”.
Jaramillo insistió: “Esta movilización popular es una expresión clara del interés del pueblo de transformar el país, de reducir la desigualdad y la pobreza, de llevar salud y educación a las zonas más alejadas, de que los campesinos por fin sean dueños de la tierra que trabajan”. Durante el discurso de Petro, un hombre mayor que prefirió no dar su nombre explicó las razones que lo llevaron a marchar: “he vivido la violencia, he visto los muertos desde muy niño. Es la hora de que eso cambie, de que nos demos una oportunidad. Yo marcho por el futuro de mis hijos y de mis nietos. Si el pueblo se manifiesta, el Congreso tiene que escuchar”.
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