El presidente electo del Consejo Europeo, António Costa (c), la presidenta de Baleares, Marga Prohens (i) y el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a su llegada al Foro de La Toja, que comienza este jueves en O Grove. Foto: Lavandeira Jr (EFE) | Vídeo: EPV

González y Rajoy reeditan su defensa del bipartidismo: “Otros subieron como cohetes y cayeron a plomo”

El expresidente popular achaca los problemas actuales a un Gobierno que tilda de “Frankenstein” y el portugués Costa pide “humildad” a los políticos

El Foro del bipartidismo político se concedió de nuevo un festín este jueves en la isla balneario de A Toxa con las intervenciones de los expresidentes Felipe González y Mariano Rajoy. Los mandatarios que han gobernado España bajo las siglas del PSOE y el PP más de 20 años fueron de nuevo las estrellas indiscutibles de la inauguración de la VI edición del Foro La Toja Vínculo Atlántico, bajo la supervisión favorable del nuevo presidente del Consejo de Europeo, el portugués António Costa. González ensalzó la necesidad y obligación de los grandes consensos entre PP y PSOE para “resetear la Constitución de 1978″, pero para “reforzarla en sus acuerdos básicos” también sobre financiación “y con un proyecto político que sea lo menos mercenario posible”. Rajoy refrendó la relevancia de los grandes pactos de Estado entre esas dos formaciones y las bondades del bipartidismo. Los dos expresidentes arremetieron con sorna y casi con las mismas palabras contra los nuevos partidos que han intentado abrirse hueco sin mucho éxito en los últimos años: “Subieron como cohetes y cayeron como plomos”.

El Foro La Toja reserva siempre un lugar preeminente para las distintas fórmulas que desde hace seis años ofrecen los expresidentes González y Rajoy de sus esperadas intervenciones para un auditorio plagado de políticos del bipartidismo clásico en activo, en la reserva, a la espera y empresarios del Ibex que les añoran. Ha habido charlas, coloquios, entrevistas moderadas, soliloquios y casi monólogos. En esta ocasión el debate volvió a transcurrir sin grandes divergencias, con la incursión entre ambos del nuevo presidente del Consejo Europeo, António Costa, amigo y con gran sintonía con ambos.

La disculpa que se les marcó era que los tres mandatarios ofrecieran sus recetas ante el dilema de la competitividad y la gobernanza en Europa, después de que todo el auditorio escuchara con deleite a Josep Borrell, que ofreció una clase magistral tras recibir este año el galardón en homenaje al exministro español Josep Piqué, responsable hasta la edición pasada del propio foro. El premio es la escultura de un puente, el que da entrada a la isla de A Toxa. Borrell se autosuspendió en el balance de los logros conseguidos en su mandato como Alto Representante para Asuntos Exteriores de la UE, que está a punto de finalizar, por la cantidad creciente de crisis, guerras y conflictos que parecen agravarse en vez de encauzarse.

Costa, González y Rajoy intentaron relativizar primero la constatación pesimista de Borrell sobre el presente mundial y el papel de Europa, pero esa cuestión quedó relegada cuando el expresidente socialista español quiso ahondar en el problema de la “disgregación del voto” y los peligros del multipartidismo más populista que parece propagarse por Europa y también en España. González aseguró ahí con los porcentajes de voto de toda esta etapa democrática que la relevancia del PSOE y el PP apenas ha variado en estos últimos 35 años y lo hizo para poner en solfa que las tesis en favor de la polarización política y el cuestionamiento del régimen del 78 de muchos de los llamados nuevos partidos tengan en realidad mucho recorrido. “Han durado un rato”, señaló. Fue ahí cuando ironizó con el recorrido de esas formaciones: “Subieron como cohetes y cayeron como plomos”. El exjefe del Gobierno del PSOE concedió que la Constitución de 1978 “hay que resetearla, reformándola con acuerdos básicos”.

El exlíder del PSOE, ahora crítico con la gestión de la crisis catalana por parte del presidente Pedro Sánchez, hizo una incursión en ese ámbito para recordar que efectivamente desde 1978 distintos gobiernos han pactado con formaciones independentistas catalanas aspectos sobre la financiación, pero argumentó que lo hicieron “para favorecer a la mayoría” y “con un proyecto político que sea lo menos mercenario posible”. Felipe González fue aún más directo en su siguiente reflexión: “La Constitución de 1978 se votó más en Cataluña que en Andalucía, de hecho fue donde más se votó. Ahora habría que resetearla con modificaciones y reformas que preserven un bien superior que es la integridad territorial de España, que no esté en cuestión, que ahora no lo tenemos tan claro”.

El expresidente González sostiene que ahora algunos de los partidos nacionalistas e independentistas con los que ha pactado o acordado asuntos Pedro Sánchez no están por esa labor y remachó que en el futuro habrá que volver “te pongas como te pongas a los acuerdos de Estado o nos vamos todos por el sumidero”.

Rajoy, en ese contexto, salió al paso para refrendar entre aplausos del auditorio que estaba de acuerdo con González y ya se soltó totalmente, particularmente contra “las fuerzas políticas que proliferan por doquier”. El expresidente del PP rememoró que en todas las elecciones celebradas en esta etapa democrática el ganador ha sido siempre su partido o incluso en más ocasiones el PSOE y desató las risas de los presentes cuando le comentó al portugués Costa si había escuchado alguna vez o sabía dónde andan ahora UPyD, Ciudadanos o Podemos. Fue así como refritó la frase anterior de González: “Han caído como cohetes a plomo”.

El exjefe de Gobierno del PP elogió “al vituperado bipartidismo”, sus consensos, sus pactos y negociaciones con el exdirigente socialista Alfredo Pérez Rubalcaba y denostó con fuerza los “problemas” generados por el Gobierno “Frankenstein”, al que endosó todos los males actuales.

António Costa quiso concluir la jornada con una visión más global de la polarización como un fenómeno general, no solo europeo ni español, que achacó a las desigualdades que se han agrandado tras las últimas crisis mundiales, especialmente en los países desarrollados, cuando los jóvenes han comprobado que vivirán peor que sus padres. Y pidió a los políticos, en general y sin señalar a nadie en la tribuna, un poco más de “humildad” para encarar los nuevos retos. “Los políticos tenemos que tener algo de humildad frente a los tiempos que estamos viviendo. Porque es muy fácil apuntar con el dedo a quien está en el Gobierno. La realidad que tenemos hoy es más compleja que el gobernar bien o mal”, reflexionó.

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