Vídeo | 24 horas, siete días a la semana: las mafias convierten el cuidado de ancianos en esclavitud

El miedo de la víctima a denunciar y la intimidad del lugar de trabajo facilita el aumento del delito de explotación laboral

Ana, presunta víctima de explotación laboral, cuenta su experiencia en un parque de Lugo, Galicia.Vídeo: Carlos Martínez, Belén Fernández

Ana María llegó a una pequeña aldea de Lugo (Galicia) desde su Colombia natal hace tres años, sola, y sin apenas dinero. Allí, sus compatriotas le hablaron de una agencia de colocación que contrataba chicas para el servicio doméstico. Ella no tenía papeles y buscaba un trabajo. Sin cualificación alguna, comenzó a trabajar 24 horas al día siete días a la semana como cuidadora de ancianos. Cobraba una miseria y no tenía derecho a vacaciones: “Libré dos días en tres años que me fueron descontados del sueldo”, confiesa Ana María en este videorreportaje. Ella es una de las denunciantes, junto a 80 mujeres más, de una supuesta red de explotación laboral de empleadas del hogar en el pueblo gallego de Castroverde.

El vídeo que acompaña a esta pieza relata la experiencia de estas personas vulnerables, extranjeras y sin papeles, que se convierten en el blanco perfecto de las redes de explotación laboral. ¿Cómo actúan las mafias? ¿Quiénes forman estas redes de delincuencia? “Hemos notado un cambio a la hora de actuar, ahora estas mafias intentan captar a sus víctimas aquí en España y no en el país de origen porque de ese modo se ahorran la pena que conlleva un delito tan grave como es la trata de seres humanos y solo asumen la de explotación laboral”, apunta el abogado de la ONG Aliad-Ultreia, Gerardo Pardo de Vera, que subraya que la intención en un caso y en otro es la misma: abusar de una persona frágil.

El delito de trata de seres humanos con fines de explotación laboral, cada vez más frecuente en nuestro país, está siendo fuertemente perseguido por las fuerzas de seguridad. Este videorreportaje también recorre el trabajo de la Sección de Trata de Seres Humanos de la Unidad de Inteligencia Criminal de la Guardia Civil, que, en colaboración con la Fiscalía, ordena inspecciones de los lugares de trabajo y actúa preventivamente con el objetivo de proteger a las víctimas. Para Beatriz Sánchez, fiscal de sala coordinadora de Extranjería, la trata laborales la forma más miserable de la exteriorización de la esclavitud del siglo XXI. Un atentado gravísimo contra la dignidad de las personas que no nos podemos permitir como sociedad moderna”.

Créditos

Redacción Belén Fernández
Imagen y edición Carlos Martínez
Grafismo Paula Casado




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