Trump insiste en un bulo sobre migrantes para justificar el cierre de Gobierno
Los demócratas desmienten la acusación de los republicanos: ni los indocumentados tienen derecho a la sanidad pública, ni ellos lo piden
Por primera vez en casi siete años, el Gobierno de Estados Unidos está parcialmente cerrado. Demócratas y republicanos se culpan mutuamente de haber llegado a una situación que es dramática para muchas familias que dependen de los fondos públicos y para quienes perderán su empleo. Mientras, las acusaciones y mentiras se han sucedido en torno al principal escollo de las infructuosas negociaciones bipartidistas: la financiación y cobertura de los programas de asistencia médica. Y, de nuevo, como ha pasado desde que Donald Trump regresó a la Casa Blanca, el Gobierno del republicano pone el foco en los migrantes indocumentados como el motivo del desacuerdo.
El Gobierno acusa a los demócratas de imponer la asistencia médica para los migrantes que carecen de residencia legal en el país como condición para llegar un acuerdo. Pero los demócratas lo niegan y señalan que el obstáculo insalvable es la eliminación de los subsidios a los seguros médicos, aprobados durante la pandemia y que vencen ahora, que dejaría sin asistencia a millones de ciudadanos estadounidenses.
“Probablemente, tendremos un cierre porque una de las cosas que quieren hacer es darles un increíble Medicare, un Cadillac, el Cadillac Medicare, a los inmigrantes ilegales”, avanzó Trump el martes, horas antes de que venciera el tiempo para llegar a un acuerdo. “Quieren que los inmigrantes ilegales entren en nuestro país y reciban atención médica masiva a costa de todos los demás”.
En los últimos dos días, otros miembros de su Administración han hecho eco de sus afirmaciones. “Los demócratas están tomando como REHÉN al Gobierno estadounidense para poder dar atención médica GRATIS a los INMIGRANTES ILEGALES”, escribió el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, en redes sociales el miércoles. Y el vicepresidente J. D. Vance acusó a los demócratas de querer “quitarle al pueblo estadounidense para dar atención médica financiada con impuestos a los inmigrantes ilegales”
Sin embargo, los demócratas no han pedido la asistencia médica para los migrantes que se encuentran de forma ilegal en el país, para quienes no hay una propuesta a nivel federal. Es “una mentira, simple y llanamente”, ha dicho el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer.
“Es un argumento convincente decir que los demócratas quieren brindar atención médica a los inmigrantes indocumentados, pero simplemente no es cierto en términos de los recortes que están tratando de revertir”, declaró Larry Levitt, vicepresidente ejecutivo de políticas de salud en KFF, organización dedicada a la investigación en temas de sanidad.
Derechos arrebatados
Los demócratas no pueden querer devolver la cobertura sanitaria federal a los migrantes indocumentados porque nunca la tuvieron. Por ley, los residentes que están ilegalmente en el país no pueden acceder a los beneficios federales, como la sanidad.
La acusación que repiten una y otra vez los republicanos se basa en que los demócratas apoyan devolver el derecho a la atención médica a los migrantes que se encuentran legalmente en el país y que la reforma fiscal del presidente, la llamada “grande y hermosa” ley, ha excluido de Medicaid, el programa federal que ofrece asistencia a las personas de bajos ingresos. Se trata de refugiados y solicitantes de asilo, de beneficiarios de programas como el parole humanitario, que cuentan con un permiso temporal para estar en Estados Unidos, pero a quienes la ley de Trump ha dejado sin acceso a los médicos. A pesar de que su estatus es legal para residir en el país, el republicano considera que son indocumentados.
Según un análisis de KFF, aproximadamente 1,4 millones de migrantes podrían perder la cobertura de seguro médico con la nueva ley de Trump, aprobada en el Congreso este verano.
Pero no es por eso que los demócratas se han negado a dar su brazo a torcer. “No hay nada en nuestras propuestas que intente cambiar esa ley”, declaró el martes el líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, sobre la acusación de querer dar cobertura médica a los indocumentados. “Luchamos por la atención médica del pueblo estadounidense”, afirmó.
El ‘Obamacare’, en juego
Jeffries se refiere a la eliminación de los subsidios fiscales que hacen que las primas de seguro médico sean más baratas en los mercados establecidos por la Ley de Atención Médica Asequible (ACA, por las siglas en inglés), conocida como Obamacare. Los subsidios vencen al final del año y si no se extienden, millones de personas verán sus pólizas dispararse.
“La gente verá sus primas duplicarse, en muchos casos, en cientos o miles de dólares. Ese es el debate en curso, y no tiene nada que ver con los inmigrantes. Tiene un impacto en cualquiera que compre cobertura a título individual”, sostiene Anthony Wright, director ejecutivo de Families USA, una organización de defensa de los derechos de salud. “Lo que intentan ocultar es que los costos están aumentando para todos, que millones de estadounidenses perderán su cobertura como resultado de estos importantes aumentos en las primas”.
En un país donde los costos de la asistencia médica son desorbitantes, Barack Obama creó la ACA para abaratarlos. El Obamacare implantó un mercado de seguros médicos que ofrece cobertura a precios más bajos para los ciudadanos que no tienen un seguro a través de su trabajo.
Unos 22 millones de personas se benefician de ello. Trabajadores de restaurantes y comercios minoristas, propietarios y empleados de pequeños negocios, barberos, peluqueras, y trabajadores temporales de Uber, ganaderos, agricultores, músicos y artistas, agentes inmobiliarios, dentistas … Son trabajadores que no pueden acceder a Medicaid, porque superan el nivel de pobreza, pero para quienes los subsidios les permiten pagar sus seguros, ya que las primas no superan el 8% de sus sueldos.
Wright explica que, sin estas ayudas, ese porcentaje podría dispararse hasta el 25% de sus salarios. Como un ejemplo, para alguien que paga 400 dólares al mes, la prima se podría incrementar hasta los 1.400 dólares mensuales. Los expertos calculan que unos cuatro millones de personas se quedarán sin seguro médico por no poder pagarlo.
Otro recorte que prevé la reforma fiscal del presidente y que los demócratas rechazan tiene que ver con los fondos que el Gobierno destina a los hospitales por sus servicios de urgencia. Por ley, los hospitales deben dar asistencia a casos urgentes, como por ejemplo, un infarto, un accidente de tráfico o una herida bala, sin importar el estatus migratorio del paciente. La norma contempla también el recorte del reembolso que se da a los hospitales por estos servicios.
Medicaid para latinos
La ley incluye además el mayor recorte de la historia a Medicaid, lo que afectará a las comunidades menos favorecidas, como los afroamericanos y los latinos. “Decenas de millones de estadounidenses, incluidos millones de latinos”, dependen de Obamacare, Medicaid y otros programas gubernamentales “para acceder a atención médica asequible, alimentar a sus familias y cuidar de ellas. Aplaudimos a los legisladores que luchan para abordar esta crisis y las consecuencias que enfrentarán las familias trabajadoras”, dijo ayer Janet Murguía, la presidenta de UnidosUS en un comunicado. Más de 20 millones de latinos dependen de Medicaid, incluidos la mitad de todos los niños de esa comunidad.
El cierre del Gobierno podría alargarse hasta el próximo examen presupuestario, el 21 de noviembre. Las posturas de ambos partidos en torno al gasto en sanidad parecen, de momento, irreconciliables. Y los migrantes continúan siendo el tema recurrente de la Administración para explicarlo, aunque no sea cierto.