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Un juez de inmigración ordena la deportación del activista propalestino Mahmoud Khalil a Siria o Argelia

El líder estudiantil, que fue liberado en junio tras pasar tres meses detenido a la espera de ser expulsado, está protegido por otra orden judicial y ha anunciado que apelará la nueva resolución

Un juez de inmigración de Luisiana ha ordenado la deportación del activista propalestino Mahmoud Khalil, que es un residente permanente legal en Estados Unidos, a Siria o Argelia este miércoles. De acuerdo con documentos de la corte federal, el motivo de la orden es no haber incluido información de sus empleos anteriores y su afiliación a organizaciones de apoyo a Palestina, como la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, en su aplicación para obtener su green card. Los abogados de Khalil indicaron en un escrito que tienen la intención de apelar la orden de deportación, pero manifestaron su preocupación de que el proceso de impugnación probablemente sea rápido y desfavorable.

La orden de la jueza Jamee Comans se dictó a pesar de que existe otra orden en el caso federal de Khalil en Nueva Jersey que bloquea su deportación. Ese tribunal está considerando el argumento legal de Khalil de que su detención y posible expulsión del país son una represalia ilegal por su defensa de la causa palestina.

El arresto de Khalil el 8 de marzo y su posterior detención en un centro de Luisiana fueron el inicio más mediático de la agresiva campaña del Gobierno de Donald Trump contra los estudiantes y académicos extranjeros que se han manifestado en favor de Palestina y que la Administración actual quiere deportar. Khalil, un ya graduado estudiante de posgrado de Columbia —recibió su titulación mientras estaba detenido—, ayudó a organizar protestas en el campus de la universidad neoyorquina en 2024, pero fue arrestado en su residencia de Manhattan este año y sometido a un proceso de deportación, a pesar de que no se le ha imputado ningún delito.

En una carta dirigida al juez federal de Nueva Jersey, Michael Farbiarz, quien dictó la orden que bloquea su deportación, los abogados de Khalil afirmaron que disponen de 30 días a partir del 12 de septiembre, para apelar su decisión. No obstante, los abogados aseguran que esperan que el proceso sea “rápido” y que consideran poco probable que la apelación, la cual se remitiría al Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito, tenga éxito, ya que, argumentan, el tribunal de apelaciones “casi nunca” concede suspensiones de expulsión a los no ciudadanos.

“El único impedimento significativo para la expulsión física de los Estados Unidos del demandante sería la importante orden de este tribunal que prohíbe la expulsión mientras esté pendiente su caso federal de habeas corpus”. También señalan que nada preservaría su condición de residente permanente legal.

En una declaración propia, Khalil acusó al Gobierno de utilizar “tácticas fascistas”. “No es de extrañar que la Administración Trump siga tomando represalias contra mí por ejercer mi libertad de expresión. Su último intento, a través de un tribunal de inmigración ilegítimo, vuelve a dejar al descubierto su verdadera cara”, afirmó el joven padre —su hijo también nació mientras él estuvo detenido— palestino, que creció como refugiado en Siria y llegó a Estados Unidos para estudiar su posgrado en Administración Pública.

Khalil fue uno de los líderes del grupo estudiantil Columbia University Apartheid Divest, que organizó acampadas y protestas en el campus para exigir un alto el fuego en Gaza y que la universidad retire inversiones vinculadas con Israel. Fue investigado por un comité disciplinario junto a decenas de estudiantes propalestinos.

Entre marzo y junio Khalil estuvo detenido por la Administración, que usó una provisión legal poco recurrida la cual permite deportar a cualquier extranjero, aunque sea residente legal, si el secretario de Estado considera que su presencia en el país constituye un riesgo o afecta sus intereses en política exterior.

En junio, Farbiarz, que fue nombrado por Biden, frenó ese intento de la Administración Trump por deportar a Khalil por motivos de política exterior. Días después, el juez ordenó su liberación tras determinar que no existía riesgo de fuga ni peligro para la comunidad. Esto le permitió regresar a Nueva York, donde se reunió con su esposa, ciudadana estadounidense, y su hijo recién nacido. Ahora su futuro en el país vuelve a estar inminentemente en peligro.

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