Eileen Higgins, “la gringa” que devolvió Miami a los demócratas después de tres décadas
La alcaldesa electa, que tomará posesión el 18 de diciembre, centró su campaña en la asequibilidad y los derechos de los migrantes, presentándose como un antídoto a Trump en una ciudad de mayoría latina


El ADN político de Eileen Higgins, la alcaldesa electa de Miami, es profundamente demócrata. Su agenda, su trayectoria y sus alianzas cívicas apuntan a una cosmovisión alineada con el ideario progresista del partido, que ha celebrado la victoria como propia. No solo como un triunfo local frente a un candidato respaldado por el presidente Donald Trump en una ciudad que no veía un alcalde demócrata desde hace tres décadas, sino como una señal de que el partido sigue siendo relevante a un año de su derrota en las elecciones presidenciales de 2024. Y de que puede volver a conectar con los votantes con una agenda centrada en la asequibilidad, la inmigración y la justicia social.
“Cuando tienes una gran candidata enfocada en los problemas de la gente y en soluciones, junto con un partido organizado que realiza trabajo de base durante todo el año, mostrándose de manera constante en las comunidades y con los recursos para comunicarse con el electorado, eso produce victorias”, apunta Nikki Fried, presidenta del Partido Demócrata en Florida. “Este va a ser un gran ejemplo, no solo de lo que puede pasar en el sur de Florida, sino de lo que puede pasar en todo el Estado”, agrega.
La alcaldía de Miami es un cargo no partidista —sin afiliación política formal en la boleta—, pero la contienda fue vista como otra batalla más por el futuro del Partido Demócrata, en este caso porque el condado de Miami-Dade —un bastión azul por décadas— votó republicano en las elecciones pasadas.
La batalla se intensificó el mes pasado, cuando Trump dio su respaldo al ex administrador de la ciudad Emilio González, republicano. El presidente lanzó su apoyo al candidato después de importantes victorias demócratas en Nueva York, Virginia y Nueva Jersey, interpretadas como un rechazo a sus políticas. El Comité Nacional Demócrata, por su parte, respaldó a Higgins —una inusual movida a nivel municipal—, convirtiendo la contienda local en un pulso de espaldarazos y un termómetro nacional.
Higgins ganó el martes con casi el 60% del voto y se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de alcalde de Miami, y la primera demócrata —y alguien que no sea de origen cubano o cubanoamericano— que llega al Ayuntamiento en 28 años. Asumirá el cargo el próximo 18 de diciembre.
Ken Martin, presidente del Comité Nacional Demócrata, celebró la victoria como “otra señal de advertencia para los republicanos”. “Los votantes están cansados de una agenda desconectada de la realidad que está encareciendo la vida de las familias trabajadoras en todo el país”, aseguró a EL PAÍS.
Una trayectoria inusual
El trayecto personal y profesional de Higgins, de 61 años, es poco habitual en la política local de Miami. Nació en Dayton, Ohio, y se crio en Albuquerque, Nuevo México, donde estudió ingeniería mecánica. Trabajó como ingeniera en fábricas de manufactura y luego obtuvo una maestría en administración de negocios en Cornell (Nueva York), y trabajó un tiempo como ejecutiva de mercadeo en el sector privado.
En 2006 fue directora en Belice de los Cuerpos de Paz —un programa de voluntariado internacional de Estados Unidos para países en desarrollo— y fue diplomática del Departamento de Estado de EE UU en México y Sudáfrica. Esa experiencia internacional precedió su desembarco en la política local cuando se mudó a Miami, donde se involucró con organizaciones vinculadas con causas históricamente progresistas, como el control de armas, la justicia social y la acción climática.
Higins comenzó a romper moldes en Miami desde 2018, cuando fue electa comisionada del Distrito 5 de Miami-Dade —donde el 70% de los residentes son hispanos y que abarca vecindarios como La Pequeña Habana— y fue apodada “La Gringa”. Desde ese lugar periférico, construyó su agenda política.
Como comisionada impulsó una mayor intervención del gobierno para enfrentar la crisis de la vivienda y afirma haber contribuido a la creación de unas 7.000 unidades de vivienda asequible. También promovió políticas para proteger de los desalojos, agilizar los permisos y ampliar los incentivos para la compra de casas.
La lógica fue la misma tras la pandemia. Después del covid, Higgins impulsó el uso de fondos federales del Plan de Rescate Estadounidense (ARPA) del Gobierno de Joe Biden, en una iniciativa para impulsar a los pequeños negocios llamada Elevate District 5.
El senador de Florida Shervin Jones, de Miami Gardens, que ha sido amigo de Higgins durante años y vivieron en el mismo edificio, opina que siempre se ha mantenido “coherente”. “No es el tipo de líder que dice una cosa y luego no la cumple. Cree en lo que dice y lo lleva a la práctica”, explica.
En sus redes sociales, Higgins muestra una imagen cuidadosamente equilibrada entre lo personal y lo profesional, tanto con fotos de familia y viajes a Europa como de encuentros con políticos demócratas en eventos y campañas. En su blog, sin embargo, presenta una imagen más íntima de una persona que valora profundamente su familia y comunidad, con frases inspiradoras sobre aprovechar la vida citando a la poeta Mary Oliver o a la escritora chilena Isabel Allende, o elogiando la novela de Louis Begley Memories of a Marriage —un relato “anti-Gatsby” que cuestiona la búsqueda idealizada del Sueño Americano, la riqueza y el estatus social a favor de una vida de integridad, humildad y discreción.
Como política, en sus discursos menciona con frecuencia la equidad, la justicia social y la inclusión, con expresiones como “brechas de equidad”, “comunidades desatendidas”, “trabajadores de bajos ingresos” y la comunidad LGBTQ. También hace énfasis constante en la protección al medio ambiente —desde las aguas del condado hasta la respuesta al aumento del nivel del mar— y el uso del transporte público.
Higgins minimiza el hecho de que sea mujer. “Mi carrera comenzó en la industria manufacturera, donde a menudo estaba acostumbrada a ser la única mujer. Así que cuando me postulé aquí, nunca me pasó por la cabeza que sería la primera alcaldesa”, aseguró en una entrevista con EL PAÍS días antes de ser electa. “Sin embargo, va a ser un verdadero honor liderar una ciudad que fue fundada por una mujer hace más de 125 años”. Higgins eligió para celebrar su victoria la noche de las elecciones al Miami Women’s Club, un sitio cargado de simbolismo del rol de las mujeres en el desarrollo de esta ciudad.
La alcaldesa electa no solo centró su discurso en problemas locales, sino que articuló una crítica moral a la política migratoria de la Administración Trump. Higgins se presentó como el antídoto a la ofensiva contra los inmigrantes que ha dejado miles de familias separadas y cientos de miles de personas expuestas a ser deportadas, incluidos muchos residentes de Miami-Dade. En conversación con este diario, acusó a funcionarios del Gobierno de hablar de los inmigrantes “como si fueran menos que humanos” y reafirmó que “no son criminales, son parte de esta comunidad”.
Durante la campaña defendió el respeto a los residentes de esta ciudad de inmigrantes, y criticó sin tapujos lo que llamó una política “cruel”. El arrepentimiento de quienes votaron por Trump y ahora se ven perseguidos, le sirvió de impulso.
El lunes antes de las elecciones, la presidenta del Partido Demócrata en Florida dice que le preguntó qué estaba escuchando de la gente en la comunidad cuanto tocaba en las puertas. “Y me respondió dos cosas. Primero, la falta de asequibilidad. Que la gente no puede vivir aquí, no puede costearlo, no puede formar una familia, no puede comprar una casa, no puede pagar la renta, ni el costo de vida en general. Y segundo, que la gente anda con miedo. En una ciudad con un porcentaje tan alto de hispanos, la gente anda cargando su pasaporte, su licencia de conducir, tratando de probar su residencia y su nacionalidad. Y eso no es calidad de vida”, señala Fried. “Ella me ha dejado claro en nuestras conversaciones que esto fue una parte fundamental, que las personas realmente sentían que ella iba a defender a sus vecinos”.
“Al ver las políticas anti estadounidenses que están saliendo de la Administración Trump, que están destruyendo familias, destruyendo comunidades, destruyendo negocios, lo que nosotros, como partido, podemos hacer es defender a nuestra comunidad”, agrega Fried.
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