El festival de cine de Sundance abandona Utah y se muda a Colorado a partir de 2027
El evento abandona Park City tras 40 años de servir como plataforma a los cineastas independientes de todo el mundo


El festival de cine de Sundance abre un nuevo capítulo en su historia. Después de 40 años de celebrarse en Park City, Utah, el evento ha optado por nuevos aires en una ciudad no tan lejana. La organización ha anunciado este jueves que ha elegido como su nueva casa Boulder, en el Estado vecino de Colorado. La primera edición en la nueva sede de las Rocallosas será en 2027 y seguirá anualmente hasta 2036, con opción a extender el contrato. La mudanza pretende dar oxígeno a una de las citas cinematográficas más importantes de Estados Unidos desde 1985. Esta vive horas bajas desde que los cambios de la industria marginaron aún más a los cineastas independientes, quienes nutren la programación de Sundance cada año.
Robert Redford fue el rostro más visible entre la veintena de creadores que se reunieron para fundar en 1980 el Instituto Sundance, una organización sin fines de lucro. Este incluía un laboratorio que ayuda a directores independientes a desarrollar sus proyectos. Cuatro años más tarde, la organización presentó al mundo su primera gran muestra. Esta contenía clásicos de hoy como Stranger than paradise, de Jim Jarmusch o Blood Simple, de los hermanos Coen. Desde entonces comenzó a forjar su reputación de rebelde contestatario contra el sistema de Hollywood y de escaparate de nuevas voces y talentos. Los organizadores recibieron el año pasado 17.000 proyectos de todo el mundo que buscaban un hueco en las diferentes categorías separadas en categorías para productos nacionales e internacionales.
En cuatro décadas del laboratorio han pasado por ahí Paul Thomas Anderson, Quentin Tarantino, Robert Rodríguez, Christopher Nolan, Chloé Zhao, Damien Chazelle y Alfonso Cuarón, por mencionar algunos. El festival se convirtió en una cita obligatoria donde podían verse las películas que el instituto ayudaba a desarrollar fuera del ecosistema de los grandes estudios.
La organización anunció públicamente en abril de 2024 que exploraba opciones para mudarse de ciudad y dar nueva vida al festival, que acumula algunas ediciones perdiendo dinero, lo que ha obligado a llevar a cabo recortes. El instituto informó que la discusión se enmarcaba dentro del fin del contrato que tienen con Park City, que vence en 2027. “Estamos considerando cómo servimos a nuestra comunidad mientras mantenemos la esencia y experiencia del festival”, aseguró entonces Eugene Hernández, el quinto director que ha tenido Sundance (y el primer latino).
A Sundance le costó desprenderse del pequeño poblado de Utah, un popular destino de turismo invernal que tiene una población de menos de 10.000 personas. Consideraron mantenerse dentro del Estado ofreciendo sumar como anfitrión a Salt Lake City, la capital de la entidad mormona. También tomaron en cuenta, Cincinnati, Ohio. El ganador ha sido finalmente Boulder, que sustenta un espíritu similar al de la sede original, pero en una ciudad de 100.000 personas con mayor infraestructura y conformada por comunidades diversas, que van desde la industria tecnológica hasta una enorme población universitaria.
“Durante el proceso fue claro que Boulder es la locación ideal para construir el futuro de nuestro festival, lo que es un paso estratégico clave para su futuro”, aseguró este jueves en un comunicado Ebs Burnough, el presidente del consejo del Instituto Sundance. El organismo subraya la “vibrante escena artística” y las múltiples propiedades y teatros del centro del pueblo, que incluye la zona peatonal de Pearl Street, donde podrán llevarse a cabo las actividades en 2027.
Boulder ha ganado una puja que se traduce en la visita anual de al menos 86.000 personas y una derrama económica de unos 132 millones de dólares, de acuerdo a las cifras que Sundance dejó en Park City el año pasado. La ciudad confía en que la oferta cinematográfica de finales de enero impulse el cierre de la temporada invernal, cuando comienzan a vaciarse los hoteles y resorts de esquí. La nueva sede hace también un guiño a Redford, el fundador del festival, pues antes de su larga trayectoria como actor fue estudiante en la Universidad de Colorado, en Boulder.
Para endulzar la propuesta, el Gobierno de Colorado ofreció un beneficio fiscal de 34 millones de dólares, que se traduce a incentivos anuales para los organizadores de entre tres y cinco millones a lo largo de la década del contrato. El Congreso local vota este viernes una propuesta que dará 500.000 dólares al año a otras iniciativas que apoyan el cine en el Estado. Colorado es la casa del festival de Telluride, que se desarrolla cada verano desde mediados de los setenta. Ahora Sundance y Telluride tendrán que coexistir en la nueva gran capital del cine en Estados Unidos.
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