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La pugna entre Harris y Trump por el voto en Pensilvania revive el debate por el ‘fracking’ en Estados Unidos

La tecnología, criticada por los grupos ecologistas, pero defendida por los inversionistas, vuelve al debate electoral

Una operación de fracking en Ribonson (Pensilvania), en 2017.
Una operación de fracking en Ribonson (Pensilvania), en 2017.Robert Nickelsberg (Getty Images)
José Luis Ávila

Durante el debate entre Kamala Harris y Donald Trump, el fracking ha vuelto a ponerse sobre la mesa. Preguntada sobre su cambio de opinión al respecto, la candidata demócrata recurrió a recordar su crianza en una familia de clase media: “Mis valores no han cambiado y quiero traer esos valores y ayudar a la gente a mejorar, no a ir peor”. Así explicó cómo ha pasado de querer prohibir esta práctica en el pasado a comprometerse a respetarla como candidata. El expresidente contraatacó a su rival: “Lleva 12 años contra el fracking”, aseguró.

Lo cierto es que la exfiscal ha flexibilizado su posición en una materia que vuelve a ser de gran importancia para los demócratas, quienes buscan los 19 votos electorales de uno de los Estados claves de esta elección: Pensilvania; el segundo mayor productor de gas natural de Estados Unidos, en gran parte gracias al fracking.

Durante su primera entrevista como candidata presidencial, Harris quiso despejar toda duda: “Como vicepresidenta, no prohibí el fracking, y como presidenta tampoco lo haré”. Donald Trump, decidido a ignorar el máximo histórico de permisos de perforación y producción de petróleo de estos últimos cuatro años, ha cuestionado repetidamente la política energética de Harris en Washington, a la que acusa de que son sus decisiones ambientalistas acabará con miles de puestos de trabajo y provocará una subida en los precios de la gasolina.

“Su Estado [Pensilvania] se va a arruinar. Ella ha sido anti fracking, antiperforación, antipetróleo y gas prácticamente desde el día en que nació”, dijo en agosto en Wilkes-Barre. “Como la mayoría de los políticos, Kamala está tratando de mentir sobre su posición para ser elegida porque sus asesores saben que apoyar una prohibición de este tipo es una sentencia de muerte (...) Pondría por las nubes las facturas de la energía, los precios del gas y el precio de los alimentos”, expresó la portavoz de la campaña de Trump, Karoline Leavitt.

¿Qué es el fracking?

El fracking, traducido al español como fracturación hidráulica, es una tecnología para el bombeo de agua, arena y productos químicos bajo tierra para la extracción de petróleo y gas. En Estados Unidos se utiliza en aproximadamente 95% de los pozos, y es la gran responsable de la de la producción de petróleo y gas en el país. Grupos ecologistas se han opuesto a esta práctica porque contamina las aguas subterráneas, pero la candidata demócrata asegura que su apuesta por las energías limpias puede continuar sin prohibirla. En este sentido, la Administración Biden-Harris ha sido una gran promotora de los incentivos derivados de Ley de Reducción de la Inflación, que desde hace dos años ha generado una ola de inversiones para la producción de baterías y paneles solares.

Donald Trump durante un rally en Johnstown (Pensilvania), el 30 de agosto.
Donald Trump durante un rally en Johnstown (Pensilvania), el 30 de agosto.Brian Snyder (REUTERS)

¿Pueden los presidentes prohibir el fracking?

La respuesta es no. La discusión entre Harris y Trump sobre este asunto es más bien simbólica porque solo el Congreso tiene atribuciones para legalizar una prohibición nacional de la fracturación hidráulica. Hace ocho años, la Administración Obama intentó aprobar una norma para que las petroleras y gasíferas revelaran públicamente, y de forma obligatoria, los productos químicos que empleaban en la fracturación hidráulica, con miras a que el Departamento de Interior pudiera regularlos en terrenos federales, pero un tribunal anuló ambos intentos, alegando que el Congreso no había otorgado al Departamento esa autoridad. Sin embargo, Estados como Vermont, Washington y Maryland promulgaron leyes locales que prohíben el fracking en su jurisdicción, pero ninguno es un gran productor de energía. Pensilvania, que sí lo es, lo hizo hace tres años, pero solo en la cuenca del río Delaware.

¿A cuántos votantes de Pensilvania les preocupa el fracking?

Aunque la producción de gas natural sigue siendo una gran industria en el Estado, su huella se ha reducido desde el boom. Los permisos de perforación han caído a la mitad según cifras del Departamento de Protección Ambiental de Pensilvania. También el número de pozos que producen gas natural. Asimismo, la industria del petróleo y gas también ha despedido a miles de trabajadores desde 2019. El fracking en sí es poco discutido en las campañas electorales locales. “La percepción es que los habitantes de Pensilvania hablan del fracking todo el tiempo, y la realidad es que no es cierto”, dijo Chris Borick, director del Instituto de Opinión Pública del Muhlenberg College en Allentown, en Político.

El tema que se mantiene en la conversación de los residentes de Pensilvania es la inflación. Si bien el costo de la gasolina bajó significativamente desde los días de la pandemia, el fantasma del encarecimiento de la energía persiste entre los votantes. La estrategia de los republicanos apunta de nuevo al miedo. Desempolvan una vieja declaración de Harris para indicar que sus políticas van a ilegalizar el principal método de producción de petróleo y gas de Estados Unidos, algo que dispararía los costos de la energía.

Qué dicen los ambientalistas

Las opiniones están divididas. Collin Rees, director político de Oil Change U.S., en declaraciones para Politico expresó que los comentarios de la vicepresidenta Harris fueron decepcionantes. “La ciencia es clara: no podemos alcanzar nuestros objetivos climáticos y abordar adecuadamente la crisis climática sin acabar con los combustibles fósiles”. Por su parte, congresistas defensores del clima como el demócrata Jared Huffman apoyan la postura de Harris al afirmar que la candidata sigue teniendo entre sus prioridades detener la expansión de los combustibles fósiles en pro de energías renovables.

En esta dirección, también se inclina RL Miller, presidenta de Climate Hawks Vote. “A nivel nacional, hemos sentado una base realmente importante, la Ley de Reducción de la Inflación, para empezar a producir cosas en Estados Unidos de nuevo, y por cosas me refiero a productos importantes que vamos a necesitar en la transición hacia la energía limpia”, dijo en su cuenta de X.

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Sobre la firma

José Luis Ávila
Es periodista y miembro del equipo fundador de EL PAÍS US. Su trabajo se publicó antes en medios como Telemundo, Vogue, Gatopardo, El Nacional y Exceso. Se tituló en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, es especialista en SEO y tiene un Máster en Branded Content de la Madrid Content School.
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