Cristina Pedroche, en ‘El hormiguero’ antes de las Campanadas: Agotador desfile de humor tuno
La tradición muestra signos de agotamiento porque, por más apuestas que hagamos en casa sobre qué se pondrá, siempre aparecerá con algo más grotesco, más ridículo, y más feo que el año anterior
Es un hecho que Cristina Pedroche tiene muy poco que decir, y que lo poquísimo que puede aportar se agota en unos 10 minutos. Es solvente delante de un guion, es esa entrevista de página completa de la que siempre sale un titular pintón, y es una presentadora que aunque no tenga nada que a...
Es un hecho que Cristina Pedroche tiene muy poco que decir, y que lo poquísimo que puede aportar se agota en unos 10 minutos. Es solvente delante de un guion, es esa entrevista de página completa de la que siempre sale un titular pintón, y es una presentadora que aunque no tenga nada que aportar, siempre está riéndose en cámara. Ya está, eso es Cristina Pedroche. Ni más, ni menos. Por eso ha sido tan arriesgado —y tedioso— tenerla en prime time durante algo más de una hora contando nada. Y debe de dar mucha audiencia, porque no ha habido ni tertulia posterior en El hormiguero.
En el programa de este miércoles hubo ocho bloques de escaleta: el vestido, la maternidad, comentario de un vídeo tonto, un test de pareja, un sketch de Juan Carlos Ortega, un número del mago Yunke, la sección del Monaguillo, y una demostración de unas creaciones digitales con luz. En los ocho bloques, la Pedroche.
El objetivo de todo el programa fue promocionar la labor de Pedroche como presentadora de las campanadas de Antena 3, una tradición de la casa que muestra signos de agotamiento porque, por más apuestas que hagamos en casa sobre qué se pondrá Pedroche, siempre aparecerá con algo más grotesco, más ridículo, y más feo que el año anterior. Ella dijo en esta entrevista que “Josie es el hombre más inteligente de España”. Exageró. Quizás a ella se lo parezca, pero Josie no es el hombre más inteligente de España. Es muy inteligente (Josie, no Cristina), y sabe mucho de moda, pero lo interesante no es tanto su intelecto como las motivaciones que puede tener para superar cada año el estupor del “vestido” de Pedroche. Ojalá Josie hubiera estado allí para levantar aquello, que no hubo manera.
Por suerte Cristina Pedroche es de risa fácil (de hecho es la simpatía lo que destaca en ella) y cualquier cosa que hagan Pablo y las hormigas la va a celebrar. Para dar un poco de interés a aquello, Dabiz Muñoz apareció en el plató con unos roscones que se venden en el centro comercial que se anuncia en el programa, y ya se quedó para poner cara de orgullo cuando Pedroche demostraba no tener más mundo que él.
Terminado el bloque del vestido, tocaba el otro tema de Cristina: la maternidad. El asunto, siempre polémico en su boca, se extendía con las esotéricas costumbres que la vallecana ha desarrollado como madre coraje. De hecho, la maternidad es el tema del primer y por ahora único libro de la presentadora. ¿Da este tema para 50 minutos? No, no da. Y si sumas vestido y lactancia, tampoco da para una hora con la Pedroche. Tocó pues comentar un vídeo absurdo de duración desmesurada para lo que era; había que rellenar. Después vino el test de vida marital hecho por las hormigas. Las preguntas eran para Cristina, pero también las respondía Pablo, como es costumbre de la casa. El test era, en su esencia, como esos azulejos que venden en las tiendas de recuerdos y que vienen decorados con frases de humor de casete de gasolinera. Si la tuna de agrónomos de la más ignota universidad española hiciera una entrevista, este sería el resultado.
El punto disruptivo lo puso un robot con forma de perro al que le habían puesto una cabeza con la careta de Pablo Motos. Fue el verdadero plato fuerte del programa. Cualquiera que esté familiarizado con los mitos de Chtulu se habrá preguntado alguna vez qué aspecto tienen los perros de Tíndalos. Hoy, gracias a una entrevista con Cristina Pedroche, nos hemos enterado de cómo son.
Ya metidos en la parte de variedades del programa, el mago Yunke ejecutó un truco parcialmente fastidiado por la realización del programa, Juan Carlos Ortega hizo un sketch con su momento de crítica a Pedro Sánchez, El Monaguillo mostró algunos ítems raros de venta en Japón, y un muchacho enseñó unas infocreaciones hechas con luz. Más que una entrevista, aquello parecía un evento de teambuilding en una multinacional. Y, como en todo evento de teambuilding, lo que apetecía de verdad era que aquello terminase y nos pudiéramos ir a dormir.