Valientes como el actor Javier Bódalo
Siempre habrá gente que ya sea desde el cobarde burladero del anonimato soltará un “es que ahora nos ofendemos por todo”
Conocí personalmente a Javier Bódalo en el rodaje de Faraday (2013, dirigida por Norberto Ramos del Val), una película de ínfimo presupuesto protagonizada por el mismo Javier Bódalo que fue entrevistado esta pasada semana en Código 10 donde expl...
Conocí personalmente a Javier Bódalo en el rodaje de Faraday (2013, dirigida por Norberto Ramos del Val), una película de ínfimo presupuesto protagonizada por el mismo Javier Bódalo que fue entrevistado esta pasada semana en Código 10 donde explicó que en la vida real había sido víctima del mismo acoso que había sufrido su personaje en la serie Los Serrano.
En Faraday fue uno más del equipo, cosa infrecuente con los actores. En el proceso de esa película hubo momentos duros —como en todas— pero también un ambiente de acampada entre amigos. Algunas de las cosas que ha contado Bódalo en Código 10 nos las relató durante esos meses, y también otras que no han salido. Yo voy a mencionar alguna que ni nos contó ni ha planeado sobre la entrevista: ¿A qué guionista/productor le parece gracioso que haya un personaje al que maltraten los protagonistas? ¿Qué clase de persona escribe ese tipo de escenas como parte de una serie familiar? Pues yo se lo digo; un energúmeno. Sin más.
Lo puedo decir, ni esa gente me va a contratar, ni yo tengo ganas de trabajar con gente así. No me vengan con que eran otros tiempos, porque no lo eran. Que la directora del colegio de Javier Bódalo fuera una cobarde no es producto de “otros tiempos”. Que sus compañeros fueran unos malnacidos no era cosa de “otros tiempos” ni de que fueran “niños” (que ya eran adolescentes). Todo era el producto de un sistema que permitía y hacía la vista gorda con estas cosas. Siempre habrá gente que ya sea desde el cobarde burladero del anonimato (cómo me gusta esa expresión; qué rotunda) o desde el tú a tú más atronador, soltará un “es que ahora nos ofendemos por todo”. Qué pobres excusas tienen los que han sido verdugos, y con qué indolencia las sueltan.
Me ha perturbado escuchar una de las “bromas” que le hacían a Bódalo en la serie, luego reproducida en la vida real. Esa misma broma (meterle una escobilla del váter en la boca) aparece, con otro enfoque, en Las partículas elementales, la novela de Michel Houellebecq.
En las últimas semanas, hemos sido testigos de las inhumanas acciones consentidas en media decena de colegios, con víctimas mortales (Sandra Peña y Dani Quintana, las más recientes y mediáticas) o víctimas supervivientes en vida, pero no en ánimo (las heridas del bullying no cierran). No necesitamos a más sádicos ni mediocres. Necesitamos a más gente como Bódalo, como él y como todos los que hablan, luchan, y no se callan.