Bendita risa, más en tiempos sombríos
Veo con regocijo la segunda temporada de ‘Poquita fe’. Y me descojono a solas con esa pareja patética que interpretan Raúl Cimas y Esperanza Pedreño
¿Qué es lo que les hace gracia a las nuevas generaciones? Yo sigo repitiendo carcajadas cuando a Groucho Marx le pregunta un ministro en Sopa de ganso: “¿Pero usted sabe con quién está hablando?“. Y este le responde: “No me lo diga, ¿animal o vegetal?“. Y representa a la acracia pura su hermano Harpo, ese ángel mudo, tan infantil como salvaje, sembrando el caos en todo lo establecido. Y me pregunto en medio de mi seriedad forzada o natural: ¿Qué es lo más gozoso que te ha ocurrido en la vida? Pues la risa, compartida con amigos, amantes pasajeras o duraderas, mujeres a las que amé, con ...
¿Qué es lo que les hace gracia a las nuevas generaciones? Yo sigo repitiendo carcajadas cuando a Groucho Marx le pregunta un ministro en Sopa de ganso: “¿Pero usted sabe con quién está hablando?“. Y este le responde: “No me lo diga, ¿animal o vegetal?“. Y representa a la acracia pura su hermano Harpo, ese ángel mudo, tan infantil como salvaje, sembrando el caos en todo lo establecido. Y me pregunto en medio de mi seriedad forzada o natural: ¿Qué es lo más gozoso que te ha ocurrido en la vida? Pues la risa, compartida con amigos, amantes pasajeras o duraderas, mujeres a las que amé, con temas particulares o universales, con la complicidad maravillosa de que dos personas rían juntas ante lo trascendente o ante la nada.
Y por supuesto, esa complicidad esencial que le da alegría al cuerpo y al alma siempre estará enemistada con la abyecta realidad en la que casi todo es prosaico, retorcido o monitorizado mediante la comunicación al servicio de los esclavizantes teléfonos móviles. Uno de los momentos más salvadores de mi anciana y eremita existencia es cuando alguien me hace reír. Tarea imposible en los medios de comunicación, con los buenos y los malos intentando hacer creíble su papel. En función de la nómina, del sagrado “¿qué hay de lo mío?“. Es de las pocas cosas en las que creo. Y en esa labor se puede ser solemne o rijoso, todos concienciados en función del sueldo, asquerosamente serios.
¿Y quién me hace reír, me provoca esa sensación incontrolable y maravillosa? Pues alguno de mis amigos y amigas, los de hace tanto tiempo. Y también algunos humoristas profesionales, gente que nunca estarán lo suficientemente pagados. O sea, disfruto con el surrealista y magnífico Javier Cansado. Con Javier Coronas, un fulano que me cae tan bien como su inevitable humor, un tío con el que me río cuando lo escucho y al que me dan ganas de besarle cuando lo veo. Y veo con regocijo en Movistar Plus+ la segunda temporada de Poquita fe. Y me descojono a solas con esa pareja patética que interpretan Raúl Cimas y Esperanza Pedreño. También con los personajes secundarios. Y no estoy seguro de sentirme superior a ellos y a su grotesco entorno. Y me digo: cuánto talento el de sus creadores utilizando tan poco dinero. Muchas gracias por la risa que me provocan. Y consumo este esperpento tan hilarante de un tirón.