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Columna

Ana Rosa, Ayuso y el pimpampum que no fue

La disculpa de Quintana para su inacción está a la altura del despropósito de Ayuso. Como no sabe euskera, llamó a Ana Terradillos, pero no le cogió el teléfono. Ella más no podía hacer, tampoco era tan grave como para molestarse en consultar el traductor de Google

Los días que ningún representante de la política madrileña va a El programa de AR o Espejo público me preocupo; ¿estarán Ayuso o Almeida enfermos? A los de territorios más modestos los llevan menos. Sé que generamos menos noticias, pero algunas son sustanciosas. Este año y por primera vez, la televisión pública asturiana no emitió la misa que se oficia en Covadonga el día de la comunidad. Alguien se habrá preguntado qué sentido tenía en un estado aconfesional. No pasó nada. Me recordó al día que un funcionario del ayuntamiento de mi pueblo, para celebrar los Santos Inocentes, sus...

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Los días que ningún representante de la política madrileña va a El programa de AR o Espejo público me preocupo; ¿estarán Ayuso o Almeida enfermos? A los de territorios más modestos los llevan menos. Sé que generamos menos noticias, pero algunas son sustanciosas. Este año y por primera vez, la televisión pública asturiana no emitió la misa que se oficia en Covadonga el día de la comunidad. Alguien se habrá preguntado qué sentido tenía en un estado aconfesional. No pasó nada. Me recordó al día que un funcionario del ayuntamiento de mi pueblo, para celebrar los Santos Inocentes, sustituyó los villancicos que sonaban a través de la megafonía por música tradicional del Kurdistán. Nadie se inmutó; la gente normaliza que es una barbaridad.

Al Arzobispo de Oviedo, el ínclito Sanz Montes, la decisión de la RTPA le pareció regular. Enemigo acérrimo de “moritos”, feministas y “ecolojetas”, él también sería un tertuliano de fuste, pero no quiero dar ideas.

Si se politiza a Dios, como para no politizar la televisión. Habrá quien se escandalice, pero no será el diputado de Vox que ha querido hacerse un Trump versus Kimmel, porque todo se pega menos la hermosura, y ha avanzado que cuando lleguen a RTVE despedirán “fulminantemente” a Marc Giró. También que la única duda que tiene es si entrarán “con motosierra o con lanzallamas”. Viendo el efecto contagio trumpista, yo haría acopio de paracetamoles.

A Ana Rosa también le quita el sueño RTVE, y el share, que duele más. Dice que le falta pluralidad. A mí, más que pluralidad, que también, me molestaría que mi cadena no tenga credibilidad. Que mi grupo mediático permita al exfutbolista Javi Poves y la actriz Elisa Mouliaá, cuya formación científica se resume en un “mi familia es superacadémica”, seguir difundiendo el bulo de los chemtrails —si no saben qué es, no se lo explico, que bastantes sandeces acumulamos ya en el cerebro—. También me alarmaría que una presidenta de comunidad afirme en mi programa que otro presidente la ha amenazado y nadie en el plató reaccione ante lo trascendental de la acusación, igual porque no era una entrevista sino un mitin. Resulta que Pradales dijo “euskaldun” (vasco), pero Ayuso “entendió” pimpampum, que da más votos. La disculpa de Quintana para su inacción está a la altura del despropósito de Ayuso. Como no sabe euskera, llamó a Ana Terradillos, pero no le cogió el teléfono. Más no podía hacer, solo faltaba. Tampoco era tan grave como para molestarse en consultar el traductor de Google. A veces normalizamos demasiado.

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