Películas que no deberían existir

El avezado equipo de cinéfilos de Filmin adquirió ‘La mesita del comedor’ para su catálogo y antes de ser estrenada aquí, salió en ‘streaming’ en Estados Unidos

Una imagen de la película 'La mesita del comedor'.

El destino del filme La mesita del comedor parecía sellado desde el rechazo en Sitges. Sería una película low cost más. El esfuerzo estéril de un grupo de personas que dejaron tiempo y dinero (en el low cost no solo no se cobra, sino que uno paga) en hacer realidad uno de esos guiones que no tienen cabida en la industria. Tampoco caben en la industria, la verdad sea dicha, ...

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El destino del filme La mesita del comedor parecía sellado desde el rechazo en Sitges. Sería una película low cost más. El esfuerzo estéril de un grupo de personas que dejaron tiempo y dinero (en el low cost no solo no se cobra, sino que uno paga) en hacer realidad uno de esos guiones que no tienen cabida en la industria. Tampoco caben en la industria, la verdad sea dicha, algunas de las películas que encuentran productor, subvención, distribuidor y hasta buenas críticas. Así pues, la segunda película de Caye Casas siguió su periplo hasta recalar en el festival de Tallin. Y gustó. Y de ahí a más festivales.

Ya empezaba el rumor de que había una buena película. Sin embargo, tuvo un discretísimo estreno en salas, de modo que ni siquiera pudo acceder a críticas en grandes medios. El avezado equipo de cinéfilos de Filmin la adquirió para su catálogo. Y antes de ser estrenada aquí, salió en streaming en Estados Unidos. Y de entre todos los espectadores que se aventuran a ver una película desconocida a ver qué pasa, fue Stephen King quien le dio al play. Y alucinó. Y lo escribió en Twitter.

“Hay una película española llamada La mesita del comedor (…). Apuesto a que nunca, en toda vuestra vida, habéis visto una película tan negra como esta. Es horrible, y horriblemente divertida. Pensad en el sueño más oscuro de los hermanos Coen”. El rey del terror recomendando un largometraje español rodado en 10 días, en casa de una amiga del director. ¿No es el sueño de cualquier cineasta? Una publicidad tan buena e inesperada que vale más que toda la cartelería con la que se pueda empapelar una ciudad. Filmin adelanto el estreno y, desde hace una semana, es la película de la que todo el mundo habla. No solo por las virtudes de un guion turbio y una realización medida al detalle, sino también por la sensación de que si no la has visto te estás perdiendo dos cosas: una montaña rusa y la conversación del momento.

Si les cuento algo del argumento, les fastidio la película. Solo diré que el protagonista compra una mesa espantosa para el comedor de su casa y resulta ser la peor decisión de su vida.

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