Los códigos de Mediaset: que sea legal no implica que sea decente

La cacareada exclusiva resultó ser la filtración de la declaración de Jennifer Hermoso ante el juez. Lo íntegro es algo que no parece importar demasiado al grupo mediático que presume de código ético

La cantante Alaska, el pasado junio en Madrid.JUANJO MARTIN (EFE)

Cuando Richard Gere presume en Pretty Woman de que poca gente puede sorprenderle, Julia Roberts le regala una réplica que no paso un día sin citar: “tienes suerte, a mí la mayoría me deja de piedra”.

El lunes fui adquiriendo consistencia pétrea mientras escuchaba analizar el conflicto entre Israel y Palestina a, agárrense: Lolita, Alaska, Vicky Martín Berrocal y Xavier Sardá, una feliz casualidad: nada habría encajado mejor en aquel circo que la entrega de un gallifante al más arbitrario de los comentarios. T...

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Cuando Richard Gere presume en Pretty Woman de que poca gente puede sorprenderle, Julia Roberts le regala una réplica que no paso un día sin citar: “tienes suerte, a mí la mayoría me deja de piedra”.

El lunes fui adquiriendo consistencia pétrea mientras escuchaba analizar el conflicto entre Israel y Palestina a, agárrense: Lolita, Alaska, Vicky Martín Berrocal y Xavier Sardá, una feliz casualidad: nada habría encajado mejor en aquel circo que la entrega de un gallifante al más arbitrario de los comentarios. Tras los horrores de la guerra y los peligros de la equidistancia, la palabra de la semana en el Wordle político, pasaron a preguntarse por qué los lunes estamos más gordos. TardeAR es así, no lo he inventado yo. Como no me canso de adquirir dureza granítica, esa noche volví a Telecinco intrigada por la supuesta exclusiva de interés mundial que les llevó a desmantelar su prime time para emitir un especial de Código 10.

Allí estaba Nacho Abad, ese tipo que siempre parece estar a un gintonic de cortarle la corbata al novio. “Vean cómo rompe a llorar Jennifer Hermoso”, cebó orgulloso. A ver quién no se había despertado ese día, además de más gorda por ser lunes, con ganas de asistir a la enésima humillación a una mujer agredida. La cacareada exclusiva resultó ser la filtración de la declaración de la futbolista ante el juez. Que sea legal no implica que sea decente, pero decente nunca es la palabra de la semana en el grupo mediático que presume de código ético.

Esperé las audiencias con más interés que cuando mi trabajo dependía de ellas, me reconfortó el birrioso dato obtenido por el especial. Que los espectadores den la espalda a tan patéticos intentos por arañar unas décimas de share ya no es noticia, pero no debemos dejar de celebrarlo.

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