¡Nube, tía!
Se cumplen 21 años del ‘reality’ ‘Confianza ciega’, prototipo del engaño cotidiano, el drama por bandera y la instrumentalización del otro
El programa de Antena 3 Confianza ciega fue a los dating shows lo que el australopiteco a los homínidos: todo parece tan sencillo, tan inocente, tan antiguo cuando piensas en ellos... Confianza ciega no tuvo segunda edición ni falta que le hizo; tuvo un share respetable, pero tampoco fue un clamor —como El Chapulín Colorado o El duende del globo—, sin prestigio ni glosas laudatorias en prensa, quedaron en el recuerdo y lograron una complicidad entre espect...
El programa de Antena 3 Confianza ciega fue a los dating shows lo que el australopiteco a los homínidos: todo parece tan sencillo, tan inocente, tan antiguo cuando piensas en ellos... Confianza ciega no tuvo segunda edición ni falta que le hizo; tuvo un share respetable, pero tampoco fue un clamor —como El Chapulín Colorado o El duende del globo—, sin prestigio ni glosas laudatorias en prensa, quedaron en el recuerdo y lograron una complicidad entre espectadores capaz de unir a uno del Pacma con un taurino.
Hace dos años, Amazon Prime recuperó el programa y no hizo mucho ruido, pero esta semana la actriz y periodista Sonia Mangas ha recuperado algunos momentos del programa con motivo de su veintiún aniversario y, como el año pasado no le dimos importancia, no está de más recomendar el visionado a quienes se lo perdieran en su día. ¿Es mejor Confianza ciega que, por ejemplo, cualquier película de Basilio Martín Patino? Pues obviamente, no. Solo fue la semilla de La isla de las tentaciones cuando aún nadie tenía cara de filtro de Instagram. Por eso es interesante: porque era un —por fin podemos usar la palabra con propiedad— prototipo de lo que luego dimos por bueno: el engaño cotidiano, el drama por bandera, la instrumentalización del otro. En Confianza ciega el espectador puede revivir aquellos tiempos de modas horrendas y sonidos de politonos. Se vuelve uno consciente de la fragilidad de una generación azotada por la resaca de la estética clubbing sin intervenciones estéticas pagadas a plazos, y sin los “ciclos sanos” de las criaturas de gimnasio que pueblan Mediaset. De este primer cuarto de siglo se podrá saber más a través de un pro que a través de tantas y tantas obras que quisieron ser espejo de un siglo que apenas empieza a andar.
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