Seis series para descubrir el vasto mundo del anime japonés en plataformas
El género vive un momento de esplendor y se ha convertido en elemento esencial de la cultura pop, también en la televisión, donde la oferta es enorme. Dos expertas recomiendan y analizan títulos imprescindibles
Ojos enormes, peinados hiperbólicos y griterío por doquier. Convivir con los tópicos del anime (animación en japonés) es sencillo y, al fin y al cabo, no son pocas las series que los cumplen. Sin embargo, cuando el Manga Barcelona agota entradas en apenas unos días y desde los grandes aparadores de moda nos miran continuamente camisetas con símbolos ninja, parece inevitable preguntarse si detrás de una fórmula algo marciana puede esconderse la receta para una nueva narrativa de éxito, el ...
Ojos enormes, peinados hiperbólicos y griterío por doquier. Convivir con los tópicos del anime (animación en japonés) es sencillo y, al fin y al cabo, no son pocas las series que los cumplen. Sin embargo, cuando el Manga Barcelona agota entradas en apenas unos días y desde los grandes aparadores de moda nos miran continuamente camisetas con símbolos ninja, parece inevitable preguntarse si detrás de una fórmula algo marciana puede esconderse la receta para una nueva narrativa de éxito, el Juego de tronos o la Emily in Paris a la japonesa que aún no hemos sabido reconocer. Desde Sopa de miso, un podcast de Serielizados, llevan dos temporadas ajustando sus lentes al imaginario asiático, complejizando fenómenos pop y abriendo vías de entrada al vasto mundo de la animación nipona. A continuación, recomiendan seis series con las que abrir el apetito y que se pueden encontrar en plataformas.
‘Banana Fish’ (Amazon Prime Video, 24 episodios, 2018)
Corre el año 1973 en Vietnam. En el campo de batalla, un soldado enloquece y empieza a atacar a sus propios compañeros. Solo repite: “Banana fish”. Años más tarde, Ash Lynx, de 17 años, recibe un paquete de un hombre moribundo que, antes de morir, pronuncia las mismas palabras que el soldado caído en la locura. Eiji Okumura, que acaba de llegar a Nueva York para realizar un reportaje sobre pandillas callejeras, se ve envuelto en una investigación junto a Ash sobre el cómo, el qué y el porqué de esas palabras, “banana fish”. El thriller de Hiroko Utsumi es un paseo a ratos intenso (otros, muy intenso) por las calles de Nueva York, de la mano de dos jóvenes en pleno descubrimiento de un mundo vibrante y de las posibilidades que sus respectivas vidas les ofrecen. La noche es al mismo tiempo un reto para ellos y una agonía constante para el espectador que, una vez entra en su historia, difícilmente podrá salir de ella... Incluso después de terminarla. Porque el “banana fish” te atrapa y hay algo de él que se quedará contigo para siempre.
‘Chainsaw Man’ (Crunchyroll, 12 episodios, 2022-)
Entre el speed y el desencanto vibra el estreno más aclamado de la temporada de otoño. Chainsaw Man usa el esqueleto de la fantasía juvenil con cazadores y demonios para llevarla al extremo, volviéndola sanguinaria, erótica, prácticamente irreconocible, apetitosa y nueva. MAPPA, el Marvel japonés, adapta el manga de culto de Tatsuki Fujimoto sobre un mercenario enloquecido que puede transformar su cuerpo en un monstruoso títere hecho de motosierras. Con algo de Tarantino y de The Boys, esconde tras sus giros una revisión profunda de la moral del superhéroe y una fábula sarcástica sobre los sinsentidos del vivir para el trabajo. Enriquecen su visionado la altísima calidad de las animaciones y del coloreado, así como las secuencias de acción vistas con una cámara liberada, cinemática e insolente, digna de montaña rusa (sin frenos). Excitante, manchurrona, patética a ratos y nihilista como la que más. Puede verse en Crunchyroll, plataforma gratuita (aunque cuenta con suscripciones de pago sin anuncios) que recopila el mayor catálogo del género y que incluye subtítulos en español en sus títulos.
‘Violet Evergarden’ (Netflix, 14 episodios, 2018-2020)
Hay palabras que Violet escuchó en las trincheras y que no puede olvidar. Palabras que fueron pronunciadas por alguien a quien apreciaba por encima de todo. Palabras que, sin embargo, carecen de significado alguno porque Violet no llega a comprender ni distinguir las emociones humanas: ella fue entrenada para servir en batalla, donde la conocen como “el arma”. Cuando termine la guerra y la androide deba aceptar un trabajo como muñeca de recuerdos automáticos, una suerte de transcriptora emocional, tendrá que aprender a sentir tristeza, alegría, pena y amor para poder plasmar en cartas los pensamientos más íntimos de sus clientes. La serie de Kyoto Animation constituye un viaje interior a través de un universo fantástico, de belleza cercana a los mejores cuentos ilustrados (con una animación deliciosa), que se plasma en un surtido de historias autoconclusivas y de alto voltaje emocional. Para no olvidar nunca que existimos a través de nuestros sentimientos.
‘Haikyû!!’ (Amazon Prime Video, 77 episodios, 2014-)
En la cancha son seis, pero Haikyû!! es mucho más que el equipo de voley del instituto Karasuno. El anime de deporte por excelencia de los últimos años representa a un ejemplo de cómo entretener a través de las escenas cómicas de sus jugadores, cada uno radicalmente diferente del otro, a su vez aprovechando para dar una lección de deportividad, de espíritu de superación y de trabajo en equipo. Una serie que, en esencia, quiere arrancarte una sonrisa (y se lleva incluso alguna carcajada) sin renunciar a la complejidad de sus personajes y tramas, sin duda más importantes que los puntos que anoten en cada partido. La disfrutarán criaturas y adultos gracias a las numerosas capas que la conforman, demostrando el mejor sentido de la etiqueta “para toda la familia”.
‘The Tatami Galaxy’ (Disney+, 11 episodios, 2010-)
Para comprender los visos del anime independiente prescribimos una dosis de Masaaki Yuasa, cuyo genio ha escampado por series como Devilman Crybaby (Netflix), Ping Pong (Crunchyroll) y Hora de aventuras (HBO Max). En The Tatami Galaxy, basada en la novela Crónicas mitológicas de los 4 tatamis y medio, se aliaba con el prestigioso estudio Madhouse para compendiar, en once episodios, cómo cambiaría la vida universitaria de un joven según qué club de actividades extraescolares lo reclutara en su primer año. Del equipo de tenis al grupo de ciclismo a las clases de inglés, el protagonista salta entre líneas temporales de lógicas enloquecidas por el efecto mariposa, con imágenes marcadas por la estética pop, de expresividad kitsch y trazo rigurosamente infantil. Comedia briosa y finalmente satisfactoria, la serie de Yuasa exige y engancha, rompe prejuicios y despierta ideas (revulsivas) para la animación del futuro.
‘Evangelion’ (Netflix, 25 episodios, 1995-1996)
La de Hideaki Anno es una serie de robots gigantes igual que Twin Peaks es un policíaco con whodunit. Evangelion narra la formación de Shinji Ikari, niño piloto de un mecha que debe proteger la ciudad de Tokio contra los ataques de los Ángeles, una raza de monstruos extraterrestres con formas y poderes fuera de cualquier lógica humana… En el fondo, la espectacular ráfaga de invasiones alienígenas sirve de piel para el estudio psicológico de un reparto de jóvenes héroes trastocados, corrompidos por años de derrotas y de violencia sin parangón. La serie partía de un presupuesto muy limitado, que obligó a sus creadores a muscular la originalidad, convirtiendo el segundo tramo de la única temporada que entonces se emitió en un genial ensayo sobre los límites del lenguaje animado. Por ello, hoy la consideramos imprescindible, tótem de la animación llegada a la edad adulta.
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