Elon Musk y los muertos en coches Tesla: el precio a pagar por la ambición de un emprendedor
Un documental de ‘The New York Times’ que emite AMC Break analiza el quijotesco empeño del empresario por vender los automóviles completamente autónomos antes incluso de fabricarlos
Fue en la primavera de 2016 cuando Joshua Brown falleció yendo al volante de su coche, aunque no estaba conduciendo. Es considerado la primera víctima mortal a bordo de un Tesla. Adicto a las nuevas tecnologías y a las emociones fuertes, colgaba en su canal de YouTube las bondades de su Tesla Model S y el propio Elon Musk, al frente de la compañía, compartía y viralizaba sus ví...
Fue en la primavera de 2016 cuando Joshua Brown falleció yendo al volante de su coche, aunque no estaba conduciendo. Es considerado la primera víctima mortal a bordo de un Tesla. Adicto a las nuevas tecnologías y a las emociones fuertes, colgaba en su canal de YouTube las bondades de su Tesla Model S y el propio Elon Musk, al frente de la compañía, compartía y viralizaba sus vídeos en redes sociales poco antes del choque mortal.
El accidente de Elon Musk es un nuevo documental de la serie The New York Times Presents que examina el empeño del emprendedor y de su compañía por vender al mundo un automóvil completamente autónomo antes de ser capaces de fabricarlo. Esta producción, que puede verse en AMC Break, no busca elaborar una biografía de alguien tan mediático como el estadounidense, presente a diario en los titulares y los mensajes en redes sociales por su tecnología innovadora —los coches Tesla, la exploración espacial— y, en las últimas semanas, por su deseo de adquirir Twitter. Centrándose en un momento muy concreto de su trayectoria pública, el documental echa un vistazo a la tecnología de conducción autónoma de Musk y los esfuerzos que dedica al futuro de Tesla.
Para Emma Schwartz, directora de este largometraje, ir al detalle ayudó a observar con perspectiva lo que ocurre en torno al emprendedor. “Cuando hay tanta información sobre algo o alguien se genera esa situación en la que los árboles no dejan ver el bosque. Así que nos obligamos a dar un paso atrás para observar el impacto de un hombre poderoso y adinerado que está metido en muchas industrias y compañías diferentes. Hay ciertos patrones de conducta que pueden pasar desapercibidos en el seguimiento del día a día”, comenta la periodista desde Washington en conversación telemática.
La investigación liderada por Schwartz destaca lo quijotesco del sueño del empresario, que cuenta con apasionados seguidores en todo el mundo. El intento de crear una tecnología de conducción autónoma se ha traducido hasta el momento en muchas promesas no cumplidas y varias tragedias. El piloto automático ha sido el factor desencadenante de varias muertes y decenas de accidentes con los que Tesla no ha sido completamente transparente, defiende esta producción. “Al ser una compañía que ha salido a Bolsa, hay mucha información sobre Tesla que es pública, pero este tipo de empresas saben cómo esconder ciertas informaciones. Tesla ofrece datos a la Administración estadounidense de forma habitual sobre la seguridad de sus vehículos y, aun cuando es cuestionado por el organismo federal, se mantiene aferrado a ella sin cuestionarse nada. No puedes evitar preguntarte por qué”, apunta.
El empresario rechazó en varias ocasiones participar en el documental, explica su directora. Para armar la historia, el equipo de investigación del periódico contactó con decenas de personas, incluidos empleados de Tesla que habían trabajado codo con codo con el multimillonario. Algunos de ellos han ofrecido su testimonio ante la cámara y otros han preferido hacerlo manteniendo su anonimato ante la audiencia. “Estábamos construyendo un relato sin la colaboración de su protagonista y lo más complicado era encontrar voces cercanas a él que hablaran de lo ocurrido. Había mucho miedo a las represalias”, explica Schwartz. A menudo, esos antiguos colaboradores cuentan que Tesla es un proyecto muy personal de Musk, quien en ocasiones se encarga de decidir él solo algunas de las decisiones clave para la compañía. Amigos cercanos a Joshua Brown, además de Cade Metz, redactor de la sección de Tecnología del periódico, y de algunos usuarios de coches Tesla completan los testimonios que aparecen en el montaje final.
El accidente de Elon Musk expone el material recopilado de forma clara y cronológica. A lo largo de 70 minutos, desvela las declaraciones contradictorias que su protagonista ha lanzado a lo largo de los años. Los inminentes progresos que Tesla anuncia una y otra vez en redes sociales e intervenciones públicas atraen la atención de los medios de comunicación y de los inversores. Pero no llegan en la fecha anunciada. En muchos casos, no llegan nunca porque, admiten algunos de los ingenieros que han colaborado en la fabricación de estos coches, la tecnología todavía no está preparada para lograr que una máquina conduzca en carretera en lugar de los humanos de forma segura. Muchos de los seguidores y clientes de Tesla creen que sus coches son mucho más autónomos de lo que realmente son.
En una de las oleadas de su variante discurso, reconoció en una entrevista al propio The New York Times que tiende a abordar más de lo que puede abarcar. Por eso, lo que a menudo cuenta Musk sobre los avances de Tesla suena para sus propios ingenieros como mera ciencia ficción, tal y como cuentan en esta película. “Existe un choque frontal entre su visión y la realidad de lo que la tecnología puede ofrecer”, concluye Schwartz.
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