Dejad que las niñas se acerquen a Marvel
Los que condenaron la última serie superheroica de Disney+ antes de que se emitiera no lo hicieron por su calidad, sino porque su protagonista es una adolescente paquistaní y, como todo el mundo sabe, solo los hombres blancos cristianos pueden salvar el mundo
A mediados de los noventa, un productor de Hollywood sugirió que Julia Roberts interpretase a la activista Harriet Tubman. Era una combinación ganadora: un ícono norteamericano y la actriz más taquillera. Solo había un inconveniente, Tubman era negra, una minucia que intentó zanjar con un “hace tanto tiempo que nadie lo recuerda”. Puede que incluso considerase que era moderado en sus pretensiones, puestos a pedir, por qué no podía interpretarla Brad Pitt con trenzas fulani a ...
A mediados de los noventa, un productor de Hollywood sugirió que Julia Roberts interpretase a la activista Harriet Tubman. Era una combinación ganadora: un ícono norteamericano y la actriz más taquillera. Solo había un inconveniente, Tubman era negra, una minucia que intentó zanjar con un “hace tanto tiempo que nadie lo recuerda”. Puede que incluso considerase que era moderado en sus pretensiones, puestos a pedir, por qué no podía interpretarla Brad Pitt con trenzas fulani a lo Bo Derek: Harry Tubman. Hollywood nunca ha tenido ningún problema en contar historias sobre otras razas siempre que las interpretasen blancos y, a ser posible, hombres.
Conocen a su público. Aún resuenan en Disney los insultos recibidos por Daisy Ridley y Kelly Marie Tran por su, según el toxiquísimo fandom galáctico, excesivo protagonismo en la nueva trilogía de Star Wars. ¿Mujeres en el espacio que no se limitan a ser un solaz erótico a lo Barbarella? Y además flanqueadas por un negro y un guatemalteco. ¿Es la galaxia de George Lucas o la de Carmen Sarmiento?
Ahora vuelven a pitarle los oídos con Ms. Marvel, a quien se le afea ser musulmana, aunque nadie se ha quejado de que Superman sea metodista o Lobezno presbiteriano —conozco estos datos absurdos gracias a L’Osservatore Romano, ajeno a los desmanes de la curia, pero no al zeitgeist—. También que sea “una adolescente insoportable”, no lo es más que el Spiderman de Tom Holland, y ni imagino a Tony Stark en la edad del pavo.
Lo que realmente molesta es que la protagonista sea una mujer. Y peor, pakistaní. Los que la condenaron antes de que se emitiese no lo hicieron por su calidad, sino por su origen y su género. Les queda mucha quina que tragar, en semanas llegará la Abogada Hulka y tampoco la interpretará Brad Pitt.
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