Los cómics españoles se dibujan a un tamaño cada vez mayor en la pantalla
El estreno de la adaptación de ‘¡García!’ en HBO Max, previsto para este año, confirma una tendencia que ya mostraron ‘El vecino’ y ‘El tesoro del cisne negro’
El agente García no entiende qué pasó. Le cuentan que se quedó dormido hace 50 años, pero él no lo recuerda. Lo que sí sabe es que se acaba de despertar en un ataúd de hierro, en el Valle de los Caídos. Y ha visto la tumba del caudillo. Franco, muerto: ¡imposible! En realidad, todo a su alrededor resulta sorprendente. La televisión ya emite imágenes en colores y los teléfonos se han vuelto inteligentes. “Sigo siendo yo mismo. Y el mundo está muy raro”, confiesa atónito el protagonista de ¡García!,...
El agente García no entiende qué pasó. Le cuentan que se quedó dormido hace 50 años, pero él no lo recuerda. Lo que sí sabe es que se acaba de despertar en un ataúd de hierro, en el Valle de los Caídos. Y ha visto la tumba del caudillo. Franco, muerto: ¡imposible! En realidad, todo a su alrededor resulta sorprendente. La televisión ya emite imágenes en colores y los teléfonos se han vuelto inteligentes. “Sigo siendo yo mismo. Y el mundo está muy raro”, confiesa atónito el protagonista de ¡García!, cómic de Santiago García y Luis Bustos, editado por Astiberri. Aunque un superhombre como él está entrenado para adaptarse a cualquier circunstancia. Incluso a un formato que el agente García ni comprendería: sus aventuras saltan ahora a una plataforma (HBO Max), para convertirse en una serie de carne y hueso, dirigida por Eugenio Mira.
Todavía no hay fecha de estreno. Pero sí existen dos certezas: será en 2022. Y ofrecerá la tercera muestra reciente de una relación que se está consolidando: hace tiempo que los productores de televisión identificaron en los tebeos una fuente de interés. Ahí está The Walking Dead (ECC Ediciones) como el ejemplo más longevo. Pero entre los colosos anglosajones, de Invencible a Sandman, pasando por Daredevil o Lucifer, el cómic español también está dibujándose un hueco en la pequeña pantalla. Primero aterrizó en Netflix El vecino, de Santiago García y Pepo Pérez. Luego, Alejandro Amenábar filmó para Movistar + La fortuna, basada en El tesoro del cisne negro, de Paco Roca y Guillermo Corral. ¡García! les acompañará en unos meses. Pero este diario pudo confirmar un proyecto más en marcha. El sello de partida, por ahora, siempre es el mismo: Astiberri, una de las más respetadas editoriales de novelas gráficas de España.
“El mundo del cómic es variado, fresco, atrevido y visual. Al menos una decena de tebeos nacionales están en manos de productoras, esto demuestra la calidad de las obras que se hacen aquí”, amplía los cálculos Paco Roca. Y apunta una clave que comparten otros entrevistados. “Se suele pensar que si una historia se puede contar en cómic, también puede hacerse en un formato audiovisual, en el sentido de que tiene un soporte de imagen muy importante. Ya te está dando parámetros estéticos y un marco”, detalla Santiago García. El cine se dio cuenta hace años. Sobre los tebeos de superhéroes, Marvel ha construido un imperio fílmico millonario, mientras su rival, DC, lidera esta semana la taquilla cinematográfica con el enésimo regreso de Batman. Pero las series también confían cada vez más en las viñetas.
“Hay mucha gente trabajando en el audiovisual que lee cómics”, agrega Santiago García. Tanto el autor como Sara Antuña, coguionista de la serie ¡García!, coinciden en otro punto a favor de la adaptación de tebeos a la televisión. “El cómic tradicional de superhéroes, así como Mortadelo y Filemón o Zipi y Zape ya ofrecen tramas por entregas. Permiten una evolución de la estructura que se parece más a una serie”, resume Antuña. Y García sugiere que, tal vez, la novela gráfica autoconclusiva se preste más para convertirse en película, mientras que obras en varios tomos como El vecino miran hacia la televisión: “Son cómics que se mueven en un registro realista dramático, que hace que se vea con más facilidad cómo sería con actores. Y giran en torno a personajes arquetípicos, lo les da una potencialidad de adaptación al formato televisivo muy diferente respecto a una historia cerrada”.
La enorme sed de producción por parte de las plataformas audiovisuales explica otro aspecto del fenómeno. Novelas, videojuegos, obras teatrales o hasta podcasts: la nueva serie del momento puede tener cualquier origen. Y, por supuesto, también un tebeo. “Lo importante es la historia, la evolución de sus personajes, su potencial para generar comunicación y boca a oreja. Son muchas cosas que deben convivir y encajar como un puzle. Lo normal es que no encajen, lo excepcional son los éxitos”, explica Miguel Salvat, responsable de producción propia para HBO Max en España. Aunque las prisas rara vez son buenas consejeras creativas. De ahí que muchos cómics lleguen a estrenarse como series, pero pocos triunfen. Algunos, en cambio, acaban en decepción o incluso en rápida cancelación, como Y, el último hombre (ECC Ediciones) o Jupiter’s Legacy (Panini).
“Nos gustó la propuesta de adaptar un cómic que, además de una gran calidad narrativa, parte de una premisa muy loca, con acción y aventuras en dos líneas temporales. También añade elementos de actualidad en cuanto a la polarización de nuestra sociedad, y muestra tanto lo mucho que ha evolucionado nuestro país como lo poco que ha cambiado en otros aspectos”, tercia Salvat sobre ¡García!. La idea surgió de Paco Ramos —entonces productor en Zeta Cinema, hoy en Netflix—, que logró la adhesión entusiasta de Antuña y del también guionista Carlos de Pando, fans del tebeo original. Aunque, pese a tanta pasión, la serie ha tenido un desarrollo ponderado, que ya supera los cinco años.
Hubo tiempo de sobra, pues, para que creadores y adaptadores se entendieran. “Una parte importante era hablar con ellos y explicarles nuestra visión. El cómic tenía dos volúmenes, pero necesitábamos que en la serie creciera, con más personajes, más conflictos, y algunos cambios. Hablamos mucho del contexto de ¡García!, de cómo lo habían hecho. La idea es que la adaptación mantuviera la esencia. Aunque en un momento dado nos desligamos, sabiendo que teníamos su bendición, sin miedo a transgredir un poco”, relata Antuña. Santiago García subraya que no le debían nada, ya que desde que firma una cesión de derechos se considera un simple “espectador”, y destaca el respeto que percibió hacia su tebeo: “Carlos y Sara aman el cómic original. Y eso para mí es una garantía. Sé que han trabajado muchísimo en los guiones. Y el presupuesto es notable. Fui al rodaje y me pareció impresionante”.
Ambos ya habían coincidido en El vecino. Aunque, ahí, Antuña tuvo menos protagonismo: ella y De Pando cerraron el proyecto con Netflix, pero no se encargaron del guion. El proceso, en todo caso, fue mucho más acelerado. De hecho, surgió después de la serie para HBO Max y sin embargo ya ha estrenado sus dos temporadas. “Cuando quisimos darnos cuenta, estaba en la pantalla”, dice García. Lo cierto es que el resultado recibió críticas irregulares. Y Antuña vivió desde dentro el encuentro entre visiones distintas: el primer tomo del tebeo ofrecía una “comedia ligera” sobre un superhéroe castizo, en línea con lo que buscaba la plataforma. Pero el segundo libro de El vecino arrastra a su protagonista por las sombras más oscuras. “El cómic puede permitírselo, pero para la serie sí era un problema”, aclara la guionista.
Porque, de golpe, el trabajo solitario de uno o dos artistas pasa a depender de cientos de profesionales. Y las opiniones se multiplican. “Siempre es muy interesante ver cómo otra disciplina adapta una de tus obras, y más si el realizador es alguien de la calidad de Alejandro Amenábar. Aprendes mucho al ver cómo desmonta la estructura y la vuelve a montar en otro formato”, asegura Roca sobre La fortuna. Y sostiene que la serie aumentó las ventas de El tesoro del cisne negro, tal vez enseñándolo a otros públicos. Los libros de El vecino, en cambio, apenas notaron la llegada a Netflix. Santiago García ve una miríada de posibles factores: “Creo que hay cierta fatiga ante la cantidad de adaptaciones. Y la gente no necesariamente va a consultar el original. Puede influir la cercanía que tenga la serie con el tebeo, si remite más o menos, si la propia plataforma quiere hacer promoción o no…”. El guionista, en todo caso, agrega una oda a su profesión: “No se trata de llegar a la televisión o el cine. No son niveles superiores. El objetivo es hacer los cómics”. Si están bien contados, eso sí, seguro que alguna pantalla los querrá.
Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.