‘Sequía’ y otras series que hermanan a España con Portugal
De ‘Operación Marea Negra’ a ‘Auga seca’, la ficción televisiva portuguesa está siendo cada vez más internacional, gracias a las coproducciones y a su especial alianza con la industria española
La serie Bron/Broen (2011) es un drama hecho por daneses y suecos, en el que un cadáver situado exactamente en la frontera de ambos países obliga a sus dos departamentos de policía a trabajar juntos. Su éxito fue tal que existieron versiones entre países vecinos. Llegaron las de Reino Unido-Francia, México-Estados Unidos, Estonia-Rusia y Austria-Alemania, pero nunca se creó una versión entre España y Portugal. Las cosas han cambiado desde entonces.
Portugal no solo ...
La serie Bron/Broen (2011) es un drama hecho por daneses y suecos, en el que un cadáver situado exactamente en la frontera de ambos países obliga a sus dos departamentos de policía a trabajar juntos. Su éxito fue tal que existieron versiones entre países vecinos. Llegaron las de Reino Unido-Francia, México-Estados Unidos, Estonia-Rusia y Austria-Alemania, pero nunca se creó una versión entre España y Portugal. Las cosas han cambiado desde entonces.
Portugal no solo ha logrado que su ficción televisiva se convierta en internacional, sino que ha hecho de España su principal socio. Aunque solo sea en el ámbito de las series, la profecía del premio Nobel José Saramago, que unía a ambos países en uno solo llamado Iberia, parece algo más real. Sequía es una serie hispanolusa que se emite los martes en La 1 y los viernes en la cadena pública nacional Rádio e Televisão de Portugal (RTP) bajo el título de Crimes Submersos (Crímenes sumergidos). Esta ficción está ambientada en un pequeño pueblo ubicado en la frontera entre los dos países y sigue el descubrimiento de dos esqueletos que revelan evidencia de un crimen sangriento. Está protagonizada por Rodolfo Sancho y Miryam Gallego, entre otros, junto a Marco D’Almeida y Margarida Marinho.
Susana Gato es la presidenta ejecutiva de la Asociación de Productores Independientes de Portugal (APIT), la única que representa a los productores televisivos en el país vecino, agrupando al 80% de las compañías y con un volumen de negocio de más de 90 millones de euros en 2020. Desde el pasado mes de noviembre, Gato estará también al frente de la Asociación Europea de Producción Audiovisual (CEPI) durante dos años. “Las coproducciones mejoran el presupuesto y con ello la calidad del producto y te aseguran que tu serie se vea en otros lugares del mundo”, defiende Gato. “Además de la proximidad geográfica, la cercanía cultural con España hace que sea más sencillo producir que con un país con el que compartimos idioma como Brasil”, explica la presidenta de la APIT.
Sequía es la primera colaboración entre ambas cadenas públicas estatales, pero fue la autonómica gallega TVG la que abrió camino. Vidago Palace (2017) es una miniserie de época centrada en la historia de amor entre dos jóvenes de distintas clases sociales que transcurre en un lujoso hotel durante el año 1936. Forma parte del catálogo de HBO Max. En esa plataforma pueden verse también las dos temporadas de Auga seca, una serie policiaca rodada entre Vigo y Lisboa que combina un drama familiar con el entorno del tráfico de armas. Está coproducida por Portocabo (España) y SPi (Portugal) para TVG y RTP. Para contar esta historia de dos familias, la de los adinerados Galdón y los más humildes Duarte, la ficción recurre a actores gallegos como Sergio Pazos y lusos como Vitória Guerra.
Alfonso Blanco, director general de la productora gallega Portocabo, detrás también de Vidago Palace, considera que la de Portugal ha sido una transformación si cabe más radical que la de España. “Allí hasta hace muy poco no había series semanales, solo diarias. La tele pública decidió apostar por el cambio aun sabiendo que le iba a dar muy malos réditos de audiencia, a cambio de favorecer a su industria audiovisual”, comenta por teléfono. Blanco confirma que ya existe una filial lusa de su compañía, llamada Portocabo Atlántico, para sumarse a la moda de las series que las plataformas de streaming han fomentado en el país, como han hecho en el resto de Europa. “El género negro es el que mejor viaja, así que seguirá siendo el más común en estas coproducciones”, augura Blanco.
La más ambiciosa de las colaboraciones entre ambos países está a punto de llegar a través de Amazon Prime Video. Operación Marea Negra recrea un hecho real: la odisea por el Atlántico del narcosubmarino capturado en Galicia en 2019. Daniel Calparsoro, Oskar Santos y Joao Maia dirigen este thriller dramático producido por la RTP portuguesa junto a varias cadenas autonómicas españolas, la coruñesa Ficción Producciones y la lisboeta Ukbar Filmes.
Dormida hasta 2014
La razón por la que la Portugal ha estado algo dormida hasta ahora en el mercado de las series ha sido el pequeño número de canales que existían en el país antes de la llegada de las plataformas digitales. La pública RTP y las privadas SIC y TVI eran los únicos clientes de las empresas creadoras de contenidos. Una de las vías de expansión que han encontrado han sido la internacionalización, a través de las coproducciones. Éxitos como La casa de papel y El juego del calamar “han demostrado que el idioma y la cultura ya no son barreras”, dice la presidenta de la APIT.
La otra forma de reforzar sus contenidos es obligando por ley a las nuevas plataformas a invertir un 4% de sus presupuestos en contenido local. Esta medida todavía no ha dado resultados, porque comenzó a aplicarse en enero de 2022, pero es muy similar a la de la Ley General Audiovisual española. No parece que vaya a haber conflicto al respecto, porque los servicios a la carta extranjeros han entendido que crear ficciones locales forma parte de su éxito. Glória es la primera serie original de Netflix Portugal. En la pequeña ciudad Glória do Ribatejo afloran espías, mentiras y secretos a mediados de los años sesenta, cuando un acomodado ingeniero se sumerge en las intrigas de la Guerra Fría. La ficción llegó a las pantallas a finales de 2021, antes que de fuera una obligación crear contenido portugués.
Ya se prepara un segundo título pensado para un servicio a la carta, OPTO SIC. Se titula Vanda, está centrada en una mujer que debe reconstruir su vida tras la traición personal y económica de su marido y se trata de otra colaboración con España.
El apoyo público del Instituto do Cine e do Audiovisual (ICA) es limitado, así que la llegada del Fundo de Apoio ao Turismo e ao Cinema que dota a la industria lusa de una ayuda 12 millones de euros anuales entre 2018 y 2023, a menudo en pagos adelantados a las productoras, ha sido crucial para generar contenido cada vez más sólido y relevante. Si este fondo público impulsado por el gobierno socialista de António Costa hace referencia también al turismo es porque otro de los objetivos de Portugal es convertir al país en un destino habitual de rodaje para las producciones internacionales. Por eso, desde 2019 existe la Portugal Film Commission. Su responsable, Manuel Claro, pasó por Madrid en enero para participar en la feria de turismo FITUR. “La casa del dragón —precuela de Juego de tronos— y La casa de papel ya han rodado en algunos paisajes portugueses”, comenta Claro, quien fija el año 2014, cuando el ICA comenzó a abrir convocatorias de ayudas para la televisión, como “el momento en que todo cambió”.
Con la unión de todos estos agentes públicos y privados ha nacido el evento profesional OnSeries Lisboa, que desde el año pasado reúne a profesionales de todo el mundo para afianzar sus relaciones con las productoras del país vecino. “Antes de la pandemia, los encuentros de coproducción entre Portugal y la Xunta de Galicia fueron un primer paso que nos ha llevado a OnSeries”, recuerda Claro.
Tanto el líder de Portugal Film Commission como la de APIT destacan que el país cuenta con la ventaja de observar cómo otros países se han adaptado antes a este nuevo mapa audiovisual, “anotando sus aciertos e intentando evitar sus errores”, dice Claro. Coincide en ellos el director de la productora Portocabo. “Si hay algo que Portugal ha hecho mejor que otros países es esa colaboración transversal entre empresas privadas e instituciones públicas. España tiene más músculo económico, pero ha estado peor legislado en ese aspecto de lo que lo ha estado Portugal”, concluye.
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