Sororidad en Benidorm Fest: una teta para unirlas a todas
Rigoberta Bandini y Tanxugueiras, favoritas del público en la preselección española a Eurovisión, escapan a la rivalidad con un mensaje feminista en sus canciones y actuaciones, y en las redes sociales
Rigoberta Bandini y Tanxugueiras han hecho justo lo contrario de lo que se espera de una competición. No se han saltado las normas del Benidorm Fest, pero sí esas leyes no escritas que ponen a las mujeres a competir como si no tuvieran otra manera de estar en el mundo. Las dos candidaturas favoritas a Eurovisión lle...
Rigoberta Bandini y Tanxugueiras han hecho justo lo contrario de lo que se espera de una competición. No se han saltado las normas del Benidorm Fest, pero sí esas leyes no escritas que ponen a las mujeres a competir como si no tuvieran otra manera de estar en el mundo. Las dos candidaturas favoritas a Eurovisión llevan semanas formando parte de la conversación —incluida la política— por sus subidas y bajadas en las encuestas, por sus letras, por su género, por su edad y por una teta. Lejos de contribuir a la rivalidad, la artista catalana y el trío gallego han mostrado su simpatía en redes y en persona. “Nos da rabia este enfrentamiento entre fans, este odio; entre nosotras no es así”, dice Paula Ribó, el verdadero nombre de Bandini, al otro lado del teléfono. “Pedimos calma”, continúa Sabela Maneiro, una de las componentes de Tanxugueiras, “nos llevamos bien y, aunque no fuera así, no creemos en esta competitividad insana”.
En cada una de las actuaciones de las semifinales que las condujeron a la final de este sábado, representaron ese mensaje de compañerismo. Bandini y su grupo (incluye a su pareja y a su prima) apostaron por el blanco. Todos iban uniformados. Ella vestida de novia, velada, un atuendo del que se fue desprendiendo a medida que avanzaba la letra de Ay, mamá en el que llega a repetir hasta 25 veces la palabra mama, una alabanza a la maternidad, en particular, y a las mujeres, en general, según sus propias explicaciones. Fue en el momento en el que apareció una gran teta proyectada en el suelo —tal y como había anunciado— cuando se quedó solo con un body color carne. Sus compañeros de escenario tampoco fueron mucho más allá. Se levantaron las camisetas y enseñaron unos sujetadores deportivos. Los pechos, por ahora, solo en versión virtual. Habrá que esperar a la final para saber si aparecen en su versión carnal.
Esta actitud tiene un efecto que puede parecer contradictorio porque acaba uniendo a críticos y partidarios: la llaman a la vez provocadora, transgresora y puritana por cantar a las tetas. En alguna actuación sí las ha enseñado. Bandini no para de preguntarse desde entonces, como hace en su canción, por qué esta parte del cuerpo de las mujeres da tanto miedo y aclara que sin ellas “no habría humanidad ni tanta belleza”.
En la actuación de Tanxugueiras, las únicas tetas que se vieron fueron las de dos bailarines y el percusionista. Pechos masculinos que siempre sortean la censura aunque a fin de cuentas también sean tetas. Las gallegas apostaron por el negro, solo interrumpido por el dorado del maquillaje de su pelo y cara, en una actuación en la que la potencia de sus voces y el mensaje no requería de mayor adorno. Lo que sí estuvo de manifiesto en ambos casos fue la idea de sororidad. Bandini ya lo había avanzado, quería que este mensaje traspasara la pantalla, por eso apostó por un grupo de mujeres y dos hombres que se agarraron de los brazos y bailaron en círculo en un ritual de apoyo y comunión. En ese espacio cabían sus compañeras de Galicia, pero también Chanel y Sara Deop, la antítesis estética en cuanto a su representación de la feminidad y el contenido de sus letras.
Desde niñas
No es la primera vez que estas artistas tienen la sensación de que las ponen a competir. “La tendencia es a rivalizar a las mujeres desde pequeñas”, opina Bandini. “Nos dicen que somos nuestras peores enemigas, que somos retorcidas, malas... y al final te lo crees”. Maneiro coincide: “La sociedad está así formada y es algo que tenemos que cambiar. ¿Cómo vamos a ser rivales de una mujer que tiene tan claras sus ideas, con ese mensaje feminista y de sororidad?”. En este momento de polarización política no ha contribuido al debate artístico que ministras como Raquel Sánchez, titular de Transportes, se haya posicionado del lado de Bandini; mientras que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, haya mostrado su simpatía por la formación gallega, apelando a sus raíces de Ferrol.
Ellas tratan de cambiarlo con un posicionamiento vital y diario que transmiten en sus canciones. Rigoberta Bandini lo hace desde el pop que constituye ese nuevo paradigma indie en el que se mezcla el rap, la electrónica, la ironía y el feminismo. “Compongo desde la libertad, escribo lo que me sale de dentro sin importarme qué van a pensar”, explica la artista catalana. Como ella resume, hace lo que le da la gana.
Este mensaje se ha convertido en emblema de una parte del movimiento feminista. Muchas mujeres usan sus cuentas en Instagram para recopilar imágenes de sus periodos de lactancia con la canción de banda sonora. Aunque, al mismo tiempo, si se utiliza el tema en stories de Instagram (los vídeos efímeros de la plataforma) la palabra teta aparece censurada. Suele suceder cuando una mujer la muestra, no pasa con las de los hombres, que, por cierto, también tienen. “No hago esto para ganar votos, el proyecto ya funcionaba antes sin tener que pasar por aquí”, afirma la artista en referencia a su candidatura eurovisiva. Ya les cantó a las perras, no solo a los animales, en la que fue una de las canciones más populares del confinamiento (más de 1,7 millones de reproducciones en YouTube).
Las amenazas de censura y las críticas se han multiplicado tanto como las voces de quienes tratan de rivalizar las candidaturas de la artista catalana y la formación gallega. Por eso Tanxugueiras, las Tanxu, como las llama Bandini, compartieron un tuit de una pandereta en forma de teta cuando su compañera anunció que llenaría el escenario de Benidorm Fest con un pecho gigante. “Somos pandereteiras y tenemos tetas. Estamos contigo. Este es el mensaje que quisimos lanzar”, zanja Maneiro cuando se le pregunta por el tema. Un tuit que Ribó recibió, confiesa, con mucha ilusión. “Si fuéramos un hombre y una mujer no nos pondrían a competir así, tampoco si fuéramos dos hombres, de hecho no pasa con nuestros compañeros”, remata la cantante.
Tanxugueiras rebusca en sus raíces gallegas y traduce el arte ancestral de las pandereteiras y las cantareiras para traer esta tradición a estos nuevos tiempos desde el respeto y sin olvidarse del empoderamiento femenino. “En todas las canciones que hacemos hablamos de lo que sentimos las mujeres. Los hombres pueden empatizar, pero nosotras sabemos de lo que hablamos”, aclara Maneiro. “En nuestras letras queremos reivindicar que hay un empoderamiento pero no porque sí, sino porque tenemos la necesidad de hacerlo por el mero hecho de ser mujeres”. Eso es Terra, su canción candidata en Benidorm Fest: “Música de raíz gallega hecha por mujeres” que homenajea a las que vinieron antes. En su canción dicen en gallego: “Canta tú, cantaré yo / con el arte de nuestras madres / festejaremos la vida”. Y siempre al lado de sus compaiñeiriñas.
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