Casas de ensueño e historias personales: por qué enganchan los programas de reformas
Los espacios sobre renovaciones en el hogar pueblan los canales temáticos y tienen especial tirón desde el confinamiento
Una cocina destartalada, un salón sombrío y un baño anticuado dan paso a estancias lustrosas, soleadas y con muebles de última tendencia. Tirando una pared aquí y poniendo un mueble allá todo cambia. La casa queda como nueva. Mientras el doblaje exagera la reacción de los propietarios al ver su renovado hogar, el espectador imagina cómo sería vivir ahí o cómo encajaría esa cocina en su piso. La televisión vende sueños, y los programas de reformas los convierten en realidad. Las ...
Una cocina destartalada, un salón sombrío y un baño anticuado dan paso a estancias lustrosas, soleadas y con muebles de última tendencia. Tirando una pared aquí y poniendo un mueble allá todo cambia. La casa queda como nueva. Mientras el doblaje exagera la reacción de los propietarios al ver su renovado hogar, el espectador imagina cómo sería vivir ahí o cómo encajaría esa cocina en su piso. La televisión vende sueños, y los programas de reformas los convierten en realidad. Las producciones sobre renovaciones en el hogar llevan años atrayendo a miles de espectadores, pero desde que el covid encerró a media humanidad en sus casas y les obligó a mirar las mismas paredes un día tras otro, su audiencia ha crecido y algunas cadenas han redoblado su apuesta por ellos.
Es el caso de DKiss. El canal de la TDT empezó a programar contenidos de reformas en 2018 y desde entonces ha emitido 92 títulos diferentes de formatos de este tipo. Solo en 2021 han pasado por su parrilla 75 títulos distintos, y en la actualidad emite 40 horas a la semana de formatos pertenecientes a este género. Susana Ortega, directora de Antena de DKiss, subraya que ningún otro canal en abierto cuenta con un catálogo tan extenso de programas de reformas.
“Fue importante empezar por títulos que ya conocía el espectador español, cuyos presentadores ya eran conocidos y habían aparecido en otras cadenas”, explica Ortega. Son programas como Tu casa a juicio o los espacios de los gemelos Scott. Ellos son ya verdaderas estrellas en este género y han protagonizado más de 400 horas de televisión, dato que les convierte en los reyes absolutos del género. El canal estadounidense de pago HGTV en el que se emiten sus espacios se dedica en exclusiva a los formatos de reformas y decoración. En 2020 fue el canal de cable no informativo más visto en Estados Unidos entre mujeres de 25 a 54 años (el 75% de su audiencia es femenina), y tuvo una audiencia media de 1.360.000 espectadores, un 5% más que en 2019.
A una audiencia mayoritariamente femenina también se dirige Divinity, otro de los canales que apuestan fuerte en España por este género y el primero en abierto en dedicar parte de su programación a las reformas. Sergio Calderón, su director, explica que estos espacios aportan muy buenos datos de audiencia al canal en las mañanas del fin de semana. Tu casa a juicio, con más de 600 emisiones solo en 2021, promedia un 3,1% de cuota de pantalla, con un crecimiento del 7% respecto a sus datos antes de la pandemia, y se sitúa muy por encima del 1,9% de media de Divinity en lo que va de año. También mejoran los datos de la cadena espacios como La casa de mis sueños, Nuestro propio castillo, Vaya par de gemelos o S.O.S. Jardines.
La fórmula del éxito
Para Calderón, estos programas conjugan diferentes elementos que son la fórmula de su éxito: por un lado, la transformación, el clásico antes y después; también las historias humanas que cuentan, hilo conductor de cada episodio y que aportan el factor de identificación para el espectador; y por último, su carácter aspiracional. “El espectador sueña con vivir en esos sitios, que tienen unos precios muy por encima de los que se puede permitir y que coquetean con el mundo del lujo”, dice Calderón.
Aunque los responsables de los canales que apuestan por este tipo de contenidos destacan que no excluyen a ningún perfil de público, todos coinciden en que las mujeres son sus espectadoras mayoritarias. La audiencia de los programas de reformas es muy fiel. “Son productos que tienen varios ingredientes que hacen que sean muy apetecibles para un programador. Además de tener un precio que puede estar ajustado a las necesidades del presupuesto de los canales, admiten un intenso número de repeticiones, lo que les hace especialmente rentables. Es el sueño de un programador, tener un producto con una media de 10 pases y que exprimes hasta el último con audiencias espectaculares”, sostiene Calderón.
Según Susana Ortega, los espectadores de estos programas, más que a un título en concreto, a lo que son fieles es a una franja horaria. “Pero si los programas reflejan grandes mansiones, presupuestos elevados, climas cálidos..., funcionan mejor. Todo lo que refleje reformas a las que, en principio, el espectador no puede aspirar pero sueña con tener, sube un poco la audiencia”, detalla la directora de Antena de DKiss.
Tras el estallido de la pandemia, las tendencias en estos programas han cambiado ligeramente, como cuenta Rafael Herrera, director de Antena de Ten, otro de los canales de la TDT que apuesta por estos contenidos y que en la actualidad emite el británico House Doctor. “Antes se hacían programas mucho más grandes, reformas faraónicas y grandes cambios, y ahora se apuesta mucho por formatos de do it yourself [hazlo tú mismo], de reciclaje, de no tener que tirar la casa entera para conseguir un cambio”. También destacan los programas con un factor de concurso (dos presentadores que hacen dos reformas diferentes, personas desconocidas que renuevan casas y compiten por quién saca mayor rentabilidad...) y los espacios que dan a los niños la posibilidad de tomar las riendas de una reforma, con lo que se les inculca el orden y la limpieza. “Cada año hay una vuelta de tuerca, pero siempre están en la mesa de compras de las cadenas temáticas, porque hacen que el público vuelva de forma recurrente”, completa Herrera.
Producción española
Frente a la los productos extranjeros (Estados Unidos y Canadá son los países de origen principales de estos programas), la producción nacional no ha abundado por sus altos costes. En 2007, Jorge Fernández presentó la versión española de Esta casa era una ruina, que contó con tres temporadas en Antena 3. En 2009, Cuatro tomó el relevo con Reforma sorpresa, presentado por Nuria Roca y emitido a diario. El último intento fue el concurso Masters de la reforma, en Antena 3, al estilo MasterChef y con Manel Fuentes como presentador.
Fuera de la televisión en abierto, los auténticos expertos en España en programas de reformas son el canal de DeCasa, especializado en decoración y reformas y con cerca del 70% de su programación de producción nacional. Mandi Ciriza, vicepresidenta senior de los canales de estilo de vida de AMC Networks en España y Latinoamérica, recuerda “el dolor de cabeza” que fue el primer Reforma integral que pusieron en marcha hace unos 12 años. “La producción de reformas es muy compleja. Cualquier producción de televisión entraña muchos pasos, un proceso muy largo con distintos oficios y un trabajo en cadena muy complejo. Si eso lo mezclas con una obra, que es un espanto… Pero nos quedó muy bien y dijimos, vamos a hacer más”, recuerda ahora.
DeCasa fue el canal que trajo los programas de los hermanos Scott a España y ha sido pionero en la programación de reformas. El 65-70% de su público es femenino y en una franja de edad que va de los 25 a 64 años. En cuanto a diferencias entre los programas internacionales y la producción local, el presupuesto es un factor fundamental que marca el resultado. Ciriza destaca la proximidad y cercanía al espectador de los producidos en España: “Se hace todo en casas reales, no es un espectáculo. La gente puede identificarse con lo que ve, y es algo que no ocurre con los programas de Estados Unidos, que es como ver una película”.
Susana Álvarez, directora adjunta del canal DeCasa y una de las personas que trabaja más de cerca en sus producciones, explica el proceso para poner en marcha estos espacios. Tras la complicada labor de dar con una idea que diferencie al programa, se pasa al momento de buscar casas para reformar. “Cualquier reforma en la que nos metamos tiene que tener las mismas bases: primero, que nos ofrezca un espacio digno, que la casa sea televisiva; segundo, que al dueño de la casa no le importe que le invada un equipo de televisión un montón de veces; y tercero, que no se nos vaya de tiempo. Y luego, luchar con los inconvenientes, como lo haría cualquiera en una reforma”, explica Álvarez. Por esos problemas inesperados que pueden surgir, el canal suele tener hasta cuatro programas a la vez en proceso de rodaje.
Por último, la pregunta que se hace casi todo el mundo cuando ve un programa de este tipo: ¿quién paga todo esto? “Nosotros somos una cadena de televisión, pagamos todo lo relacionado con la televisión. Luego hay diferentes fórmulas, pero el propietario siempre tiene que poner algo”, contesta Álvarez. Un reportaje de The New Yorker sobre el canal estadounidense HGTV especializado en espacios de reformas explicaba que la reforma se paga con el dinero del propietario, pero que los productores suelen lograr descuentos en bienes y servicios que hacen que el presupuesto se estire más de lo normal. “Mucha gente escribe diciendo que les gustaría que les hiciéramos la renovación, pero ni los hermanos Scott regalan las reformas”, remata Álvarez.
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