Emily Mortimer: “La vida va de cometer errores, y si no, no estás viviendo realmente”
La actriz es la responsable de la adaptación de la novela ‘A la caza del amor’, que supone su debut como directora
“El que inventó el amor debería haber recibido un disparo”. La ironía de encontrarse esta frase en medio de una historia sobre la incesante búsqueda del amor de dos jóvenes no es un hecho fortuito. La novelista Nancy Mitford (1904-1973) desplegó su habilidad para la sátira en A la caza del amor (1945), su libro de más éxito. Otra mujer, ...
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“El que inventó el amor debería haber recibido un disparo”. La ironía de encontrarse esta frase en medio de una historia sobre la incesante búsqueda del amor de dos jóvenes no es un hecho fortuito. La novelista Nancy Mitford (1904-1973) desplegó su habilidad para la sátira en A la caza del amor (1945), su libro de más éxito. Otra mujer, Emily Mortimer (Londres, 49 años), leyó la novela cuando era una niña y quedó fascinada con la historia que contaba. Por eso cuando tuvo la oportunidad de adaptarla para la televisión aceptó el reto.
“Inicialmente pensé, ‘vaya, no sé si el mundo necesita otro drama de época, con sus vestidos de época, grandes casas en la campiña inglesa… no sé si eso es lo que necesitamos ahora”. La actriz de películas como El regreso de Mary Poppins y series como The Newsroom es la encargada de los guiones y de la dirección de los tres episodios de esta producción de la BBC que estrena este lunes Movistar+, además de interpretar uno de los personajes. En una entrevista por videollamada desde su casa en Londres cuenta cómo cambió su percepción de la novela cuando volvió a leerla. “Mitford tiene una voz que es muy aguda y divertida, incluso subversiva en muchos sentidos, con una mirada muy radical a un montón de temas que resonaban con mucha fuerza en mí como mujer, como la maternidad, el sexo, el romance... Entonces pensé que me equivocaba y que sí parecía algo que necesitara el mundo, porque por encima de todo era realmente divertido”.
El resultado es un drama de época nada al uso, con mucho humor, toques extravagantes (a cargo, sobre todo, del excéntrico noble que interpreta Andrew Scott) y ritmo rápido que cuenta las vidas paralelas de dos primas y amigas jóvenes en la Gran Bretaña de los años veinte y treinta, un periodo de entreguerras en el que la principal opción de las mujeres para intentar tener una vida propia era casarse con un hombre. Linda (interpretada por Lily James) y Fanny (Emily Beecham) tienen diferentes formas de entender el amor, y mientras que las ansias de Linda de vivir el romance y la pasión hasta sus últimas consecuencias (y de huir de un estricto padre interpretado por Dominic West) la llevarán de hombre en hombre al tiempo que recorre una Europa políticamente convulsa, su prima Fanny, más práctica y terrenal, prefiere la seguridad de un matrimonio estable.
Cuando el proyecto ya había echado a rodar, Lily James fue quien sugirió que la propia Mortimer se encargara de la dirección. “En los últimos años había pensado que me gustaría dirigir algo, pero nunca pensé que alguien estaría de acuerdo con dejarme hacerlo. Pero los productores escucharon a Lily y estuvieron de acuerdo, y eso fue una puerta abierta para mí por la que me atreví a pasar. Acepté el reto y estoy muy contenta de haberlo hecho”, dice. “Es más complicado que actuar porque tienes que estar a tope todo el tiempo, hay tantas cosas que hacer, tanta gente con la que hablar y tantas decisiones que tomar… Pero emocionalmente es más complicado actuar, te expones mucho más, dirigir te protege más, no se trataba de mí, sino de contar la historia y empoderar a los demás para contarla, ayudarles a ser la mejor versión de ellos mismos”, explica sobre esta experiencia.
Aunque en la novela el personaje de Fanny prácticamente se limita a ser el narrador de la historia, la adaptación de Mortimer le da más protagonismo para mostrar su personalidad y la dinámica entre las dos primas, además de la relación con su madre ausente, a la que interpreta la propia Mortimer. También es incorporación suya la breve amistad entre Linda y una mujer catalana refugiada en el sur de Francia durante la Guerra Civil española. “No quería que esos refugiados fueran gente sin rostro, quería que se pudiera conectar con ellos, humanizarlos, mostrar una conexión entre ellas a pesar de que vienen de mundos tan diferentes. Esta chica es una mujer libre comparada con las mujeres que Linda conoce, le hace ver que la vida está para divertirse y no pasa nada por tener un millón de novios. Eso le lleva a pensar que no pasa nada por ser una mujer libre”, explica Mortimer.
A pesar de que la novela se publicó a mitad del siglo pasado y que la historia se sitúa en el periodo de entreguerras, Mortimer la encuentra de total actualidad. “Aquellos momentos no eran muy diferentes de los que vivimos ahora. No sabías si alguien a quien querías viviría o no, la vida era algo muy frágil. También había una gran polarización política, con familias como la de esta historia que se dividían por la mitad, una parte podía ser fascista y otra, comunista. La gente sospechaba mucho de los otros, había muchos juicios morales, incertidumbre y suspicacias. Vivimos en un mundo que se parece bastante”, argumenta la actriz.
“Aunque yo soy mayor que las protagonistas, todo lo que escribió Mitford sobre lo que es ser una mujer resuena un montón en mí. Cuestiones como la maternidad, lo que es ser una buena madre… son temas que aún están ahí socialmente y que son tabú”, continúa. “Me encanta la forma de tratar el amor romántico, porque al mismo tiempo lo satiriza y lo celebra. A mí me pasa igual, me fascina el amor, me confunde, es una cosa absurda y, a la vez, como dice Linda, ¿qué más puede haber? Es lo más importante pero es absurdo. También plantea muchas preguntas sobre el deseo femenino, lo que quieres y lo que te permiten querer. Las elecciones que haces para vivir tu vida, si es mejor dejarse llevar o mejor vivir de una forma más cuidadosa y teniendo en cuenta las decisiones que tomas todo el rato… Me encanta la manera en la que Nancy plantea esos temas sin juzgar, y eso para mí ahora mismo es un gran alivio”.
No era la primera vez para Emily Mortimer como guionista. En la comedia dramática Doll & Em (en Filmin), de la que es cocreadora con su amiga Dolly Wells (que también actúa en A la caza del amor), ya ahondó otro tema central de su nueva serie: la amistad femenina. “Tengo una certeza en esta vida, no tengo muchas pero esta es muy segura: tendré su amistad hasta que muera. Creo que es un tema muy interesante para representar en el drama. Podéis casaros, tener una carrera, tener niños, y aun así seguís mirándoos una a la otra, comprobando cómo está la otra e incluso comparándote con la otra. Nos medimos constantemente con nuestras amigas y comparamos cómo van nuestras vidas. Puede ser la persona que más ames en el mundo y también con la que más te enfades. La amistad es una relación muy interesante para mí desde el punto de vista dramático”, dice.
A la caza del amor también es una historia de liberación sexual. Linda se atreve a explorar más allá de las convenciones de la época y vivir su sexualidad sin ataduras. Aunque su prima Fanny pueda llegar a escandalizarse (“vive como una prostituta de clase alta, sin importarle las consecuencias”, dice Fanny en un momento dado), la historia no juzga su comportamiento. “Yo me sentí muy perdonada cuando leí el libro”, explica Mortimer. “A mi edad aún tengo sentimientos que me empujan a ser buena, amable... En el fondo sientes mucha confusión, furia, ira, resentimiento, amor, pasión, y a veces me siento un poco avergonzada de todo eso. Esta novela, y espero que la serie también, puede ayudar a que la gente, hombres y mujeres, se sientan perdonados. La vida va de cometer errores, y si no cometes errores, no estás viviendo realmente. Enamorarse, desenamorarse, fastidiarla, sentirse confuso… es importante, y tenemos que disfrutar de todo eso”, concluye.
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