Columna

Ganan los buenos

A Steve Bannon se lo llevaron esposado los agentes del servicio postal

Steve Bannon, a la salida del Juzgado Federal de Manahattan el 20 de agosto tras la vista por los cargos contra él por blanqueo de dinero y estafa.ANDREW KELLY (Reuters)

Si hubiera ocurrido en un capítulo de, por ejemplo, Succession —la excelente serie vagamente inspirada en las luchas intestinas de la familia Murdoch, con un toque a Dinastía pero en el siglo XXI, y cuyo productor ejecutivo es el agudo ex analista político y ex crítico de teatro, Frank Rich— habría parecido exagerado.

El episodio al que me refiero está protagonizado por la mente detrás del ascenso de la derecha alternativa, el estratega que se las daba de superdotado y que, ...

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Si hubiera ocurrido en un capítulo de, por ejemplo, Succession —la excelente serie vagamente inspirada en las luchas intestinas de la familia Murdoch, con un toque a Dinastía pero en el siglo XXI, y cuyo productor ejecutivo es el agudo ex analista político y ex crítico de teatro, Frank Rich— habría parecido exagerado.

El episodio al que me refiero está protagonizado por la mente detrás del ascenso de la derecha alternativa, el estratega que se las daba de superdotado y que, tras su agitado paso por la Casa Blanca, se propuso difundir su fórmula tóxica por el mundo. El jueves detuvieron a Steve Bannon. Iba a bordo de un lujoso yate —como el de Succession pero más lujoso aún— tasado en 28 millones de dólares, tres millones menos de la cifra a la que asciende la estafa por la que Bannon fue apresado, un timo que olía a timo —porque, como ocurre con la estampita, es lo que realmente funciona—, que consistía en recaudar donaciones para hacer el muro con México. El barco, por cierto, es propiedad de un magnate chino que tiene a Bannon a sueldo, y más de un conflicto sin resolver con las autoridades de la República Popular. Todo apunta a que más que disidente, el millonario Gou Wengui, también conocido como Miles Kwok, tiene un largo historial de chorizo y relaciones peligrosas con los servicios secretos chinos.

A Bannon se lo llevaron esposado ¡los agentes del servicio postal! El fraude fue por el envío de dinero por correo y el servicio postal —que está en el punto de mira del presidente Trump y su equipo, dispuestos a laminarlo para dificultar las elecciones de noviembre—, ha tenido un momento de revancha y relumbrón. Pero si de lo que se trata es de ver cómo ganan los buenos, busquen los discursos de la convención demócrata; el reparto es conocido y no decepciona.

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