Columna

Sábado triste en Broadway

‘Saturday Night Live’ satirizaba la crisis del coronavirus, con un Trump errático en año electoral, hasta que ha echado el telón

Daniel Craig, Elizabeth Warren y el reparto de 'Saturday Night Live', en el último episodio antes de la suspensión del programa.

En el último capítulo de Saturday Night Live hasta nuevo aviso, el actor Daniel Craig y los cómicos del programa hicieron un delirante sketch sobre cómo sería un culebrón de la tele si los actores no pudieran acercarse más de un metro, como mandan los tiempos. Era patético: amagaban con tocarse pero no, usaban falsos brazos en un palo, se besaban dos figuritas sostenidas por manos con guantes.

Se emitió el 7 de marzo, poco antes de que ...

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En el último capítulo de Saturday Night Live hasta nuevo aviso, el actor Daniel Craig y los cómicos del programa hicieron un delirante sketch sobre cómo sería un culebrón de la tele si los actores no pudieran acercarse más de un metro, como mandan los tiempos. Era patético: amagaban con tocarse pero no, usaban falsos brazos en un palo, se besaban dos figuritas sostenidas por manos con guantes.

Se emitió el 7 de marzo, poco antes de que Nueva York se confinara, Broadway echara el telón y el veterano teatrillo de la NBC (en Movistar+), con 45 temporadas en la mochila, quedara suspendido por primera vez desde el 11-S. También se parodiaba ahí una tertulia de la ultraconservadora Fox en que recopilaban “cosas que deberían preocuparnos más que el coronavirus”, un mal que el trumpismo tachaba al principio de noticia falsa, como todo lo que no le gusta.

El penúltimo episodio de SNL satirizaba al vicepresidente Mike Pence, un fundamentalista religioso, cuyo imitador nos contaba que Trump le había encargado la gestión de la crisis sanitaria a pesar de que no cree en la ciencia. “Esto es una prueba para mi fe, como los huesos de dinosaurio”.

Se llama cisne negro al evento inesperado que lo cambia todo. Parecía que las presidenciales de noviembre iban a ser un paseo para Trump, con la economía viento en popa y los demócratas divididos. La errática política del presidente, primero negacionista de la pandemia y que aún dice que teme más la recesión que la enfermedad, resucita las opciones de Joe Biden. El electorado empieza a mirar de otra manera a quien desprecia a los científicos y quería desmontar el sistema sanitario que legó Obama. Hay cisne negro para rato. Para seguir estas presidenciales nos hace falta SNL.

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