La Organización de la Propiedad Intelectual transfiere a PRISA el dominio elpais.com
El tribunal de arbitraje considera probada la "mala fe" del ciudadano coreano que lo había registrado
La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), con sede en Ginebra, ha transferido al Grupo PRISA el dominio de Internet sobre el nombre elpais.com, que había sido registrado por un ciudadano surcoreano. El Tribunal de Arbitraje de la OMPI considera probado que PRISA posee derechos sobre la marca EL PAÍS, cabecera del diario del mismo nombre y de su versión digital, y que el ciudadano coreano actuó "de mala fe" al registrarlo en marzo de 2001.
El fallo del órgano de arbitraje estima que el nombre registrado para su uso en Internet es demasiado similar al original y aduce qu...
La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), con sede en Ginebra, ha transferido al Grupo PRISA el dominio de Internet sobre el nombre elpais.com, que había sido registrado por un ciudadano surcoreano. El Tribunal de Arbitraje de la OMPI considera probado que PRISA posee derechos sobre la marca EL PAÍS, cabecera del diario del mismo nombre y de su versión digital, y que el ciudadano coreano actuó "de mala fe" al registrarlo en marzo de 2001.
El fallo del órgano de arbitraje estima que el nombre registrado para su uso en Internet es demasiado similar al original y aduce que desde mayo de 1996 existe en Internet una página -elpais.es- con la versión electrónica del diario, por lo que el nombre que había sido registrado -elpais.com- causa confusión entre los usuarios y perjudica los intereses de PRISA como propietaria de la marca EL PAÍS. Hasta ahora cuando se accedía al dominio elpais.com en Internet, el usuario era enviado a otra página en la que había enlaces de cadenas de televisión y medios de comunicación.
Mario Tascón, director general de Contenidos de PrisaCom, la compañía del Grupo PRISA dedicada a la producción y explotación de contenidos en Internet, ha subrayado la importancia de la resolución: "El hecho de que se trate de EL PAIS, por la trascendencia que tiene la noticia, debería animar a otros afectados por estas prácticas de indudable mala fe a emprender acciones contra quienes las llevan a cabo sin entrar a negociar un precio por la recuperación del dominio. A pesar de las dificultades que entraña personarse ante los tribunales de Corea del Sur, por razones de idioma y lejanía, al final hemos podido comprobar que estos mecanismos de arbitraje funcionan y merece la pena el esfuerzo que esta vía requiere".