La justicia francesa rechaza la demanda contra Perrier: podrá seguir vendiendo su “agua mineral natural”
Un tribunal desestima la petición de una asociación de consumidores, que exigía que se prohibiera la comercialización tras saberse que se filtraba el agua de manera ilegal
Este martes era un día clave para el futuro de la marca de agua embotellada más célebre en Francia, Perrier. Un tribunal tenía que decidir si prohibía su venta y le quitaba la etiqueta de “agua mineral natural”, como exigía una organización de consumidores, que presentó una denuncia tras revelarse que se habían comercializado aguas supuestamente “puras” pero que habían sido tratadas previamente para prevenir la contaminación, algo que no permite la ley.
La justicia rechazó este martes estos argumentos y le ha dado la razón a Nestlé Waters, grupo suizo al que pertenece Perrier. Podrá seguir vendiéndose y bajo la etiqueta de “mineral natural”, a pesar de las sospechas. Esta denominación está estrictamente regulada por la UE. Este tipo de aguas embotelladas no pueden estar sometidas a procesos de desinfección o que modifiquen sus características.
“No se ha establecido, según las pruebas que constan, la existencia de un riesgo para la salud del consumidor vinculado a las aguas Perrier etiquetadas como “minerales”. No se ha podido demostrar que haya un daño inminente”, ha motivado en su decisión el tribunal de Nanterre, en las afueras de París.
Las célebres botellas verdes de Perrier se producen desde hace 160 años en la fábrica de Vergèze, en el departamento de Gard, al sur de Francia. Esta industria es el motor económico de este municipio de apenas 5.000 habitantes, muy pendiente hoy del fallo judicial. Nestlé Waters produce también las aguas embotelladas de las marcas Vittel o Contrex en la de planta de Vosges, en el norte de Francia. Ambas fábricas pertenecen al grupo desde 1992.
La decisión del Tribunal supone un alivio para Nestlé, en el centro de un escándalo que se remonta a principios de 2024. Fue cuando los medios Le Monde y France Info revelaron que había utilizado tratamientos de purificación del agua (ultravioleta, carbono activado o microfiltración) para combatir la contaminación bacteriana. En teoría, un agua etiquetada como “mineral natural” no debería pasar por ningún filtro.
El grupo se defendió alegando que ya no utiliza esos sistemas, sino otro proceso de microfiltración que no altera la composición del agua y que fue validado por el Gobierno en 2023. El tema salpicó al Ejecutivo, pues una comisión de investigación encargada por el Senado a principios de año concluyó que estaba al tanto, pero encubrió, o hizo caso omiso a la utilización de estos tratamientos ilegales por parte de Nestlé Waters.
Las autoridades sanitarias han ordenado inspecciones en los pozos del grupo y han denunciado que ese sistema de microfiltración que Nestlé dice usar sí cambia la composición del agua. El grupo suizo lo sustituyó por otro y solicitó un permiso a la prefectura de Gard (la delegación de Gobierno) para poder embotellar en la fábrica de Vergèze, la de Perrier. Aún no ha obtenido respuesta.
Lo que se ha puesto en cuestión con este caso es si existe un riesgo de salud pública. El grupo siempre ha dicho que la seguridad del consumidor nunca ha estado comprometida, pero la asociación UFC-Que Choisir sí estimaba en su denuncia que había un riesgo, pues se habían puesto a la venta aguas que tenían algún tipo de contaminación en su origen, aunque filtradas.
Recuerda que, en los últimos años, sobre todo tras periodos de fuertes lluvias, las autoridades sanitarias han detectado en sus inspecciones bacterias de origen fecal en los pozos utilizados por Perrier. En 2004 se tuvieron que destruir dos millones de envases por la presencia de baterías fecales en uno de sus pozos. Nestlé dice que lo hizo por precaución y que se toman las medidas necesarias en cuanto se detecta alguna anomalía.
El sector ha criticado la decisión del tribunal. Según el portavoz del sindicato que agrupa a las marcas de aguas minerales naturales (MENM, en sus siglas en francés), “es una decepción”. “La comisión del Senado puso en evidencia problemas reales de respeto al reglamento. Era difícil pensar que [el tribunal] no iba a tomar medidas para proteger a los consumidores”, dice David Merle, miembro del sindicato y también fundador de una de las marcas de agua mineral (Bonneval).
Nestlé gana una primera batalla dentro del escándalo de las aguas minerales filtradas, pero aún le quedan, pues el prefecto de Gard, donde está la histórica fábrica de Perrier, debe decidir aún si permite que se exploten sus pozos y que usen sistemas de filtrado, a pesar de que el agua se embotella como pura.