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Condenado a seis meses el exsargento británico que agredió sexualmente a una soldado que luego se suicidó

El ejército no comunicó a la policía el incidente y permitió la promoción personal del acusado

El ejército del Reino Unido ha reconocido su trágico error con Jaysley Beck, que acabó suicidándose en 2021, con 19 años, pero el castigo ha sido leve. El exsargento mayor que la agredió sexualmente en julio de ese mismo año, Michael Webber, de 43 años, ha recibido una condena de prisión de seis meses, de los que solo tres deberá permanecer encerrado.

“Lo que él hizo, y el modo en que el ejército falló a la hora de proteger a nuestra hija, acabó costando la vida a Jaysley”, ha dicho su madre, Leighann McReady, este viernes al conocer la sentencia de un tribunal militar.

Webber, que hoy trabaja como camionero y recibe una pensión del ejército de casi 1.400 euros mensuales, acorraló a la soldado de artillería Beck, que entonces tenía 19 años, durante unos ejercicios de entrenamiento en la isla de Thorney. Durante una de las noches de descanso, después de tomar unas copas, agarró la pierna de la joven, la atrajo hacia él e intentó besarla.

Beck logró empujarle y deshacerse de él, y huyó aterrada para encerrarse en su automóvil, del que no salió en toda la noche.

A pesar de que cumplió con el protocolo establecido para estos casos e informó a sus superiores de lo sucedido, estos se limitaron a sugerirle que aceptara una carta de disculpas del sargento y se olvidara de asunto, sin informar a la policía como debían haber hecho.

Después de esa decepción, Beck, que comenzó también a sufrir acoso de otro superior en forma de mensajes de texto y de voz, optó en esa ocasión por no denunciar nada. El hombre llegó a enviarle más de 4.600 mensajes en los que expresaba sus sentimientos hacia ella, y una carta de 15 folios en la que narraba sus “fantasías con ella”. En diciembre, la joven soldado se quitó la vida en su propia habitación, en los barracones militares de Larkhill Camp.

Una investigación interna que comenzó en febrero, dirigida por el fiscal Nicholas Rheinberg, llegó a la conclusión de que los oficiales responsables no habían cumplido con la normativa militar, que les obligaba a informar a la policía del incidente, y que su falta de acción “contribuyó de un modo más que mínimo a la muerte de la mujer”.

“Aquella agresión quebró su fe en el sistema que supuestamente debía protegerla”, ha dicho la madre de la víctima. “El ejército no es un espacio seguro para mujeres jóvenes. Es algo que sigue ocurriendo. Son ellos los que se vigilan a sí mismos, como llevan haciendo desde hace muchos años. Jaysley cumplió con las normas, pero los responsables de todo esto no lo hicieron”, ha añadido.

El exoficial condenado llegó a admitir durante la investigación que “sus actos de aquella noche contribuyeron en alguna medida al trágico desenlace de que ella se quitara la vida”, ha explicado el abogado defensor, Matthew Scott.

El juez responsable de la sentencia, Alan Large, ha dicho al acusado, durante la lectura del veredicto, que “ella tuvo la valentía y la buena intención de decirte que pararas y te fueras a la cama, pero tú seguiste insistiendo hasta el punto de que no se sintió segura respecto a ti incluso cuando volvió a su habitación”. “Y mientras tanto, tu carrera profesional no se vio afectada”, le ha recordado. Webber ha servido 22 años en el ejército, hasta el pasado mes de agosto.

Al término del juicio, el general Jon Swift, subjefe del Estado Mayor, ha leído las disculpas del ejército por este caso: “Pedimos perdón por no haber escuchado a Jaysley cuando denunció la agresión. Y estamos decididos a que no vuelvan a cometerse errores de este tipo”.

El juez ha considerado que la gravedad de lo ocurrido obligaba a que la única respuesta posible fuera una pena de prisión para Webber, pero la condena permite que, una vez cumplida la mitad del tiempo, el resto pueda ser redimido con trabajos para la comunidad.

Pocos meses después de este incidente, el ejército introdujo el llamado Mando de Delitos Graves, una directiva por la que se aseguró que cualquier denuncia de actos criminales serios fuera investigada, independientemente de la cadena de mando.

“El mejor modo de honrar el legado de Jaysley es llevar a cabo serias reformas, que promuevan un entorno donde las personas se sientan orgullosas de trabajar, y que les haga tener fe en el sistema de justicia del servicio militar”, ha dicho la secretaria de Estado para Personal del Ejército y Veteranos, Louise Sandher-Jones.

“Nuestra hija debería haber estado hoy sentada con nosotros para presenciar cómo se condenaba a la persona que ella señaló como agresor. En vez de eso, sufrimos una sentencia de cadena perpetua por la que ninguna familia debería pasar”, ha dicho la madre de la joven soldado.

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