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Tensión en el colegio sevillano de la niña que se suicidó después de sufrir ‘bullying’: pintadas que acusan de inacción al centro y vigilancia policial

La Fiscalía abre dos líneas de investigación para evaluar la responsabilidad de la dirección de la escuela y de las menores implicadas en el acoso

Nada en las Irlandesas de Loreto, un colegio privado concertado de Sevilla, es normal desde que el pasado martes Sandra, una de sus alumnas, se quitara la vida. La niña, de 14 años, sufría acoso escolar, que había denunciado hasta en dos ocasiones al colegio, pero la dirección no activó el protocolo, tal y como es preceptivo. Casi una semana después, las velas junto al portal de la familia siguen encendidas en recuerdo de la menor; enfrente, los muros del centro, plagados de pintadas, acusan al colegio de permitir y encubrir el bullying. Algunas señalan, con sus nombres, a las tres supuestas acosadoras de Sandra, igual que en redes sociales. A su alrededor, un grupo de casi una decena de agentes de la Policía Nacional está apostado a la entrada y se turnan para rodear el complejo, mezclándose con los padres que acompañan a sus hijos a la escuela.

Las familias de los más pequeños tratan de camuflar como pueden lo anómalo de la situación. “El colegio está decorando las paredes por Halloween”, le dice una madre a un niño de Infantil, que se para a tratar de leer las pintadas. A su lado, otra le señala a su hijo, que va a 3º de Primaria, el coche de policía que está aparcado en la plaza, frente a la puerta de entrada: “Mira, otra vez el coche, qué bien que hoy también está por aquí…”. El bullicio que debería acompañar a una mañana de lunes, en los alrededores de las Irlandesas de Loreto está amortiguado, y no es por el sueño. Los padres acompañan a los niños en medio de una intranquilidad que asoma a su semblante serio. Al dolor por la tragedia, se suma la alarma porque en los últimos días sus hijos se han visto señalados por llevar el uniforme del colegio y en algunos casos increpados por personas ajenas al centro. El viernes pasado, desconocidos lanzaron huevos y piedras al patio de Infantil, el que tiene las paredes de ladrillo más bajas.

Mientras las familias tratan de adaptarse a la nueva anomalía en el día a día del colegio, la Fiscalía de Menores continúa con la investigación del suicidio de Sandra. El ministerio público, tal y como ha adelantado Diario de Sevilla y han confirmado a este diario fuentes conocedoras del caso, ha abierto dos líneas de investigación. Por un lado se ha iniciado un expediente de reforma juvenil sobre las menores supuestamente implicadas en el acoso Sandra. El segundo expediente es de supervisión para evaluar la responsabilidad de la dirección del centro.

“Están combatiendo el acoso con acoso”, dice una madre. “Muchos se sienten señalados y se les cuestiona solo por ir al mismo colegio”, abunda otra. Ninguno de los progenitores con los que ha hablado este diario quiere dar su nombre para que no se pueda identificar a sus hijos. “Si esto está ya en manos de la Fiscalía, que se les deje investigar, pero no se puede juzgar ni hostigar al resto de familias”, opina otro.

Este hombre es padre de una niña que va a 4º de la ESO. Desde el pasado jueves acompaña a su hija al colegio porque ella teme que le puedan hacer algo a la entrada o a la salida. “Muchos han dejado de ir al centro por miedo y otras se quitan el uniforme o se lo tapan para evitar que las confundan con alguna de las niñas que acosaban a Sandra”, añade otra madre, que reconoce que ella misma ha llevado a su hijo a clase con ropa de calle. “En el autobús el viernes una señora lo señaló: ‘Mira ese niño va a ese colegio’, yo no estoy dispuesta a que se sienta observado. No apruebo lo que hizo la dirección, pero los alumnos no tienen la culpa”, abunda. A su lado, otros padres recuerdan cómo el viernes, además del lanzamiento de objetos, los desconocidos -algunos encapuchados- lanzaron gritos de “asesinos” durante el recreo.

Las familias consultadas indican que los estudiantes más mayores están recibiendo asesoramiento psicológico y que a los más pequeños son los tutores los que les explican lo que ha pasado, si lo preguntan. Este diario no ha podido confirmar con la dirección del centro si han denunciado las pintadas o el lanzamiento de objetos. La respuesta siempre es la misma: “están reunidos”.

Fuentes del Ayuntamiento de Sevilla sí han señalado a este diario que los servicios municipales de limpieza van a empezar a limpiar los muros de pintadas tras recibir la solicitud por parte de la Policía Nacional. El despliegue policial, según indican interlocutores oficiales, es un dispositivo preventivo rutinario como el que se pone en marcha en casos donde se prevé que haya mucha aglomeración de personas o un interés mediático, como es este caso. Las fuentes niegan que se haya puesto en marcha por una circunstancia excepcional.

La mañana avanza y los padres y madres se van dispersando. Una mujer, sin embargo, increpa a una administrativa que se mete a toda prisa por una de las puertas de entrada del centro. “¡Sinvergüenza, sinvergüenza!”. La señora cuenta que ella tuvo que sacar a sus hijos del colegio porque también sufrieron acoso y “tampoco hicieron nada”. “Son iguales todos”, sostiene.

Mientras, la Fiscalía de Menores sigue investigando el suicidio de Sandra. De momento, según fuentes del Ministerio Público, está estudiando el informe que le trasladó la Consejería andaluza de Educación. Este departamento está esperando a que el centro responda a sus requerimientos y depure responsabilidades, según uno de los portavoces. Isaac Villar, el tío de la joven fallecida, ha explicado a este diario que la Policía aún no ha podido acceder al móvil de su sobrina para constatar si el acoso seguía después del colegio, a través de las redes sociales.

Las personas con conductas suicidas y sus familiares pueden llamar al 024, una línea de atención del Ministerio de Sanidad. También pueden dirigirse al Teléfono de la Esperanza (717 003 717), dedicado a la prevención de este problema. En casos que afecten a menores, la Fundación Anar dispone del teléfono 900 20 20 10 y del chat de la página https://www.anar.org/de Ayuda a Niños/as y Adolescentes.

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