Si cuidas tu salud bucodental te puedes ahorrar un medicamento para la diabetes

El tratamiento de la periodontitis logra una mejora en los niveles de glucosa equivalente al segundo medicamento que suele prescribirse a los pacientes con diabetes tipo 2

José García Romero, en una imagen tomada este lunes.ÓSCAR CORRAL

José García Romero, militar jubilado de 52 años, ha aprendido a través de su propia dentadura algo que, a priori, puede resultar difícil de comprender: la estrecha relación que existe entre una buena salud bucodental y el adecuado control de la diabetes tipo 2. “Me diagnosticaron hace 14 años y coincidió con que tenía problemas dentales y se me movían varias piezas. La respuesta de mi periodoncista fue que no me preocupara, que con un buen control de la diabetes íbamos a mejorar eso. Y así fue, para mi sorpresa. Pero es que, además, gracias a los cuidados en la boca, no necesito tomar otro medicamento aparte de la insulina para un buen control de los niveles de glucosa”, explica.

Para la medicina, las primeras evidencias de los vínculos entre dos dolencias aparentemente tan distintas como la diabetes y la periodontitis —infección e inflamación de las encías— datan de los años 80 del pasado siglo, pero ha sido en las dos últimas décadas cuando se han ido incorporando plenamente en la práctica clínica. “No es solo que estén asociadas, sino que tienen una relación bidireccional. Los pacientes con diabetes tienen más riesgo de sufrir infecciones y de desarrollarlas en sus formas más graves, hasta tres veces más en el caso de la periodontitis. Y, a la inversa, el hecho de sufrir esta infección e inflamación crónica dificulta lograr un buen control de los niveles de glucosa en sangre”, explica Eduardo Montero, profesor asociado de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y secretario del grupo de trabajo conjunto entre la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA) y la Sociedad Española de Diabetes (SED).

Las consecuencias de este mal control son importantes y disparan el riesgo de sufrir las graves complicaciones asociadas con los elevados niveles de glucosa en sangre: amputaciones en las extremidades inferiores, problemas en la vista, daños en los riñones y, en último término, un incremento de la mortalidad. “Es por esto que es tan importante un buen cuidado de la salud bucodental, porque los beneficios en términos de salud son enormes. Y el tratamiento no es ni complicado ni invasivo”, añade Montero.

Se trata del “raspado y alisado radicular”, una técnica más sencilla de lo que suena que consiste en una limpieza profunda de la zona situada en los márgenes de las encías e inmediatamente por debajo. Virginia Bellido, endocrinóloga del Hospital Virgen del Rocío (Sevilla) y coordinadora del Grupo de Diabetes y Enfermedad Periodontal de la SED, cuenta que con este tratamiento “el paciente logra una mejora notable en el control de la diabetes”.

La clave está en los niveles de “la hemoglobina glicosilada, que es el principal marcador del control glucémico del paciente en los tres meses anteriores”, añade esta experta. El raspado y alisado radicular logra reducir en hasta un 0,4% este indicador, lo que “es equiparable al beneficio logrado al añadir un segundo fármaco” al que ya toma el paciente. “Por tanto, este tratamiento permite ahorrar esta prescripción al paciente”, sigue Bellido.

Una mejora del 0,4% puede parecer pequeña, pero los expertos coinciden en destacar su relevancia. “La mayor parte de las veces, el primer fármaco que es prescrito para reducir los niveles de glucosa en sangre es la metformina. Pero a menudo es insuficiente porque el control de estos niveles no es siempre sencillo, incluso aunque el paciente siga las recomendaciones alimenticias, de ejercicio... Esto exige que en muchas ocasiones los enfermos tengan que tomar un segundo y, a veces, hasta un tercer fármaco. En cambio, tratar la periodontitis resuelve este problema y, además, es capaz de conservar todos los dientes y mejorar la calidad de vida asociada”, añade por su parte Montero.

Eduardo Montero, en la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid. Samuel Sánchez

Las evidencias sobre la asociación entre un buen control de la diabetes y el tratamiento de la periodontitis, recogidas en un informe conjunto de la SEPA y la SED, son de suficiente entidad como para que el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas deban plantearse “ampliar la cobertura de atención bucodental a las personas con diabetes” en la sanidad pública, recoge el documento y defienden ambas sociedades científicas. “Las autoridades sanitarias deben ser conscientes de la evidencia científica y abordar la prevención de las enfermedades periodontales como una cuestión de salud pública”, recomienda el texto en sus conclusiones.

Según el informe, además de los grandes beneficios potenciales en términos de salud, la medida también permitiría alcanzar una gestión más eficaz de los recursos disponibles dado los elevados costes que implica el tratamiento de la diabetes. “Una revisión de estudios, incluyendo siete de ellos realizados en España, señaló que el coste total anual [de la asistencia] de una persona con diabetes oscila entre 1.108 y 6.268 euros”, cantidades que “el control óptimo de la glucosa en sangre puede reducir hasta en un 30%, [además de] disminuir el riesgo de muerte y de sufrir complicaciones”.

Otra iniciativa puesta en marcha por SEPA, llamada Promosalud, pretende aprovechar la red de más de 23.500 clínicas dentales existente en España —una cada 2.000 habitantes, aproximadamente— para poner en marcha programas de cribado que permitan detectar casos no diagnosticados de diabetes tipo 2, el tipo de esta enfermedad asociado a hábitos de vida poco saludables y obesidad. “Los estudios de seroprevalencia de diabetes tipo 2 realizados en España muestran que esta asciende a hasta el 13,9% de la población, pero la mitad de ellos no están diagnosticados”, destaca Bellido.

Una diabetes no diagnosticada agrava los daños de la enfermedad, ya que el paciente tendrá sin saberlo elevados niveles de glucosa —sin adoptar, por tanto, cambios en su vida diaria o iniciar el seguimiento médico para corregirlos— y se irán acumulando los riesgos para el organismo. Un exceso de glucosa en sangre produce con el paso del tiempo un aumento de la posibilidad de sufrir “enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares, dolencias renales, problemas en la vista y problemas neurológicos”, según la literatura científica.

“Muchas personas, incluso aquellas que no suelen ir al médico porque se encuentran bien, sí acuden a centros de salud dental con cierta regularidad para una revisión, limpieza... y esto es una oportunidad que debemos aprovechar”, sostiene Montero. El cribado se basa en un cuestionario validado con preguntas sobre antecedentes familiares, estilo de vida (dieta, ejercicio...) y un cálculo sobre el índice de masa corporal (para evaluar la obesidad). Además, las clínicas pueden disponer de dispositivos portátiles que dan una indicación sobre la hemoglobina glicosilada que no es lo suficiente precisa para un diagnóstico, pero sí puede dar información clave en un programa de cribado.

“Los resultados de una investigación (DiabetRisk) con este cribado con casi 1.500 pacientes de toda España mostraron que el porcentaje de sujetos que tenían diabetes y que no lo conocía era del 3%. Es decir, si ponemos en relación este porcentaje con los estudios de seroprevalencia, podemos decir que aproximadamente de las personas que sufren sin saberlo diabetes tipo 2 podrían ser diagnosticados en su clínica dental si se universalizara este el programa Promosalud”, concluye Montero. Por ahora, según datos de SEPA, un total de 1.400 clínicas dentales españolas están adheridas a esta iniciativa.

José García Romero, que es presidente de la Asociación de Diabéticos de Ferrol (A Coruña), no se cansa de repetir lo mal que lo pasó cuando fue diagnosticado. “Yo ya estaba preocupado por lo de los dientes, que se me movían, y cuando me dijeron que sufría diabetes y que eso estaba relacionado con ella, me obsesioné un poco porque tardamos un poco en controlar la gingivitis. Yo pensaba: ‘¿Desde cuándo hará que tengo diabetes?’ ‘¿Qué daños ya habré sufrido?’ ‘¿Se me llegará a arreglar la boca?’ Al final tengo que admitir que todo ha ido muy bien y estoy muy contento con toda la asistencia recibida”, remacha.

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