Muere por tosferina un lactante menor de un mes cuya madre no se había vacunado durante el embarazo

El Instituto de Salud Carlos III insta a aumentar “la vacunación de gestantes y niños en el primer año de vida” por el actual brote de la enfermedad, que supera los 7.800 casos desde el pasado verano

Un lactante ingresado en un hospital.Isabel Pavia (Getty Images)

El actual brote epidémico de tosferina que afecta a España desde el pasado verano y en el que han sido diagnosticados más de 7.800 casos ha provocado el primer fallecimiento. Se trata de un “lactante en el primer mes de vida, sin condiciones de riesgo, cuya madre no se había vacunado durante la gestación”. El bebé falleció en la segunda mitad de 2023, según recoge un informe del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instit...

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El actual brote epidémico de tosferina que afecta a España desde el pasado verano y en el que han sido diagnosticados más de 7.800 casos ha provocado el primer fallecimiento. Se trata de un “lactante en el primer mes de vida, sin condiciones de riesgo, cuya madre no se había vacunado durante la gestación”. El bebé falleció en la segunda mitad de 2023, según recoge un informe del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III.

El documento analiza a fondo el impacto de la enfermedad en España durante 2023, por lo que la información contenida en él acaba el pasado 31 de diciembre. En ese momento, habían sido diagnosticados un total de 2.560 casos, con 111 hospitalizaciones. Desde el 1 de enero, según el último Boletín Epidemiológico Semanal, han contraído la enfermedad otras 5.242 personas, una cifra que seguirá creciendo en las próximas semanas, según todas las previsiones.

Esta es la primera información que trasciende sobre fallecimientos ocurridos en España en la actual onda epidémica de tosferina. El informe no precisa en qué comunidad autónoma se produjo ni ofrece más detalles sobre el caso. Según el Ministerio de Sanidad, en los tres primeros meses de 2024 no se ha registrado ninguna otra muerte a causa de la enfermedad. Fuentes sanitarias sí confirman un caso grave reciente que ha requerido ingreso en la UCI en otro lactante no vacunado en Málaga.

El informe del CNE destaca que el actual brote obliga a extremar las medidas de salud pública para proteger a los bebés más pequeños: “En situaciones de alta circulación de tosferina, como la que estamos experimentando [...] la mayor prioridad en salud pública es la prevención de las hospitalizaciones y muertes en los niños menores de un año [...] por lo que es clave dirigir los esfuerzos a vigilar las coberturas de vacunación en las gestantes y en los niños en el primer año de vida. Es importante que los niños se vacunen, siempre que se pueda, a la edad indicada en calendario y que aquellos que han perdido alguna dosis sean identificados y recaptados para recibir las dosis tan pronto como sea posible”.

La tosferina es una enfermedad causada por una bacteria muy contagiosa por vía respiratoria, la bordetella pertussis. Los síntomas se desarrollan en dos fases. En la primera, que dura hasta dos semanas, son parecidos a otras infecciones respiratorias: congestión nasal, fiebre baja, tos ocasional... A partir de la segunda semana, suelen empezar los síntomas más graves, especialmente ataques de tos rápidos, violentos e incontrolables. Estos episodios causan dificultades respiratorias que pueden derivar en la muerte del bebé.

Frente a la infección existe una vacuna que se administra en cinco dosis. La primera, según el calendario vacunal para 2024 aprobado en el Consejo Interterritorial de Sanidad, debe recibirla la madre “a partir de la semana 27 de embarazo, pero preferiblemente en la semana 27 o 28″. Posteriormente, el niño recibe dos pinchazos a los dos y cuatro meses de vida, una primera dosis de recuerdo a los 11 meses y otra a los seis años. Asturias, además, añade al calendario otra más a los 13 años.

“La vacuna frente a la tosferina es clave para proteger a los lactantes. No es una vacuna que impida las infecciones porque no es esterilizante, pero sí evita muchos casos graves que requieren hospitalización y fallecimientos”, explica Fernando Moraga-Llop, portavoz de la Asociación Española de Vacunología.

Javier Álvarez Aldeán, miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría y jefe del servicio de Pediatría del Hospital Costa del Sol (Málaga), destaca que “la inmunización de la madre durante el embarazo permite que el recién nacido tenga anticuerpos frente a la enfermedad y evita que desarrolle cuadros graves antes de que inicie el proceso de vacunación propio a los dos meses”.

Las coberturas vacunales en España son elevadas, pero los expertos destacan que es fundamental incrementarlas ante situaciones como el actual brote. Según datos de Sanidad, el 87,2% de las mujeres embarazadas recibieron en 2022 la dosis frente a la tos ferina, que inmuniza al bebé también frente a la difteria y el tétanos en el mismo pinchazo. El 93,3% de los bebés recibieron las dos primeras dosis de dos y cuatro meses, según el informe del CNE.

Efecto pospandémico

El actual brote está sorprendiendo a los expertos por su magnitud y porque se está produciendo fuera de los meses en los que era habitual una mayor incidencia de la enfermedad (final de primavera y verano). “Durante las restricciones de la pandemia hubo un gran descenso de la circulación de la bacteria que causa la tosferina, al igual que otros patógenos. Esto puede explicar que haya aumentado la población susceptible por la caída de la inmunidad natural y que ahora esto esté favoreciendo la circulación de la bacteria incluso fuera de los meses en los que era más habitual”, concluye Álvarez Aldeán.

Otra explicación es que la protección que ofrece la vacuna decae con el tiempo. “Va perdiendo efectividad a medida que pasan los años y los niños crecen. Afortunadamente, para entonces los casos son leves. Pese a ello, sería recomendable añadir al calendario una nueva dosis a los 10 años porque es una enfermedad que supone una importante carga para los servicios sanitarios y de salud pública”, defiende Moraga-Llop.

La última muerte por tosferina en España se había producido en 2020, al final de la última onda epidémica de la enfermedad que causó en la década anterior cerca de 40.000 casos y una cuarentena de fallecimientos. “Con la tosferina está pasando como con otras patologías que casi desaparecieron durante la pandemia, ahora estamos retornando a las incidencias anteriores. En las temporadas 2007 a 2019, los datos muestran que fallecían entre uno y cuatro lactantes al año”, explica un portavoz del Ministerio de Sanidad.

Según el estudio del Centro Nacional de Epidemiología, el grupo de edad más afectado en 2023 fue el de 10 a 14 años, en el que se diagnosticaron 929 del total de 2.560 casos (el 36,2%). El segundo grupo con más casos fue el de 5 a 9 años, con 425 casos. Como es habitual en estos brotes, los casos graves y hospitalizaciones se concentraron en los bebés más pequeños. El 80% de los lactantes con menos de un mes de vida sobre los que hay información disponible —cuatro de cinco casos— tuvieron que ser hospitalizados, porcentaje que desciende al 59% —32 de 54— entre aquellos que tenían entre uno y cuatro meses.

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