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“Se nos está inundando la casa, ¿qué hacemos?”

Fugas de agua con daños colaterales, desperfectos en estructuras, aparatos e instalaciones eléctricas… Los siniestros en el hogar son muy comunes y la diferencia entre un percance y un desastre puede ser un seguro con la cobertura adecuada. Como los de Generali

Los daños causados por el agua son uno de los siniestros más frecuentes en la cobertura de las pólizas (53% de los casos), seguido por la rotura de cristales (dos de cada diez partes).onurdongel (Getty Images/iStockphoto)

Hogar, dulce hogar. Pero no siempre es así: a veces puede convertirse en una fuente de problemas. Incluso una fuente de agua.

¿Sufrir una inundación por un grifo mal cerrado o una filtración debido a una fuga? “Eso a mí no me sucede, tengo cuidado”. Según la Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones (ICEA), así pensaba la mayoría de europeos hace unos pocos años. Sin embargo, los desperfectos en el entorno supuestamente controlado de la vivienda o de un local comercial son algunos de los siniestros más frecuentes en la cobertura de las pólizas. Nada menos que unos siete millones al año en España, de acuerdo con la empresa de comparación Rastreator. Y eso que solo cuenta las viviendas con seguro del hogar.

Esta estadística recopila todos los tipos de siniestros, y coincide con otros estudios sectoriales en que los daños causados por el agua siempre lideran la lista. En 2020, la Unión Española de Entidades Aseguradoras (Unespa) atribuía a esta categoría el 53% de los deterioros cubiertos, seguida con el 20% por la rotura de cristales, y los daños eléctricos con el 12%. En cuatro de cada diez ocasiones, la aseguradora manda un fontanero; el 14%, a un cristalero; el 9%, a un técnico de electrodomésticos; y un 7%, a un cerrajero.

De hecho, el servicio asegurador, clave en una sociedad desarrollada tanto por seguridad jurídica como por protección de bienes y personas, actúa como un motor económico al sostener más de 44.000 puestos de trabajo entre fontaneros, pintores, carpinteros, electricistas, técnicos de electrónica y electrodomésticos o expertos en parqués, según Unespa. Aunque en ocho de cada diez ocasiones se encarga de la avería un solo profesional, en el resto de casos el estropicio requiere dos o más especialidades.

Generali es la única compañía con servicio de fontanero urgente que, mientras llega, informa a los asegurados de forma personalizada sobre cómo actuar para evitar daños mayores. sturti (Getty Images)

Incidentes que resultan familiares

A pesar de esa sensación de control del propio entorno doméstico o del negocio, poner la lupa sobre los siniestros muestra una casuística de lo más variopinta. Entre las escenas más cotidianas, aparece esa tubería que se va picando durante años hasta que da la cara en forma de fuga, además de filtraciones o goteras por el mal estado de alguna estructura del edificio, olvidarse un grifo abierto o no cerrar la llave de paso al dejar la vivienda sola por días o semanas, lo que puede dañar no solo techos, paredes o suelos, sino aparatos electrónicos y mobiliario. Y no solo en la casa propia, sino en una aledaña o en el piso de abajo, por esa terca costumbre del agua de buscar los niveles inferiores.

También es frecuente perder las llaves sin haber reservado una copia en un lugar seguro, la fatídica taza de café derramada sobre el teclado —otra de esas faenas que solo le pasan a los demás—, una televisión que se resbala en un traslado, o cualquier otro accidente que daña superficies u objetos frágiles como espejos, lozas sanitarias, encimeras o vitrocerámicas.

Es difícil cuantificar hasta qué punto adolescentes, niños y mascotas pueden engordar estas estadísticas, pero no lo es tanto imaginar esa cancha de fútbol indoor que de un balonazo desgracia un grifo, o esos chavales que quieren hacer viral el vídeo de un reto y terminan haciendo viral el vídeo de un roto.

El sector asegurador actúa como un motor económico: según Unespa, sostiene más de 44.000 puestos de trabajo entre fontaneros, pintores, carpinteros, electricistas, técnicos de electrónica y electrodomésticos o expertos en parqués

Prevención y seguros a la carta

A partir del análisis de decenas de miles de casos cada año, las aseguradoras responden a esa casuística hogareña con la especialización de las coberturas. Lo cual no quita, como recomiendan a sus asegurados, que lo primero para evitar males mayores es la prevención, conocer las medidas de seguridad y realizar un mantenimiento periódico, además de reaccionar enseguida cuando asoma un síntoma. Una humedad, por ejemplo.

Compañías como Generali han desarrollado una estrategia de cobertura total y a la carta en función de las necesidades únicas de cada caso, desde servicios como el de reparación que envía al profesional más cualificado al de asesoramiento tecnológico o el “servicio de manitas” que realiza una larga lista de pequeñas reparaciones y tareas de bricolaje —montar muebles y puertas, instalar accesorios y apliques, arreglar persianas, purgar radiadores, tapar agujeros de taladros, sellar juntas…—, junto con otros complementarios como la defensa jurídica de sus clientes en procedimientos administrativos, judiciales y arbitrales. Incluso ofrece un servicio de seguridad para vigilar una casa o un negocio evacuados por un siniestro grave.

La compañía es la única con servicio de fontanero urgente que, mientras este llega, informa a los asegurados de cómo actuar para evitar daños mayores. Además, se puede elegir, siempre y cuando haya disponibilidad, cualquier reparador según la valoración que han hecho otros asegurados y precisar el horario para que actúen lo antes posible. También disponen de un control de calidad de la reparación, es posible seguir online la resolución de cualquier parte y ahorrar tiempo mediante una video-peritación por móvil que agiliza la indemnización. En plena transformación digital, el tiempo cuenta. Y mucho.

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