“Nuestro sistema sanitario público no se va a arreglar en periodos electorales”
José Polo, presidente de la mayor sociedad de médicos de atención primaria de España (Semergen) pide hacer más atractiva la medicina de familia para los profesionales y un pacto de Estado por la sanidad
La mayor sociedad de médicos de atención primaria de España (Semergen, con 13.000 miembros) va a cumplir medio siglo de vida (el 14 de febrero) con los profesionales de medio país en pie de guerra. Se han convocado huelgas en Madrid, Comunidad Valenciana, Cataluña, Navarra, Cantabria, Andalucía y Extremadura. En estas tres últimas se han cancelado gracias a compromisos sobre algunas de las medidas que reivindican to...
La mayor sociedad de médicos de atención primaria de España (Semergen, con 13.000 miembros) va a cumplir medio siglo de vida (el 14 de febrero) con los profesionales de medio país en pie de guerra. Se han convocado huelgas en Madrid, Comunidad Valenciana, Cataluña, Navarra, Cantabria, Andalucía y Extremadura. En estas tres últimas se han cancelado gracias a compromisos sobre algunas de las medidas que reivindican todas ellas, como un máximo de pacientes por día (entre 35 y 36) para poder prestar una atención adecuada a los ciudadanos.
El presidente de Semergen, José Polo (Cáceres, 63 años), apuesta por soluciones de largo plazo que pasan por subir la inversión en sanidad, que está en un 6,5% del PIB y que, dentro de ella, el 25% vaya a primaria, frente al 14% de media actual.
Pregunta. ¿Está la atención primaria tan mal como parece?
Respuesta. El sistema sanitario público ha sufrido un estrés importante con la covid. Hay un aumento de la demanda asistencial, falta de inversión, dotación de recursos humanos, una huida de los profesionales, que no eligen la atención primaria después de su periodo de formación. No es atractiva y no es elegida por los nuevos médicos para ejercer. Las comunidades han priorizado otros contratos, como por ejemplo en urgencias. A esto se suma la precariedad laboral y el aumento de las jubilaciones: un tercio de los que trabajamos en atención primaria somos mayores de 60 años. Antes se solían pedir prórrogas para alargar la vida laboral, y en este momento no está en la mente de la mayoría.
P. ¿Cuáles cree que son las soluciones más urgentes a esta situación?
R. Lo primero es hablar de una reforma importante de la atención primaria para que volvamos a ser atractivos, que el médico trabaje como médico, con capacidad de resolución y no sea un burócrata. También reclamamos desde hace años que el licenciado en medicina conozca la primaria, que haya una asignatura concreta en la carrera, que no solo se aprenda cardiología, reumatología, nefrología y otras. Con eso el médico en su periodo de formación puede saber qué se hace en atención primaria y puede elegir, pero también se consigue que los de otras especialidades conozcan también que es una prevención, una ayuda, que sepa que no somos oficinistas.
P. ¿Qué porcentaje de tiempo del médico se va en burocracia?
R. Se calcula que entre un 60% y 75%; no solo el de primaria, también el del hospital.
P. ¿Cómo podría aliviarse ese trabajo?
R. Ya hay comunidades que están dando pasos en la mejora de la gestión de la demanda asistencial. Un paciente puede llamar a un centro de salud porque está enfermo y debe ser visto por un médico, para resolver un problema administrativo, de un medicamento que no figura en su tarjeta sanitaria, para recoger un resultado... Ese triaje puede ser realizado por auxiliares administrativos, lo que posiblemente descargaría bastante la actuación del médico, que podría dedicarse a hacer medicina y atender al paciente.
P. ¿Qué comunidades van en este sentido y qué están haciendo?
R. En la comunidad autónoma donde yo trabajo [Extremadura] están hablando ya de hacer un cierto triaje para que el médico sepa a lo que va el paciente cuando lo tiene en la agenda.
P. ¿Cuál sería el mínimo tiempo que un médico de primaria debería dedicar por paciente?
R. Ahora ya no se habla de 5 o 10 minutos, sino de número de pacientes en la agenda. Lo ideal serían de unos 30 al día. En la comunidad donde trabajo se han pactado 36. Creo es una cifra accesible. El problema es que esto puede generar listas de espera, y esto saturaría el sistema, porque cuando las hay, el paciente se va a urgencias y es un círculo vicioso.
P. No basta con comprometerse, hay que poner los recursos.
R. Tiene que ir acompañado siempre de una reducción de tarjetas sanitarias por cada médico. Pero hay que tener en cuenta que hay poblaciones que son más demandantes que otras, ya sea por edad, por cultura o por otras razones.
P. Se han convocado huelgas de primaria en media España. ¿Cree que están justificadas?
R. La situación ha llegado a tal grado de deterioro que es normal y justo protestar. Pero creo que nuestra sanidad, nuestro edificio, nuestro sistema sanitario público no se va a arreglar en periodos electorales, sino con un consenso amplio y un diálogo; el ruido electoral nunca será conveniente para ese consenso y ese diálogo. Tiene que haber un acuerdo de Estado, como se hizo con el Pacto de Toledo [para las pensiones].
P. ¿Hay, como dicen algunos, más componente político que sanitario en las protestas?
R. Igual es momento de protestar porque los partidos tienen más sensibilización y lo pueden incluir en sus programas. Pero tiene que haber un consenso y un diálogo apartado de movimientos electorales.
P. Hablaba de la falta de atractivo de la primaria, pero ¿cómo atraer médicos si no se para de hablar de lo mal que está?
R. Desde luego, si alguien se interesa y se le dice que es un aburrimiento, que se ven 60 pacientes al día, dirá que se va a otra especialidad antes que meterse en ese atolladero.
P. ¿Por eso el año pasado se quedaron vacantes 200 plazas MIR para la especialidad primaria?
R. Es necesaria una apuesta por la atención primaria como la que se hizo en los ochenta. Conseguimos unos estándares de calidad y de atención al paciente enorme, con un gran aumento de la esperanza de vida. Eso no se ha conseguido por tratamiento hospitalario, sino con prevención, que se realiza en la primaria. Si no conseguimos incentivar o apostar por la atención primaria como se hizo en esa época vamos mal.
P. Semergen en sus 50 años ha vivido desde cómo prácticamente no había sistema de primaria a tener uno muy robusto. ¿Se está tambaleando ahora?
R. En el ADN de nuestra sociedad no está el rendirse, sino buscar soluciones. Señores, la cosa está mal, pero hemos vivido épocas en las que estaba peor: la dotación de los equipos de atención primaria era el maletín del médico o lo que tenía en su casa. Ahora tenemos un edificio con goteras, vamos a solucionarlo. El camino ha sido de reivindicación, peleas, lucha, sacrificio. Semergen nació en 1973, en un país en vías de desarrollo. Se había conseguido una inversión muy grande en hospitales, pero no en primaria. Creamos el edificio y además se dotó de profesionales con ilusión, con ganas de trabajar.
P. ¿Se ha superado el hospitalocentrismo?
R. No. Hay otro punto de inflexión en nuestro sistema sanitario, que es la transferencia de la gestión de los servicios de salud a las comunidades autónomas. Yo creo que ahí, coincidiendo en el tiempo, la atención primaria empezó a ser la hermana pobre.
P. ¿Los políticos ven en la inauguración de un hospital algo más rentable electoralmente que contratar médicos?
R. Si un consejero de una comunidad inaugura una sala de alta resolución en un hospital sale en la prensa; tiene más publicidad que poner un médico en Las Hurdes o en Sanabria.
P. EL PAÍS ha publicado esta misma semana que solo 12 pacientes de cáncer fueron tratados en 2022 en el Hospital La Paz con la máquina más avanzada de España, donada por Amancio Ortega, que cuesta nueve millones.
R. Habría que analizar si es que por protocolo no ha habido más pacientes que lo necesiten. Si no se pueden beneficiar más, seguramente ese dinero sería más beneficioso en otro sitio.
P. ¿Cómo afronta la primaria la epidemia de salud mental con tan escasos medios?
R. Se está hablando mucho de incluir psicólogos en los centros de salud. Yo no lo veo mal, sería un servicio más, pero si el médico de familia tiene tiempo, puede tratar determinadas patologías en coordinación con los equipos de salud mental, con derivaciones en los casos más graves.
P. Pero no tiene tiempo.
R. Ese es el problema, que tiene 60 pacientes en un día. Para los temas de salud mental se necesita más tiempo porque no hay pruebas para diagnosticarla, es necesario un diálogo detallado con el paciente.
P. En cinco años se jubila una generación entera de médicos, como seguramente usted mismo. ¿Cree que las soluciones llegarán a tiempo?
R. Hay que buscarla, primero creando condiciones en donde el médico se sienta médico y, posiblemente, con mejores honorarios, habrá que equipararlos a otros países.