La Fiscalía pide 14 años de cárcel para el hombre que mató y descuartizó a su expareja de 17 años en Estepa

El Ministerio Público califica los hechos como homicidio, mientras que la familia de la joven fallecida pide prisión permanente revisable por un delito de asesinato

Uno de los carteles pegados a un coche con la fotografía de la joven de 17 años, Rocío Caíz, durante su desaparición a principios de junio de 2021.Juan Chicano (EFE)

La Fiscalía ha solicitado 14 años de prisión para Adrián, el hombre que la noche del 2 de junio de 2021 mató a su expareja, Rocío Caíz, de 17 años, con la que había tenido un hijo cuatro meses antes y con la que había roto la relación recientemente. El joven, que entonces tenía 23 años, descuartizó después el cadáver y lo fue repartiendo por distintos contenedores de la localidad sevillana de Estepa y confesó los hec...

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La Fiscalía ha solicitado 14 años de prisión para Adrián, el hombre que la noche del 2 de junio de 2021 mató a su expareja, Rocío Caíz, de 17 años, con la que había tenido un hijo cuatro meses antes y con la que había roto la relación recientemente. El joven, que entonces tenía 23 años, descuartizó después el cadáver y lo fue repartiendo por distintos contenedores de la localidad sevillana de Estepa y confesó los hechos una semana después.

La petición del Ministerio Público ha sorprendido a los familiares de la joven y al resto de acusaciones personadas en la causa, que habían pedido prisión permanente revisable. La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de homicidio con la agravante de parentesco y de género, de acuerdo con las fuentes cercanas al Ministerio Público consultadas por este diario, y no de asesinato, como reclama la familia y el letrado de la Junta de Andalucía.

La interpretación sobre lo ocurrido la noche del 2 al 3 de junio del año pasado, después de que un taxista dejara a Caíz en la vivienda de su exnovio en Estepa, a donde acudió a recoger el carrito de su bebé, es lo que ha determinado a la Fiscalía para decantarse por tipificar los hechos como un delito de homicidio, explican las mismas fuentes. De acuerdo con el relato establecido por el juez de instrucción en el auto de apertura del juicio oral, ambos mantuvieron en el interior del piso una discusión, relacionada con la negativa de ella a volver con él. Adrián cogió un cordón y “sorpresivamente rodeó con él el cuello de Rocío sin que pudiera defenderse, y con ánimo de acabar con su vida, hizo presión constante en el cuello hasta que la joven se desvaneció, causando la muerte por estrangulación”. El informe de la autopsia concluyó que había heridas defensivas en el cuerpo de la víctima, lo que indiciaría que la joven se defendió, lo que, para la Fiscalía, descartaría la presencia de alevosía, que es uno de los elementos necesarios para acusar por asesinato, explican las fuentes cercanas al Ministerio Público consultadas.

Es precisamente esa maniobra “sorpresiva” con el cordón para estrangular a Caíz en donde las acusaciones ven con claridad la existencia de la alevosía para acusar por asesinato y pedir la pena de prisión permanente revisable.

Adrián siempre fue considerado el principal sospechoso de la desaparición de la joven por la Guardia Civil. En los días posteriores a que la familia denunciara que no sabía dónde estaba su hija, él se paseaba por los medios de comunicación afirmando su inocencia y asegurando que ella se había marchado a Badajoz con otro hombre. Pocos días antes de que confesara los hechos, los agentes descubrieron que había adquirido una sierra metálica y que el móvil de Caíz no registraba ningún desplazamiento tras llegar a casa del joven. El 9 de junio de 2021 fue llamado a declarar en calidad de testigo y un día después se entregó a la Policía Local de Herrera (Sevilla), donde reconoció los hechos y que después la había descuartizado y había repartido los restos en bolsas de basura por Estepa.

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